«Suelo chocar con Perasovic», admite James

A su juicio, el motivo principal de que en alguna ocasión se haya dado una diferencia de opinión se debe principalmente a que «somos dos personas muy competitivas que buscamos lo mejor para el equipo. Cuando quieres ganar a veces pasa», matizó, aunque no ocultó que sus patrones de juego difieren por momentos respecto a los de su entrenador. «A veces vemos el baloncesto de distinta manera y por eso discutimos, igual a mí me parece una cosa y a él otra. Son discusiones habituales en cualquier equipo». Eso sí, dejó claro que el croata no le pone grilletes que coarten el desarrollo normal de su eléctrico juego. «Me pida que sea yo, que haga mi juego. A veces me dice que debería hacerlo de un modo u otro, pero sin dejar de ser yo».

Lo cierto es que el de Portland ha perdido protagonismo en la pizarra alavesa en su segunda temporada. En la competición doméstica, ha pasado de disputar 23 minutos la pasada campaña a 17 en esta, siendo siempre carne de banquillo en el inicio. Como es lógico, «me gustaría jugar más, todos los jugadores quieren», pero luego tiró de un tópico habitual. «Lo importante es que el equipo consiga la victoria».

Examen superado

El choque ante el Armani Milán suponía una importante prueba de fuego para el estadounidense, ya que volvía a escena tras las críticas de su técnico el pasado domingo. James aprobó con nota el examen, sumando 18 puntos con un alto porcentaje en los menos de quince minutos que estuvo en la cancha. Sin embargo, con un tono un tanto alicaído, James no le dio demasiada importancia a su buena actuación. «Bueno, he tenido la suerte de que he metido los primeros tiros y eso me ha dado confianza para seguir lanzando», comentó, antes de recordar por sí mismo que siete de esos puntos llegaron desde la línea de personal. «Me han hecho bastantes faltas y he podido sumar desde el tiro libre».

Así, el Laboral Kutxa dio un paso clave para afianzar su llegada al Top 16, aunque el base recalcó que «nunca sabes cuántas victorias necesitarás. Con cinco bastaría en principio, pero estaría bien ganar dos o tres más para estar del todo seguros». El próximo rival continental será el Olympiacos, «un equipo muy duro». Antes de eso, mañana el Barcelona visita el Buesa Arena. «Es uno de los mejores equipos de Europa, de los más respetados, pero tienen que venir aquí. Este campo es complicado para los rivales».

Cambio de juego

En esta segunda campaña en el club, el americano analiza las diferencias respecto al curso pasado. «El equipo giraba en torno a los bases y ahora lo hace sobre Bourousis, que es capaz de distribuir desde el poste o de finalizar. Esa es la principal diferencia». Así, «los sistemas ofensivos son diferentes», aunque la clave está en el trabajo atrás. «Jugamos una mejor defensa», concluyó.