Lo nuevo tiene una paradoja: la ilusión por descubrir que aquello que imaginaste pueda cumplirse desde el primer momento y también el vértigo y la ... duda de si será insuficiente como en el pasado y te retenga en esa incómoda insatisfacción. Como dije en el anterior artículo, renovar y abrir una ventana al aire fresco siempre reconforta y empuja a la ilusión a hacerse realidad.
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Fíjese. Es la Euroliga una competición tan sumamente intensa y exigente que todos los equipos en esta edición de su 25 aniversario han revolucionado las plantillas sin apenas cambios de entrenadores. Esto llama poderosamente la atención. ¿Cómo es posible que no sirvan tantos baloncestistas y en cambio se mantengan los técnicos? Hay equipos que prácticamente fichan quintetos completos.
El caso extraordinario es el Partizan de Zeljko Obradovic. Su sola presencia y la exitosa sombra que proyecta son de tal peso que su plantel es completamente nuevo, con catorce fichajes. Todo el equipo comienza de cero, salvo dos perlas de su cantera. Más allá de ser probablemente un caso inédito en el básquet europeo, el mensaje que traslada es evidente: o tengo un equipo como quiero y de mi estilo -añado queremos por incluir a la propiedad- o no hay nada que hacer. Esta decisión supera a la palabra apuesta para añadirle el presagio de 'no tengo ni idea de qué va a pasar, pero algo va a pasar'.
En este caso es lógico que serán los jugadores quienes se adapten al estilo de Obradovic, teniendo claro también que el propio entrenador deberá adaptarse a las situaciones que sus hombres resuelvan en el campo. También evidencia que Obradovic va a poner en claro aún más sus ideas: máxima intensidad y energía en el campo, baloncestistas con experiencia suficiente para tomar decisiones en cualquier momento, movimientos con normas firmes en ataque y defensa y sobre todo personalidad en el campo, mucha personalidad. Será un equipo reconocible donde el descubrimiento será qué jugadores enarbolan la jerarquía en la pista.
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De entrada, por sus características, hay un eje con Ntilikina, Lundberg, Marinkovic y Davies. Estos tres últimos atesoran las experiencias pasadas en la Euroliga y asumirán de entrada esa jerarquía y sus aprendizajes al resto de compañeros. Lundberg, un '1-2' con suficiente clase y la madurez de los tiros importantes; Marinkovic, con la versatilidad de quien es capaz de jugar desde la línea de 3 puntos hasta la verticalidad al aro y Davies, un interior físico que deberá multiplicarse más aún para hacer de la pintura un coto para el rival. A partir de aquí la llegada de jugadores físicos desde la NBA como Ntilikina, Washington y Jones aventura un ritmo alto en defensa y ataque, con tiro exterior y capacidad de generar desde el bote en el 1x1. Bonga, Mike, Brown y Jones serán los complementos que añadirán una opción más en el juego del equipo, seguramente con su salida desde la rotación.
Tiene el Partizan en realidad un reto claro: demostrar que este juego, sobre todo en Europa, está definido desde el ritmo y la energía, y en esa capacidad de transmitirlo desde la pista. Obradovic no cesará en su alto nivel de exigencia, porque si no, ya se sabe: otro vendrá.
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