El inolvidable partido de pádel que acabó con Pablo Pin en el Baskonia
El asistente granadino, apasionado del deporte de pala, se mide hoy al equipo hoy al equipo con el que ascendió cuatro categorías en diez años
No se espera un recibimiento hostil para el Baskonia en Granada. Más bien lo contrario. En la expedición azulgrana viaja el mayor artífice del éxito ... del conjunto nazarí. Pablo Pin (Granada, 1982), integrante ahora del remozado cuerpo técnico del conjunto vitoriano, fue el entrenador que devolvió el baloncesto de élite a la ciudad de la Alhambra. Agarró el equipo en Primera División Andaluza en 2012, en un club de nuevo cuño tras la desaparición del CB Granada, y lo ascendió cinco categorías hasta llegar a la Liga ACB diez años después.
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El granadino permaneció tres cursos más en el banquillo del Palacio de los Deportes hasta que el descenso, que no llegó a consumarse por los problemas económicos del Betis, provocó el fin de un ciclo inolvidable. También lo fue el partido de pádel que disputó a principios de agosto en La Alpujarra, la ladera de Sierra Nevada de la que cuelgan los pueblos de casas blancas. Entre punto y punto, llegó la inesperada llamada del Baskonia. El giro de su destino como entrenador.
«Pensaba que sería para preguntarme por algún jugador», relata en una entrevista en el Ideal. Pero la cuestión era otra. ¿Te planteas la opción de ser asistente? Pablo Pin ya lo había hecho. «En casa y a mi agente ya le había dicho que si salía opción de ser ayudante en algún equipo de Euroliga, eso había que cogerlo». Aún así, pidió un tiempo para «pensarlo». Más que nada para comentarselo a su familia. «La verdad que fue muy fácil decidirme», reconoce Pin, padre de tres hijos.
El ahora segundo entrenador del Baskonia se muestra «encantado» con la decisión que tomó hace meses pese al mal inicio de curso. «Si has perdido, estás igual de jodido que cuando era primer entrenador, pero aquí no da tiempo para lamentarse de nada. El jueves nos levantamos fastidiados por perder en París, pero en media hora ya estaba viendo al Partizan», explica desde su posición, con unas labores de 'scouting' que le permiten «poder ver el baloncesto desde otro prisma más analítico».
Su relación con Paolo Galbiati no ha hecho más que comenzar, pero tiene muy claro cómo definirle. «Es pura energía. La gente lo ve en la tele, pero es así cada día, cada entrenamiento», expone. Pin, debutante en un equipo con partidos entre semana, reconoce que entre viajes y partidos «puedes tener la tentación de sentirte cansado», pero no al lado del técnico italiano. «Siempre está a tope y lo transmite. Por ejemplo, creo que el otro día contra el Real Madrid, el que levanta al equipo es él», afirma.
Esta semana ha necesitado estar también pendiente del teléfono móvil. «Muchos amigos me escriben tras ver los partidos del Baskonia». Entre ellos, su sustituto en el banquillo local: Ramón Díaz. Ambos compartieron equipo en el cadete del C.B. Granada y entablaron una relación imperecedera. «Más que amigo, diría que es familia. Nuestro hijos se llaman 'primos', con eso lo digo todo», dijo el técnico del Covirán también en el Ideal. Pin, por su parte, se sentará en una silla ajena tras recibir un sentido homenaje en los prolegómenos del partido. «Quizá me descolocará un poco, pero luego hay trabajo que hacer», concluye.
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