Bourousis se convierte en legendario

Los innumerables calificativos que recibe Bourorusis tras sus continuas exhibiciones dieron paso ayer directamente a un récord ACB. El griego hizo reescribir los libros de historia al erigirse en el que más galardones de MVP de la jornada ha cosechado en una primera vuelta. Con los 40 de valoración ante el Andorra, logró consagrarse por quinta ocasión como jugador más valorado de una jornada, superando a una terna histórica de tipos míticos que se quedaron en cuatro en el ecuador del campeonato: Marc Gasol, Arvydas Sabonis, Darryl Middleton, Oscar Schmidt y Curtis Borchardt. Nadie en su sano juicio podía preveer que un pívot que casi no entraba en los planes del Real Madrid el año pasado superara a algunas de estas leyendas esta temporada. Lo impredecible del deporte. Más predecibles son las exhibiciones del griego, que no falla a su habitual cita con la excelencia.

El heleno estableció ayer además tres topes personales en la ACB; en anotación (26), superando los 24 logrados en la jornada 14 frente al Real Madrid, en asistencias (6), rebasando las 5 de la jornada 3 y en valoración (40), mejorando incluso los 37 contra el Real Madrid. Solo los 44 cosechados ante el Olympiacos en la Euroliga superan el registro de ayer. Y lo más curioso es que solo necesitó 21:10 minutos para conseguir tales plusmarcas. En toda la historia de la Liga solo se dio un jugador que hizo tanto en tan poco tiempo. Fue José Antonio Paraíso, que con el Granada en 2006 cosechó 41 de valoración en 33 segundos menos que el pívot griego.

En los encuentros del Baskonia al final se suele repetir un denominador común; la voluntad del omnipotente griego termina por imponerse. No importa demasiado quién esté enfrente. Se dice que los grandes jugadores son los que cambian por sí mismos el destino de un partido. Eso es lo que ocurrió ayer en el Buesa Arena, ya que casi todo lo que pasó más allá de la actuación del griego, se fue a un segundo plano.

Pase de fantasía

Como siempre ocurre, salió desde el banquillo otro dato a tener en cuenta puesto que los grandes jugadores a los que ha superado en premios de MVP se erigían en titulares y cambió completamente el partido. El duelo matinal transitaba bajo la mundanidad hasta que entró en escena el heleno a los cinco minuto de juego y aplicó el "vini, vidi, vici". Entró de manera discreta, sin hacer ruido, esperó que a Shermadini se fuera a descansar al banquillo y que fuera Daniel Clark el que se emparejara con él, y ejecutó. Lo primero un gancho, lo segundo un pase por la espalda sin mirar que lo hubieran firmado Sabonis, Divac o el propio Magic Johnson.

Levantó al público de sus asientos con esa acción, el estímulo perfecto para que la hinchada se metiera en verada tras la resaca del CSKA. Lo siguiente, otro pase milimetrado, esta vez para Blazic. El falso base, el verdadero MVP. Al descanso llevaba 13 puntos y 17 de valoración. En la reanudación salió Planinic como titular, pero un golpe en el labio le hizo sangrar y tuvo que retirarse al banquillo. Seguramente que Peñarroya lamentó tal incidente, porque "Bou" decidió que iba a romper el partido a su antojo. En los ocho minutos que jugó solo en ese cuarto firmó 13 puntos y 5 rebotes.

Regresó en los instantes finales para sellar el triunfo y acabó con 26 tantos (7 de 8 en tiros de dos y 2 de 2 en triples), 7 rebotes y 6 asistencias. El líder en todos los apartados. Desde hace seis cursos nadie sumaba un 26+7+6, desde Gerald Fitch en 2009 en las filas del Fuenlabrada.

La humildad del genio

Lo curioso es que el jugador nunca se da importancia. Para él es un día más en la oficina, pensando siempre en clave colectiva. "Trato de ayudar al equipo. Otros días jugarán mejor otros, pero lo importante es el colectivo, estar todos juntos y ganar", comentó, para añadir que "los MVP no es nada especial para mí, no valen si al final de la temporada no ganas títulos. Si lo hago bien es bueno para el equipo". Del choque dijo que "hemos jugado como hay que hacerlo en una liga dura, pero ya quiero ganar el próximo".