«Cuando entré al baño, mi compañera sangraba de la espalda y los brazos»
Una camarera recibe 18 puntos tras ser agredida con un arma blanca por tres individuos que asaltaron el bar donde trabaja. La encerraron con su jefa en el lavabo
Ainhoa De las Heras
Martes, 27 de junio 2017, 01:04
«Eran amables, no parecían malas personas». Un bar de la zona de Atxuri, regentado por mujeres, sufrió la noche del pasado viernes un violento asalto protagonizado por tres individuos armados con cuchillos. Una camarera se encuentra de baja después de recibir 18 puntos de sutura por los cortes que recibió en los brazos, la espalda y el abdomen. Los agresores, dos hombres y una mujer, llevaban varios días acudiendo al local a la misma hora, cercana al cierre, diciendo que salían de trabajar. Pedían «patatas fritas, un zurito y refrescos».
«Siempre bajamos la persiana sobre las once y ellos llegaban a las diez y media», explica a este periódico la responsable del establecimiento, de origen chino, que no desconfió de los que consideraba «clientes diarios». «Sólo nos pareció raro que cuando nosotras nos íbamos para casa, ellos se quedaban por allí». La hostelera quiere denunciar el mal trago que sufrió para alertar a otros comerciantes y evitar así que se pueda repetir.
Aquella noche, en un determinado momento, la mujer, rubia, de unos 30 años, acudió al baño alegando que le «dolía la tripa y allí estuvo un buen rato». Cuando salió, insistió a la camarera para que fuera a limpiar el suelo porque lo había ensuciado con los zapatos. Era sólo una excusa para que la empleada se acercara. Una vez en el baño, le colocó el cuchillo en la espalda y la metió en el interior por la fuerza, pese a que ella le recordaba que eran «amigas» y le pedía que no le hiciera daño.
Sin móviles
«Escuché un chillido y me asusté. Mi camarera pedía auxilio y decía mi nombre», recuerda la regenta del bar. Corrió a ver qué ocurría y uno de los hombres la amenazó con un cuchillo y le conminó a que entrara también en el lavabo. El otro individuo había salido a la calle, probablemente a vigilar. Tras registrarlas, les quitaron los teléfonos móviles y el dinero que llevaban encima.
«Cuando entré en el baño, la estaba agarrando y tenía un cuchillo en la mano. La camarera estaba sangrando por la espalda y por los brazos», relata. Cerraron el váter desde el exterior con un «cable» atado al grifo, mientras buscaban más dinero detrás de la barra, en la caja registradora. La mujer herida se encontraba cada vez más «mareada» y terminó desmayándose: «Estaba todo lleno de sangre». Preocupada por el estado de su empleada, la jefa empezó a gritar pidiendo una ambulancia y a golpear la puerta, con el afán de que «algún vecino escuchara» su súplica.
Al cabo de unos diez minutos lograron salir del baño y corrió al teléfono fijo para llamar a la Ertzaintza. De inmediato, una patrulla se desplazó a la dirección indicada. La mujer herida fue evacuada por una ambulancia hasta el hospital de Basurto, donde recibió asistencia de heridas inciso-contusas en los brazos, la espalda y el vientre, además de en las manos, probablemente para intentar evitar las acometidas del arma blanca. Ayer, la mujer se encontraba ya en casa, aunque recuperándose de las heridas y, sobre todo, del «susto».