Baskonia - Partizan | 20:30 horas | Euroliga, jornada 6

Esta noche, el Baskonia juega contra sí mismo

El simbolismo nos acompaña, además, para no abandonarnos ante semejante reto. Jugar en tu campo, la retirada, merecida, de la camiseta de Luis Scola y el equipo rival dirigido por el siempre admirado y referente entrenador como Zeljko Obradovic abrazan el debut de Dusko Ivanovic en su Baskonia actual. Escojo bien las palabras: simbolismo y reto.

Simbólico porque emociones y deporte siempre están relacionadas, con los recuerdos en primera fila recuperados para el presente: enarbolar un referente del Baskonia como faro de una etapa donde destacaron al mismo tiempo sensaciones, energía y mucho juego. Aquel Baskonia de Scola hizo historia, la misma que hoy señala la intención de recorrer un camino como aquel, que será difícil que vuelva a ser como entonces, porque todo cambia, salvo el protagonista que dirigía aquel equipo y lo vuelve a hacer hoy, en otras circunstancias.

Reto porque el Baskonia a día de hoy no se enfrenta ante la implacable realidad de sus resultados, sino a la razón de los mismos. Estos, los resultados, son la consecuencia de algo que va sucediendo a lo largo de un encuentro. Cierto es que puedes ganar un partido aun no jugando bien, de la misma manera que la derrota puede apagar de un manguerazo un extraordinario encuentro. Luego no solo hablamos de resultados, sino de una manera de encarar los partidos para obtener el mejor marcador posible, que es una cosa bien distinta.

Si para analizar y valorar lo obtenido en una temporada es preciso tener perspectiva y cierto sentido global, debemos emplear en la actualidad la misma lógica. Este Baskonia, construido bajo una identidad concreta que generó reconocimiento, muchas alegrías y hasta cierta envidia en el básquet europeo, está en un momento donde vuelve a hacerse las mismas preguntas que se formularon en cuanto terminó la pasada temporada.

Sobre el papel, los nombres de los jugadores y la visión de una manera de entender el juego hacían creer que podría funcionar pero la realidad se ha mostrado tan tozuda que está bien lejos del listón marcado por las expectativas. Lo positivo de ello es que dar un paso atrás puede servir para dar un impulso mayor, que es lo que puede ocurrir con este nuevo ciclo con Dusko Ivanovic a la cabeza. Probablemente no necesitemos hacer las mismas preguntas que antes, sino realizar nuevas: ¿Es este estilo el que realmente se quiere? ¿necesitamos más capacidad de generación de juego? ¿queremos hacer crecer a quienes afrontan un año más en el grupo? ¿queremos tener diferentes estructuras en el campo para poner en más problemas al rival y obtener más ventajas?

Cada semana en este 'Salto Inicial' mostramos y diseccionamos cómo son los rivales de Baskonia. Hoy, el verdadero adversario es el propio Baskonia: su capacidad de resiliencia ante esta nueva situación, la necesidad de que más jugadores se conviertan en protagonistas y alternativas del juego, el equilibrio entre defensa, ataque y transiciones y el deseo de que el ritmo y la intensidad vuelvan a convertirse en una clara seña de identidad por recuperar cuanto antes, si en realidad queremos ser como deseamos ser. Será difícil pero nadie dijo que fuera fácil.