Rubén Guerrero | Pívot del Granada
«Lo primero que hizo Ibon Navarro en el Unicaja fue una sesión de 'coaching' y llevarnos a comer»Precursor nacional en jugar en las universidades estadounidenses, el andaluz aconseja a los jóvenes probar la experiencia. «te ofrecen cosas que aquí no»
Pocas veces un entrenador logra cautivar tanto a un jugador en apenas tres meses. A Rubén Guerrero (Marbella, 1995) le pasó con Ibon Navarro pese ... a que luego no formaría parte de su Unicaja campeón. «No me extraña que les vaya tan bien», alaba un hombre acostumbrado a que le pidan consejos. El pívot del Granada, rival hoy del Baskonia, fue de los primeros jugadores españoles en cruzar el Atlántico para formarse en el baloncesto universitario estadounidense allá por 2014. «No sabía a lo que iba, pero fue bien», defiende sobre una experiencia imparable desde que los colegiales pueden percibir un salario millonario.
– ¿Se siente un pionero?
– No sé si tanto, pero cuando fui había muchas incógnitas, no salía en la prensa ni en redes. Fuimos mi hermano y yo a un pueblito recóndito de Wichita, y cuando nos presentaron a la directora le dimos dos besos. Pues la mujer se echó para atrás espantada, porque allí la costumbre es dar la mano. Luego nos reímos todos. Ahora hay muchas más referencias. Siempre que me llaman y me preguntan intento ayudar en todo lo posible porque pienso que es prácticamente la mejor decisión que pueden hacer los chavales ahora mismo. Yo me saqué mi carrera, hablo inglés casi perfecto, y entré directo a la ACB.
– ¿Le da pena ver cómo ahora las canteras nacionales quedan desguarnecidas?
– Es que es muy difícil para los clubes competir ante ese mercado. Están pagando lo que están pagando y ofrecen cosas que aquí... no. Puedes estudiar, sigues trabajando, sigues entrenando. Aquí a un chaval de 18 años no le puedes decir que va a jugar en la ACB. La mayoría aún están muy inmaduros física y tácticamente. En cambio allí tienen otras oportunidades.
– ¿Es un tema de falta de madurez o de oportunidades que hagan madurar?
– Depende del caso del jugador y las exigencias de cada club. Algunos sí pueden, pero otros necesitan más tiempo. Es algo complicado.
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– ¿Cómo es que le dieron un premio a la deportividad?
– Nada especial. Era un jugador que no causaba muchos problemas, no provocaba polémica con los árbitros, fuera de la pista hacía cosas de servicios de la comunidad e iba a apoyar al resto de equipos... y una persona hizo una solicitud para que me dieran el premio a mí, me defendió con ganas y me lo dieron.
Sabonis, «absoluta locura»
– Antes creció con Domantas Sabonis en la cantera del Unicaja.
– Recuerdas esos tiempos y ves dónde está cada uno ahora... Desde pequeño podías ver que tenía muchas cosas pero siendo joven no piensas tampoco en lo que pueda llegar a ser. Fue cuando ya tienes 18 y dices, hostia... es una absoluta locura lo que está haciendo.
– ¿Es tan importante para el jugador el dinero a la hora de decidir dónde jugar?
– Para algunos sí, pero para mí lo más importante es que el entrenador te quiera. De nada te sirve ganar mucho y no jugar porque seguramente al año siguiente no tengas un buen contrato. Es pan para hoy y hambre para mañana. Por ejemplo yo aquí en Granada sí noté que Pablo (Pin) me quería y me está dando los minutos que el año pasado (Obradoiro) no tenía.
– ¿Infunde más respeto llegar a un equipo en el que el entrenador lleva trece años en el cargo?
– Da la casualidad de que eso me pasó también en el Obradoiro con Moncho Fernández, que llevaba más de diez años. Te hace darte cuenta del trabajo que lleva a sus espaldas. El jugador confía más en el entrenador porque sabe que tiene ese respaldo. Lo mismo que les pasa a ellos cuando nosotros estamos en buena racha. Y luego eres consciente de que ese entrenador ya ha estado en situaciones difíciles como las que te puedes encontrar y que en otros casos podrían llevarte a tener alguna duda.
– ¿Qué sensación tuvo en aquellos primeros meses de Ibon Navarro en el Unicaja?
– Muy buena. Me gustaba mucho. Ves cómo lo está haciendo ahora y me alegro un montón. Las cosas que intentaba hacer y que traía nuevas al club me gustaban mucho. Es una alegría.
– ¿Qué es lo primero que intentó cambiar?
– La química del equipo. Llevábamos varios años un poco raros, que no cuajábamos bien. Lo primero que hizo fue una sesión de 'coaching deportivo', que yo no había hecho nunca una. Con él hicimos dos. Y luego comidas de equipo por ahí, en restaurantes, rollo informal. Solo jugadores y cuerpo técnico. Eso se nota un montón en la pista. Los ves jugar ahora y notas que se llevan bien y se quieren como compañeros, que va algo más allá del deporte. Así que no me extraña nada que vayan tan bien.n
– ¿Le resulta algo similar la etapa actual del Baskonia con aquella del Unicaja?
– Sí. Es extraño ver un equipo de ese nivel histórico, con unas plantillas tan buenas como tienes ahora, pero ves que hay algo que no llega a cuajar del todo, que puede ser desde problemas en la química del grupo que suele haber cuando las cosas van mal, que los jugadores no casen bien unos con otros... Al final es complicado lidiar con tantos jugadores que se van y cambios de entrenadores con esa exigencia que tiene la Euroliga.
– ¿Qué supondría para el Granada vencer en el Buesa Arena?
– Una victoria de muchos quilates e importantísima para antes del parón. El objetivo es salvarse antes del minuto 40 del último partido (risas). Estaría bien. Yo recuerdo mucho mi única victoria allí. Fue el primer año con el Unicaja. Debía ser la tercera jornada, yo era un novato y 'wow', impacta.
– ¿Qué sensación les quedó después del partido de la primera vuelta?
– Podíamos haberlo sacado adelante. Habiendo jugado un poco mejor, sin tener los lapsus que solemos tener... Nos hacen muchos parciales. Bueno, como la mayoría de equipos. Ahora el juego cada vez es más rápido y se están metiendo muchos más puntos. Eso genera un ritmo un poco más loco que hace que se generen esos parciales y que luego sea como más habitual ver remontadas. Nosotros podríamos haberla logrado en el Palacio o al menos así lo sentimos.
– Luego llega el parón de la Copa y las selecciones. ¿Les ha prometido alguna licencia Pablo Pin si ganan esta tarde?
– Uff, si ganamos creo que las negociaciones podrán ser más fáciles. Primero hay que hacerlo y luego hablaremos de días libres. Las semanas se hacen eternas cuando juegas un sábado y luego no juegas hasta el siguiente domingo.
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