Xavi Rabaseda: «Siempre tendré la espina de no haberlo hecho mejor para jugar más años en Bilbao»
Baloncesto ·
«Lástima que no me pueda retirar aquí porque hubiese sido un broche de oro, el mejor regalo para terminar mi carrera», manifiesta el último capitán del Surne Bilbao BasketRobert Basic
Bilbao
Lunes, 16 de junio 2025, 18:55
La cita tiene lugar en la sala de reuniones de EL CORREO. Xavi Rabaseda (Ripoll, 36 años) brinda una reposada conversación pocos días después de ... despedirse de forma oficial del Bilbao Basket. Admite que le hubiera gustado acabar su carrera en Miribilla: «Siempre tendré la espina clavada de no haberlo hecho mejor para jugar más años aquí», confiesa el capitán, aunque él ya pone el prefijo de ex al cargo.
– ¿Cómo lleva el adiós?
– No ha sido fácil. Tampoco era algo que deseaba, ni mucho menos, pero estoy bien porque me llevo lo mejor que puede llevarse un deportista: el reconocimiento de su público, de su gente y de su pabellón. No puedo pedir más.
– Su último partido fue ante el Barça. Acabó llorando. ¿Qué se le pasaba por la cabeza?
– Que era la última vez que vestiría esta camiseta, que era la última vez que pisaría la pista de Miribilla como hombre de negro... Pensaba también en mis hijos, en que tendré que cambiarles de ciudad y de un entorno en el que han crecido de una forma fabulosa. Nosotros –él y su esposa– también estábamos muy a gusto. No pude aguantar todas estas emociones y sentimientos.
– ¿Con qué se queda de estos tres años en Miribilla?
– Lo primero es el título (Europe Cup). Cuando llegué en ningún momento pensé que podíamos ser campeones de nada, y lo hemos sido. Me quedo con el trabajo que hemos hecho durante tres años, lo que hemos construido, la línea que ha cogido el equipo, la conexión con Miribilla, la que he tenido con la ciudad, los amigos que hemos hecho fuera del basket... Son muchas cosas que nos han hecho sentir como en casa. Eso no se paga con dinero.
– ¿Ha hecho todo lo que tenía que hacer o se marcha con alguna espina clavada?
– Como profesional y competidor siempre tienes ese punto de ambición que te hace querer más. El que juega 20 quiere jugar 22, el que mete 10 puntos quiere meter 15. Siempre voy a tener la espinita clavada de no haberlo hecho mejor para jugar más años aquí. Cuando llegué pensaba que era el último sitio en el que iba a jugar... Lástima que no me pueda retirar aquí porque hubiese sido un broche de oro, el mejor regalo para terminar mi carrera. Me voy satisfecho con el cariño de la gente, un título más, el primero de la historia del club y el mío como capitán. Tampoco puedo pedir más.
El futuro
– ¿Qué planes de futuro tiene?
– Intentar seguir jugando. Aún estoy bien para jugar. Creo que puedo aportar al equipo al que vaya. En Bilbao lo he hecho, a lo mejor menos en este último año. ¿Por qué? Por lesiones, llegada de nuevos jugadores, porque Jaume (Ponsarnau) haya apostado a lo mejor por jugadores con más futuro que yo, un veterano. Pero aún puedo ser importante. Me quedo con el último partido, donde lo fui. Me demostré a mí mismo que puedo seguir jugando.
– ¿En la ACB o en otras ligas?
– Si llegados a este punto no he salido de la liga ACB, mi intención es continuar.
– Ha jugado 127 partidos en el Surne. Si tuviera que quedarse con uno, ¿cuál sería?
– No sabría... Hay partidos bonitos. Cuando ganamos al Barça.
– Con aquel triple de Radicevic.
– Sí. ¡Yo metí uno antes que él! Si no, el de Niko no hubiese valido para nada (risas). Pero si al final me tengo que quedar con uno sería el de Salónica; por el ambiente, por lo que significó, por todas las adversidades que tuvimos, por cómo llegaba yo. Estaba ingresado –por una meningitis– y no sabía si podía jugar. Llegué forzado, con día y medio de entrenamiento. El ambiente fue único y lo sobrevivimos, incluso cuando el partido se puso difícil.
– ¿Lo vio perdido con 10 abajo?
– En algún momento sí. Seguro. ¿Éramos capaces de enderezarlo? Claro. Fue lo que pasó. Pero el pabellón metió mucha presión, en la segunda parte nos apretaron bastante arbitralmente.
– Aquello era boxeo.
– No solo por el boxeo, sino porque situaciones muy claras para nosotros caían de su lado. Decías: 'Si esta no nos la dan, va a ser imposible. No vamos a poder contra todo'. Levantar el trofeo, celebrarlo allí... Era mi primer título levantado como capitán. Fue brutal, de lo mejor que he vivido.
– Ha ganado un Mundial, dos ACB, una Copa, dos Supercopas, dos Champions y una Intercontinental. Aun así, se le vio eufórico con la Europe Cup.
– Estuve soñando con ella varios días antes. Estaba en el hospital y decía: 'Ahora que hemos llegado a una final y soy el capitán no podré levantarla. ¡No voy a llegar! Voy a estar en un maldito hospital'. El hecho de poder recuperarme, llegar, entrenar, jugar y levantar el trofeo fue... (hace gestos de grandeza con las manos).
– ¿Cuál ha sido su momento más feliz y duro en Bilbao?
– El más feliz, levantar el título y celebrarlo con toda la afición en el Ayuntamiento y la Diputación. Fue increíble, no nos lo esperábamos. Nos sorprendió cómo respondió la gente. ¿El peor? Haber tenido que pasar por el quirófano y no haber tenido el protagonismo que me hubiese gustado en esta última temporada.
– «Lo que hacemos como profesionales se olvida, pero lo que hacemos sentir permanece». La frase es suya. ¿Siempre ha tenido claro que trabajan con la felicidad de la gente?
– Es lo que intentamos. No siempre se logra. Quiero intentar que la gente se sienta reflejada en el esfuerzo y el espíritu del equipo.
– ¿Deja un club mejor?
– No. El club estaba bien cuando llegué. Las cosas se hacían bien y se siguen haciendo bien. El Bilbao Basket puede coger una tendencia al alza por tener la deuda a cero. También podrían entrar más patrocinadores por el empujón del título. Hay que aprovecharlo para dar ese pasito y no estar entre las posiciones 14 y 16, sino entre la 8 y la 12. Debería ser el objetivo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.