Derriban un antiguo colegio de Deusto para construir una capilla mormona
Vecinos recogen firmas para preservar el edificio, pero la comunidad religiosa cuenta con todos los permisos para desarrollar su proyecto
teresa abajo
Martes, 8 de septiembre 2015, 00:05
Tras varios años en desuso, el número 1 de Lehendakari Aguirre, nada más pasar el puente de Deusto, se ha convertido en foco de atención dentro y fuera del barrio. La comunidad mormona ha elegido este emplazamiento para levantar una capilla que será la mayor del País Vasco y le dará más visibilidad tras años de culto en un local de Henao. Las obras ya han comenzado con el derribo de la antigua casona, construida en 1908, que se ha utilizado como colegio y guardería. Un joven estudiante de Arquitectura ha reunido un millar de firmas a través de change.org para salvar el edificio, pero el proyecto cuenta con todos los parabienes del Ayuntamiento.
El Consejo Asesor de Planeamiento Urbanístico dio su visto bueno a la construcción de la iglesia en enero. Una vez aprobado por la Junta de Gobierno y el pleno, los promotores tienen licencia de derribo desde finales de marzo. Les dan un plazo de seis meses para ejecutar las obras, que acabarán «en una o dos semanas», según las previsiones de José Manuel del Molino, primer consejero de la Estaca de Vitoria, agrupación a la que pertenece Bilbao.
El primer centro escolar alemán de Bilbao
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El edificio que da inicio a la principal avenida de Deusto fue construido en 1908 como residencia familiar, obra del arquitecto Manuel Camarón. Pedro Unibaso pidió permiso al Ayuntamiento de la anteiglesia para levantar la casa en el barrio de Luzarra, si bien desde 1924 ha tenido un uso educativo. El Colegio Alemán se instaló allí poco antes de la anexión a Bilbao con una primera promoción de 50 alumnos. En la parte trasera se edificó un pabellón de estilo racionalista, firmado por Estanislao Segurola, para acoger un gimnasio y un kindergarten. Permaneció allí hasta 1945. El día de la capitulación de los nazis fue cerrado por la Policía franquista y durante años se impartieron clases en los domicilios particulares de los profesores.
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Estos y otros datos han sido recopilados por Diego Grisaleña, que eligió este edificio para su proyecto de fin de carrera. «Es una casita que cuenta la historia de un barrio y nos recuerda una identidad casi perdida», afirma. Entre 1945 y 1951 fue sede del Colegio Francés. Aquel año la fundación de las Escuelas de Nuestra Señora del Carmen adquirió la finca en subasta por 500.000 pesetas. Fue residencia de religiosas sin perder su carácter de centro educativo. Tras la construcción del colegio Madre de Dios en Enekuri las monjas se trasladaron. El edificio se utilizó como residencia universitaria, pero sobre todo siguió funcionando como guardería hasta que las aulas se concentraron en el centro Madre de Dios en 2010. Lleva por tanto cinco años en desuso.
Nivel de protección bajo
Su idea es presentar hacia febrero del año que viene el proyecto constructivo de un edificio de cuatro plantas con apariencia de iglesia. La capilla (en esta religión los templos equivalen a las catedrales) se ubicará en la planta baja y el resto del espacio se destinará a talleres y actividades de la comunidad. El solar, de 2.000 metros cuadrados, pertenecía a la fundación Nuestra Señora del Carmen y fue adquirido el pasado mes de julio por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Liberará así la lonja de la calle Henao, en los bajos de un edificio de viviendas, que es de su propiedad.
Para desarrollar este proyecto es preciso derribar dos inmuebles en el mismo solar. Según explican fuentes municipales, la casona donde ya trabajan los operarios cuenta con el nivel de protección más bajo, el D, lo que no impide su demolición, aunque si se rehabilitara debería mantener la configuración actual. El otro edificio, de estilo racionalista, tiene un nivel más alto -C- y su desaparición requiere una autorización expresa. Fue construido en los años treinta por Estanislao Segurola como ampliación del Colegio Alemán.
Diego Grisaleña, estudiante de Arquitectura y vecino de Deusto, ha reconstruido la historia de este solar, que se remonta a la época en que Deusto era una anteiglesia. A través de las redes sociales y otros contactos ha puesto en marcha la campaña Paren la demolición de la casita de Deusto en change.org y ha recabado un millar de firmas. El Ayuntamiento sostiene que, más allá del «valor sentimental», todo está en regla y la petición «llega tarde». La paralización del plan obligaría a indemnizar a los promotores. «Soy consciente de que es prácticamente imposible lograrlo», asume el joven. Con su iniciativa espera ayudar «a que se conozca la historia del barrio y a abrir una reflexión sobre qué criterio se sigue para decidir si un edificio merece protección o no».
