Bell-Haynes y Spissu, la dupla del Zaragoza que maravilla a Pablo Laso

Hace cinco temporadas, Trae Bell-Haynes (Ontario, 1995) jugaba entre los Leones del río Niágara (Niagara River Lions) y las Gaviotas de Helsinki (Helsinki Seagulls) y Marco Spissu se asentaba en el Dinamo de Sassari después de seis cesiones. Era difícil de imaginar que un lustro después conforman un dúo temible en la ACB. «Son de las mejores parejas de bases de la liga, si no la mejor», clasificaba ayer Pablo Laso.

El técnico baskonista destacó dos cosas de los timoneles del conjunto maño. Una del juego, la «solidez», la característica que extraña de su equipo desde el inicio de curso, y otra su pasaporte comunitario. Bell-Haynes despuntó en el curso 2021-2022 con el Breogán como extracomunitario. El canadiense fue el mejor escudero de Musa en la histórica campaña lucense y aprovechó el año siguiente en el Buducnost para sellar el pasaporte jamaicano que allanaría su regreso la ACB.

El Zaragoza realizó un esfuerzo económico para hacerse con sus servicios y aún más para rubricar dos renovaciones, la última hasta 2027. Tan alta como para ahuyentar el interés del Barça, que intentó reclutarle tras la lesión de Laprovittola, y de otros clubes de Euroliga. Además de mostrar su talento, el miércoles mostró su carácter competitivo al retirarse con un cabreo morrocotudo al vestuario en pleno mal encuentro de su equipo.

Spissu se sitúa a su vera en su primera incursión real en la ACB. El base italiano fue un fichaje fantasma del Unicaja en 2021. Estuvo dos días, en los que no pasó el reconocimiento médico por una degeneración en una cadera. El conjunto malagueño tuvo que pagar 100.000 euros al Dinamo de Sassari por echarse atrás por el fichaje. Acabaría en el Unics Kazán, en la Euroliga, verdugo azulgrana tanto en Rusia como este año en Zaragoza. Después de haber sido ofrecido varias veces en las oficinas de Zurbano, esta tarde tendrá la pista como escaparate.

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