193 particulares y empresas poseen en Bizkaia cinco o más viviendas que dedican al alquiler

La nueva normativa incorpora importantes cambios para intentar regular la actividad de este tipo de propietarios. «La idea es estimular la oferta y contener el precio de los alquileres, que en algunos puntos de España se ve seriamente condicionado por sociedades jurídicas que controlan una porción muy destacable del mercado», asegura el director de Vivienda del Gobierno vasco, Mario Yoldi.

Lo primero que hará este instrumento legal cuando empiece a aplicarse en Euskadi (ya funciona en Cataluña y Yoldi confía en que pueda estar listo «en unos meses») es rebajar el listón para que una persona o mercantil pase a ser considerada como gran tenedor. Antes era necesario poseer a su nombre 10 inmuebles. Ahora el nuevo baremo queda fijado en cinco, si el municipio ha sido declarado zona tensionada al tener sus ciudadanos un problema de acceso a la vivienda. En estos entornos, los grandes propietarios verán limitado el importe del alquiler: no podrá sobrepasar el índice oficial de referencia para esa localidad. La Asociación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Cataluña estima que, en esa comunidad, los grandes tenedores tendrán que bajar los precios hasta un 20% para adaptarse a la normativa.

Volviendo a Bizkaia, los datos de grandes tenedores proceden del registro de fianzas de alquiler del Gobierno vasco, a fecha octubre de 2023. Es decir, en la estadística no se incluye a aquellos propietarios que tienen pisos que están a la venta, en proceso de reforma o simplemente vacíos. Por eso hay pocas constructoras.

Tampoco tiene en cuenta a grupos familiares que han dividido su patrimonio. Es posible que un edificio de Bilbao, por ejemplo, haya estado relacionado tradicionalmente con un mismo apellido. En el pasado pudo haber un único gran tenedor, pero ahora ha repartido en herencia los inmuebles entre varios hijos o nietos y los descendientes no alcanzan la condición de gran propietario. Por último, el registro del Gobierno vasco no contabiliza a aquellos vizcaínos que puedan tener varias viviendas fuera de Euskadi, además de sus bienes en el territorio. Hay ciudadanos que contando sus segundas residencias en Cantabria o el norte de Burgos, por ejemplo, alcanzarían esa condición que fija la nueva ley, pero no se incluyen en estas cifras.

Los datos revelan que en Bizkaia hay 1.243 viviendas que pertenecen a ciudadanos particulares que tienen la condición de gran tenedor, mientras que otras 883 están en manos de empresas o sociedades patrimoniales que también disponen de 5 inmuebles o más. En total son las citadas 2.126 viviendas. Por su parte, el sector público, que también es un gran tenedor, cuenta con 5.926 inmuebles residenciales en el territorio, que son más del doble.

Por municipios, Bilbao concentra el 41% de los inmuebles que pertenecen a grandes tenedores privados. Son 879. Getxo le sigue a bastante distancia, con 297 (el 14%). Cierra el podio de esta estadística Barakaldo, con 185. Llaman la atención algunos pueblos muy pequeños. Es el caso de Lanestosa, por ejemplo, donde hay registradas seis casas alquiladas que pertenecen a un mismo propietario. Y Zeberio, con 18.

El Gobierno vasco valora que el numero de grandes tenedores está creciendo «de manera moderada» en los últimos años. «Esto no es un gran mercado, como el de Barcelona o Madrid», insiste su director de Planificación de Vivienda. La misma opinión comparte Iker San Román, que antecedió en el cargo a Yoldi y hoy trabaja como consultor en políticas públicas de vivienda. «Euskadi no es un escenario tan dinámico como el de Cataluña», dice. «Pero es verdad que están empezando a venir algunos fondos de inversión», añade.

En el caso de Bilbao, por ejemplo, hay varios proyectos en Zorrozaurre promovidos por grandes grupos inversores para levantar cerca de medio millar de pisos en régimen de alquiler, más de un centenar de ellos en colaboración con el Ejecutivo autonómico, a través de un plan de alquiler asequible. «Estos movimientos sacan al mercado más oferta y tienen un efecto sobre los precios muy diferente a otras operaciones en las que se compran viviendas ya en alquiler para rehabilitar y posiblemente para especular, por ejemplo», valora San Román. «En ese sentido, en Euskadi se están enfocando bien las cosas, en general», opina.