¿Quién lo iba a pensar?

Quién hubiera imaginado hace apenas dos meses que en la última jornada hubiera opciones para 3 equipos de entrar en play off, que cinco equipos se jueguen entre la tercera y la séptima plaza y la plaza y que cuatro equipos busquen eludir los dos puestos de descenso. El resto, seis equipos, jugarán un partido como si usted y yo quedásemos en una cancha con nuestras amistades. Que recuerde es una de las jornadas finales con más en juego en apenas dos horas.

Del tópico al inicio de la temporada donde todos los equipos creen que pueden competir en la Liga, llegamos a que esta ACB ha ofrecido más igualdad que en otras ocasiones; los equipos de Euroliga han sufrido más derrotas; 12 escuadras dilucidarán su puesto final a un partido y muchos se han reforzado de tal manera hasta tener 17, 18, 19 y hasta 20 jugadores en plantilla. Bueno para la competitividad, no sé si tanto para calibrar la calidad de la competición.

Cada temporada hay sitio reservado para aquellos equipos con los que nadie cuenta y dan la sorpresa. Son Baxi Manresa, Breogán e incluso Bilbao Basket. Otros destacan por ros su rendimiento por debajo de lo esperado; Unicaja, Andorra, Burgos e incluso Zaragoza. Luego están los que dan pasos hacia la consolidación como Joventut, Tenerife, Murcia u Obradoiro. Esto es deporte, no lo olvide. Al final es la cancha y el aro quienes dictan sentencia cada día. Es un juego de rivalidad, de superación y dinámicas. En la búsqueda de esa continuidad de resultados y de máximo rendimiento es donde se certifica la realidad de la competición.

Ciertamente, ¿quién iba a pensar que Baskonia puede incluso ocupar la cuarta posición después de la irregularidad en su rendimiento, del cambio de entrenador, de la apuesta por la Euroliga como estandarte competitivo y las dudas que aparecían tras el final de esta competición europea. Trece derrotas es una suma considerable aunque también es verdad que la última dinámica del equipo ha sido más positiva en triunfos y en las sensaciones colectivas del equipo que tienen como consecuencia pelear por este puesto de privilegio en el primer cruce.

Llegados a este punto, el optimismo aún no se va de descanso, le queda recorrido y Baskonia tiene ante sí una nueva oportunidad. ¿Por qué? Porque cuando las fuerzas están más justas, Baskonia está consiguiendo mantener un nivel físico alto, con mayor rotación en sus jugadores, dada la capacidad atlética de cada jugador. La pérdida de un partido a la semana está beneficiando a una mayor cohesión en su juego colectivo, en especial en ataque, y mejorando cada vez más en defensa y dominio del rebote. Y además su estilo de juego ensalza un poco más su oportunidad ante equipos más justos físicamente, con más carga en sus piernas, donde puede explotar la estructura del equipo que se diseñó a inicio de temporada: ritmo, transiciones, jugadores de cara al aro y capacidad de anotar en cualquiera de sus casos. Ojalá que en un nuevo abrir y cerrar de ojos dentro de unos días estemos hablando del verdadero reto: la final de la Liga.