Withey fue uno de los jugadores locales más acertados. efe

Un joven audaz y dos torres muy firmes

El base Agustín, de 19 años, se une a los pívots Withey y Kyser como los mejores hombres de negro contra el Igokea bosnio

J. F. CACHORRO

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 23:31

BILBAO. La visita del Igokea bosnio a Miribilla presagiaba un choque interesante para saber si el Surne mantenía su ventaja de dos victorias sobre el ... segundo clasificado del grupo en la Champions, con lo que prácticamente acariciaba el primer puesto, el que da acceso directo a los octavos del torneo europeo. Ante la esperada baja de Ludde Hakanson por molestias musculares, también había que analizar, una vez más, cómo se las arreglaban los hombres de negro sin uno de sus bases específicos. Solo con Nikola Radicevic y el joven Agustín Ubal con título de piloto, tocaba otra vez a Adam Smith y Francis Alonso relevarse con la batuta. De una situación similar y un encuentro feo, el equipo vizcaíno salió victorioso el pasado fin de semana del Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.

Publicidad

En esas circunstancias, el conjunto de Miribilla está obligado a recomponerse para que la ausencia del sueco no le pase factura y el juego no sea tragado por un torbellino de prisas y errores. El paciente Nikola Radicevic consiguió llevar la calma a la cancha en los primeros minutos. El base serbio sopesa los ritmos y solo acelera en los instantes precisos, pone la velocidad conveniente para que no llegue el desmadre, aunque no pudo evitarlo después del descanso. Radicevic era el único elemento del Bilbao Basket con balance positivo de más-menos en la estadística oficial de la Basketball Champions League, un factor que mide la contribución de un jugador cuando está en pista a su equipo.

Descaro juvenil

El encuentro marchaba casi siempre a favor de un Igokea más atinado en los lanzamientos mientras interpretaba la defensa del Surne, donde encontró muchas debilidades. Una de las noticias gratas de la noche para la marea negra fue la irrupción de Agustín Ubal como una de las armas para inquietar al cerco que había dispuesto el conjunto bosnio. El joven uruguayo, de 19 años, entró en el segundo cuarto sin ningún temor, regaló un gran robo a la afición, se sacó un triplazo de la nada, se movió con absoluto desparpajo, y puso un tapón. Condimentó con pimienta un duelo en el que el Surne que se sentía atrapado frente a su adversario, más seguro y regular. El base, perteneciente a la cantera del Barcelona y cedido al Breogán el año pasado y esta temporada al Bilbao Basket, tomó la iniciativa después, cuando no había manera de hacer daños a los balcánicos. Demostró su elegancia y convicción en penetraciones que remató con bandejas certeras. Después dijo que «hoy me ha tocado a mí» y que «nosotros siempre salimos a ganar, aunque pudimos salir más duros y perdimos en algún segundo chance».

Ubal fue una de las pocas estrellas que ayer brillaron en Miribilla. Volvieron a cumplir con buena nota los pívots Michael Kyser y Jeff Withey, aunque a veces el tablero estuvo desprotegido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad