«Creemos en este equipo y en el trabajo que estamos haciendo»

- ¿Preocupa este inicio?

- No es el mejor posible, pero hemos tenido un calendario complicado y como se demostró el año pasado, lo importante es seguir y seguir cada semana confiando y creyendo en el trabajo diario. Salvo frente al Zaragoza y el Real Madrid, el equipo ha competido bien.

- ¿Empezar con cinco derrotas trajo a la cabeza la angustia de la pasada temporada?

- Es difícil, porque empezamos a sentir los fantasmas de la temporada pasada muy alrededor de nosotros, pero tanto desde el club como del staff técnico hemos intentado transmitir tranquilidad. Creemos en el equipo y en el trabajo que estamos haciendo.

- Si le damos la vuelta en una lectura optimista, el equipo ya sabe cómo debe afrontar esta situación clasificatoria...

- La sensación que tenemos es que cuando hay tanta igualdad, los equipos, jugadores o entrenadores que más nerviosos o antes se pongan, más errores van a cometer y antes van a entrar en un estado de pánico. El año pasado nos enseñó que no debes dar todo por perdido hasta que no se ha jugado el último minuto del último partido. No queremos llegar a esa situación, desde luego, pero quizá tenemos esa calma de haberlo vivido ya durante la temporada pasada.

- Fue muy duro, pero también fue un aprendizaje...

- Lo es. Dicen que se aprende más de las derrotas que de las victorias y el año pasado en este sentido lo pasamos tan mal toda la temporada y cómo remontamos al final que fue un aprendizaje increíble para todos.

- Tras cinco derrotas, el equipo reaccionó bien para sumar dos victorias. ¿Es la línea a seguir?

- Sí, y fueron dos partidos muy complicados, el del Fuenlabrada se nos complicó bastante y el equipo tiró de carácter, y contra Burgos lo llevamos mejor. Ahí se vio que poco a poco el trabajo realizado daba sus frutos.

- ¿Qué lectura hacen de los dos últimos encuentros, de nuevo con dos derrotas?

- En Manresa el equipo remontó y volvió dos o tres veces y eso demuestra pundonor en una cancha muy complicada. Hablamos de Manresa con ligereza pero es una cancha muy complicada de un equipo que está jugando competición europea. Y en Madrid es cierto que nos tomaron una ventaja muy importante desde el inicio y si no estás a tope y ellos un poco peor de lo normal, lo que suele suceder es que pierdas.

- ¿Se ha planteado el club acudir al mercado para reforzar la plantilla si no llegan las victorias?

- El mercado siempre está ahí, pero estamos a gusto con lo que tenemos. Rafa Pueyo siempre está peinando el mercado por si surge alguna oportunidad. Yo no entro a valorar porque es cuestion de Rafa y Álex Mumbrú.

- Da la sensación desde el pasado curso que el Bilbao Basket siempre está limitado por las lesiones.

- Eso nos castigó mucho el año pasado. Es cierto que les pasa a todos, pero los equipos de arriba con 12-14 jugadores en la plantilla lo sufren y lo notan mucho menos que en nuestro caso. Nuestro presupuesto tan ajustado nos obliga a hacer apuestas en determinados puestos y si encima se lesiona alguno importante es más complicado sustituirlo. Todo está muy encajadito y muy perfecto, pero si se te cae una pieza es difícil reemplazarla.

- El Obradoiro tiene una victoria más y es un rival de la liga del Surne. ¿Se puede hablar ya de una final?

- No, finales no. El año pasado tuvimos cinco finales, eso sí que eran porque había que ganar sí o sí, ahora es muy pronto. Es cierto que afrontamos un partido importante ante un rival directo y que jugando en casa hay que sacarlo, pero una final no.

- ¿Llega el equipo en plenas condiciones a este partido?

- Sí, a Madrid llegamos con tres bajas y eso influye no solo en el partido sino en la preparación de la semana, porque la intensidad de los entrenos baja, es inevitable. Ahora estamos mucho mejor, llegamos más completos a la hora de entrenar y se va a notar.

- De aquí a final de la primera vuelta el Surne juega cinco partidos en casa. ¿Qué supone la vuelta de la marea negra a Miribilla para este equipo?

- Para nosotros es un jugador más y cuando están a tope los jugadores lo notan y más después de un año a puerta cerrada, donde se oía todo y el ambiente era tan frío... Ir 10 abajo con un pabellón vacío te parece un mundo, pero con Miribilla apretando es otra cosa. La energía se percibe y las sensaciones son muy diferentes.