Costello vuelve a torcerse el tobillo izquierdo

Se sentó en el banquillo, mordiendo la toalla mientras le retiraban la zapatilla para comprobar el daño. La primera impresión fue negativa y requirió acudir al vestuario con antelación para iniciar el tratamiento. Mediado el tercer cuarto regresaba a la cancha, ya sin ayuda y con el chándal puesto, para presenciar el final del encuentro con hielo en un tobillo y la pierna sobre una silla. La preocupante cojera con la que abandonó el pabellón invita al pesimismo de cara a los dos importantes partidos que afrontará esta semana el Baskonia, en los que recibe en el Buesa al UCAm Murcia (miércoles, 19.00 horas) y al Valencia Basket (domingo, 18.30 horas).

Ante la sombra amenazante de una lesión en una posición ya de por sí debilitada, tocará esperar «24 horas». Abonados al pendiente de evolución. Al menos anoche el equipo no le echó de menos. En el instante del desafortunado lance perdía 34-33 e inició un parcial de 24-2 que resolvió el duelo. Al Baskonia les bastó con ponerse a defender y elevar su intensidad, deficiente durante los primeros minutos. Mediado el segundo cuarto, el San Pablo Burgos había capturado 22 rebotes, once de ellos en ataque, mientras los azulgranas apenas habían atrapado ocho en defensa.

El cuadro local acabó con 19 rebotes en ataque, pero no supo cómo aprovecharlo. Los de Spahija subieron el nivel físico e impusieron la lógica con su mayor calidad. Fontecchio ayudó a Peters a cerrar el rebote (16 entre ambos), Giedraitis leyó a la perfección cada línea de pase (6 recuperaciones) y Baldwin acabó por hacerse con los mandos del partido (9 asistencias) sin necesidad de estar acertado en el tiro.

La segunda parte tuvo una sensación de dominio absoluto en la que volvió a aflorar una dinámica circulación de balón con la que el San Pablo Burgos bajó los brazos. Anotaron dos puntos en los primeros siete minutos de la reanudación y, aunque Benite quiso echarse el equipo a la espalda, ningún compañero le acompañó. Al menos en la anotación. Punto favorable a la defensa azulgrana, que se mostró endeble durante el inicio de un duelo que llegó a perder por diez puntos (17-7) pero que logró reconducir a tiempo y con holgura.

La baja de Costello se suplió con la brillante producción interior de Enoch, que se hizo amo y señor de la zona pese a recibir un mate delante de sus narices de su excompañero Nnoko. Perdió una batalla pero ganó la guerra sacándole constantemente de la pintura. En cuánto peligró su estancia en el partido por el número de faltas, Sedekerskis dio el relevo y volvió a cumplir con creces. Quedó una última entrega para estirar la renta y repartir minutos, pero Spahija prefirió no sacar a la pista ni a Kurucs ni a Raieste. El croata los necesitará la próxima semana en una plantilla corta de efectivos y con la presumible ausencia de Costello.