Que el ritmo no pare
Espoleado por su buena imagen en el arranque, el Baskonia busca una segunda victoria que le allane el camino hacia las semifinales
Euforia. Así se puede resumir el primer paso del Baskonia en esta particular fase final de la ACB. Contra el Bilbao Basket todo -o ... casi todo- salió bien para los azulgranas. Fue un triunfo redondo para impulsar el estado anímico, comprobar el vigor físico de la plantilla y sumar al bloque el acierto de soldados que se habían quedado apeados del frente en las últimas batallas.
El reto es grande: dar continuidad a las buenas sensaciones 48 horas después del estreno. Se acabó el factor sorpresa y el desgaste competitivo puede adelantar su aparición. Pero un segundo triunfo, ante el Iberostar Tenerife, allanaría el camino azulgrana hacia las semifinales antes de medirse el domingo frente al Barcelona.
Será un partido de bases y pívots. Vildoza y Granger irrumpieron por la puerta grande tras meses de lesión, dieron portazo a las posibles dudas sobre su inactividad y ya son una pieza fundamental para Ivanovic. En una zona, la del director de juego, en la que el Baskonia ha sufrido lo indecible este curso, el cuadro azulgrana ha logrado su punto óptimo en el momento decisivo.
Más sombras planean sobre el poste. Fall se perdió el debut y tampoco parece probable que pueda jugar ante el Tenerife. Ilimane Diop tuvo que retirarse con gesto de dolor, aunque su percance no es grave y está «pendiente de evolución». Con ambos mermados, Ivanovic necesita un paso adelante de Micheal Eric. El nigeriano, bien en lo físico, volvió a mostrar en la vuelta del baloncesto los errores y carencias que le han penalizado esta temporada.
Dominio de Shermadini
El Baskonia necesita el máximo nivel de sus interiores para medirse a uno de los más complicados del campeonato: Giorgi Shermadini. El georgiano, segundo jugador más valorado de la ACB, condiciona con sus puntos y rebotes el juego en la pintura. Dominarla es, cuando el acierto exterior falta, la vía más rápida para ganar.
Mucho tiene que agradecer Shermadini a Marcelinho Huertas. El exbaskonista, que se baña en la marmita de la eterna juventud, es el socio que cualquier interior querría tener. Un base clásico, cerebral y que imparte en cada partido una clase magistral de baloncesto. Con todo es, además, el máximo asistente de la competición.
Los números de ambos son buen termómetro, muchas veces, para medir la suerte de su equipo. El Baskonia, que en su estreno sentó las bases de un inesperado optimismo entre su afición, necesita reducir al máximo su aportación para asegurar un segundo triunfo que le acercaría al objetivo antes de los duros duelos ante Barcelona y Unicaja.
«Se respira ambición y hambre», advierte el renacido Vildoza
Luca Vildoza, una de las mejores noticias del Baskonia en el estreno y mejor jugador del partido, tiene ganas de más. Así, el argentino aseguró ayer que en el vestuario vitoriano «se respira ambición y hambre» para volver a levantar un título. Mostró especial alegría por su regreso a la competición. «Estoy feliz por el debut, por la vuelta de Jayson (Granger) y por demostrar que somos un equipo dentro de la cancha», celebró. Aunque advirtió del peligro del Iberostar Tenerife. «Estuvo en la Copa, tiene un buen director como Marce (Huertas), tiradores de sobra y Shermadini está haciendo una gran temporada, así que» -recordó- «tenemos que estar enfocados».
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