Salvando las distancias y asumiendo muchos matices, aquel modelo de producción en masa que comenzó en el siglo XIX donde los procesos, los recursos y ... las personas en línea producían bienes, ha ido llegando a otros ámbitos de la vida como la selección y desarrollo de talentos personales y profesionales. Digamos además que hay contextos que lo favorecen, otros que no y por supuesto filosofías y cultura de trabajo que lo sustentan.
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En Kaunas la historia nos enseña que su modelo en relación al basket pasa por cuidar y alimentar esa cultura de desarrollo de talentos. Una estirpe que viene desde la antigua URSS y continúa en estos años cultivando su identidad. Jugadores que 'salen', que compiten y equipos que tienen que sobrevivir en la extrema competición temporada tras temporada. No fue fácil el momento posterior a la salida de Jasikevicius como no lo está siendo este año. Un prematuro cambio de banquillo al inicio de este curso con Zdovc como nuevo guía del grupo. Y no solo el entrenador. Ocho son los jugadores nuevos tras las correspondientes salidas y entradas con lo que puede ser hasta comprensible la dureza de la temporada.
A pesar de todo, en Kaunas están viendo algún claro en el nubarrón de su clasificación. Conun par de refuerzos recién llegados, algo más de equilibrio en el juego y bastantes dosis de orgullo y confianza en sus creencias, el Zalgiris va mejorando en juego y resultados. Es probable que su recuperación sea insuficiente, pero es un equipo consciente de sus limitaciones, al que no le queda otra que mejorar cada partido en aspectos del juego que antes abotargaban su capacidad competitiva.
Es curioso cómo una sola pieza puede cambiar a las que le rodean. La llegada del muy conocido Dragic en el puesto de alero para todo ha mejorado mucho a sus compañeros pequeños Strelnieks y Kalnietis. El esloveno libera de responsabilidad a Ulanovas y Cavanaugh y ayuda a Nebo en el interior. Si sumamos la creatividad y el talento de Webster, otro escolta, podemos comprender que Zalgiris vaya optimizando sus prestaciones. La falta de Lauvergne ha obligado a la evolución de un Blazevic con un futuro interesante por delante, pero insuficiente para sujetar al equipo desde el interior tanto en físico como en intimidación. Es aquí donde radica la mayor debilidad de un equipo que trata de autoprotegerse en defensa, arriesgando lo justo y cuidando los espacios para no verse superado.
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Para contrarrestar esta debilidad, la decisión de combinar juventud y, sobre todo, experiencia es un salvavidas al que se agarra el equipo para ampliar esta mejora y también limitar el número de errores a cometer. Kalnietis, Strelnieks y Dragic comparten mucho tiempo juntos en el campo precisamente para que este 'saber' irradie seguridad al resto de compañeros que deben arriesgar y crecer en su juego. No potencian la transición porque ese ritmo de juego lastra su resistencia física a lo largo del partido. Prefieren el 5x5 estático, buscar ventajas desde el 1x1 y sobre todo desde el movimiento sin balón para que un compañero se libere para anotar, conviviendo con la línea de 3 puntos, un espacio cómodo y conocido para estos «veteranos» y para Webster, Milaknis en especial y sus «4» Cavanaugh, Giffey y Ulanovas, su actual referente. Un juego limitado, sencillo donde lo importante es no caer en errores a expensas de ir recuperando jugadores y sobre todo esas sensaciones históricas del Zalgiris.
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