Quince años de atracción americana

El ingreso en concepto de rescisión ayuda a la economía baskonista, que debe reponer un juego interior que registra dos bajas sensibles; la del francés y la de Johannes Voigtmann, ya con contrato bianual con el CSKA. La sensación de vacío ante la marcha de un referente no es nueva para el baskonismo, aunque el club vitoriano tiende a arreglárselas a la hora de reinventarse. La marcha de uno de sus jugadores a la NBA no solo es un modo de empujar la reinversión económica. También es un sello de prestigio para un club que incluye en su identidad la venta de jugadores en un goteo más o menos constante.

En realidad, Poirier es el último exponente de un trasiego que comenzó hace quince veranos, con Andrés Nocioni a la cabeza. Después de que el Chapu dejará el Baskonia para aceptar la oferta de los Chicago Bulls en aquel lejano verano de 2004, le siguieron hasta ocho jugadores como protagonistas de otros tantos traspasos a diferentes franquicias NBA. Sus nombres bien conocidos, y admirados, por la mayoría de seguidores azulgranas; José Manuel Calderón, Arvydas Macijauskas, Luis Scola, Tiago Splitter, Goran Dragic, Mirza Teletovic, Davis Bertans y el propio Vincent Poirier.

Nocioni abrió una senda que situó al Baskonia en la globalización de manera plena. La calma del verano de 2004 se vio trastocada ante las noticias llegadas desde Argentina, que apuntaban a la incomparecencia de Nocioni en el primer día de concentración de la selección albiceleste. Su ausencia estaba justificada; había volado a Chicago para confirmar si era verdad que los Bulls querían incluirlo en sus filas. La NBA nunca había atraído al alero santaferino, pero la oferta fue irresistible. Tanto fue así, que le permitió abonar la rescisión de su contrato con el Baskonia, que ascendía a poco más de tres millones de euros.

Fue un dineral que el Baskonia no volvería a ingresar en ninguno de los posteriores traspasos que abordó con la NBA como destino final. Nocioni ejerció de pionero en un trasvase que se ampliaría un año después. Tras la dura resaca del cierre de la temporada 2004-05 y la final liguera perdida ante el Real Madrid tras el triple de Alberto Herreros, la Liga estadounidense reclamaba a José Manuel Calderón. El extremeño no dudó en abonar su rescisión cuando fue reclamado por los Toronto Raptors, a pesar de sus 23 años y una corta estancia de dos temporadas en el primer equipo baskonista. Le seguiría ese mismo verano Arvydas Macijauskas, con billete a los New Orleans Hornets.

Pocos jugadores baskonistas alimentaron hasta la obsesión el sueño de la NBA como Luis Scola. Tras varios veranos fallidos, le tocó el turno en 2007, cuando los San Antonio Spurs traspasaron sus derechos a los Houston Rockets, que pusieron el dinero suficiente sobre la mesa para liquidar su contrato con el Baskonia. Goran Dragic no llegaría a debutar con el equipo vitoriano tras dos años de cesión en Murcia y en Liubliana. Se lo llevarían los Phoenix Suns el septiembre de 2008. Dos años después, Tiago Splitter ponía rumbo a los Spurs tras ganar con el Baskonia la Liga ACB 2009-10. Los Brooklyn Nets comprarían una metralleta triplista de primera en 2012: Mirza Teletovic. La querencia europea de la franquicia tejana daría pie a la adquisición de Davis Bertans en el verano de 2016. La vía del negocio americano se cerró tras el letón hasta su reapertura con Vincent Poirier.