La plantilla del Baskonia, tras el partido ante el Trieste. Igor Martín

El Baskonia, contra la irrelevancia

Siete altas y el relevo en el banquillo con Galbiati al mando dibujan el nuevo intento del club azulgrana de volver a ser un incordio para los grandes

Martes, 30 de septiembre 2025, 00:20

Los veranos del Baskonia siempre se asocian a términos como 'reconstrucción' y 'remodelación'. Todo depende de la profundidad y la contundencia con la que aplique ... la tijera la entidad de Zurbano, con Josean Querejeta como ejecutor principal. El período estival que acaba de concluir en la casa azulgrana muestra una cantidad y una intención en los movimientos que se pueden emparentar con otras 'limpias' del pasado. Sin embargo, en esta ocasión se vislumbra un propósito de enmienda casi total en busca del nervio competitivo perdido.

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Poco queda de aquella ilusión desaforada que hace poco más de un año colocaba a Pablo Laso al frente de un proyecto que se apoyaba en su figura para remontar el vuelo. Aquel sueño fue demasiado bonito para ser verdad. El matrimonio entre el Baskonia y el entrenador vitoriano, que se proyectaba para tres años, sólo duró uno. Lo que parecía el flechazo perfecto terminó en agria ruptura. Entre medias, otra temporada en la que el Baskonia fue un equipo del montón, a demasiada distancia de las grandes peleas.

Fuera de la Copa del Rey por segundo año consecutivo, lejos de tener opciones en la Euroliga y con una vida efímera en los play off de Liga ACB. Las medidas maratonianas que impone el calendario anularon una plantilla corta y muy justa de química interna. Que cada cual elucubre sobre en qué momento Pablo Laso tiró la toalla a la hora de encauzar un grupo de jugadores que nunca llegó a ser un equipo. Con una química envenenada y desunido.

La unión con Laso se rompió tras un año de sinsabores para abordar un profundo giro de timón

Concluida la pasada campaña con un 2-0 ante el Madrid en la serie de cuartos de la ACB, la reunión entre Josean Querejeta y Laso fue el momento oportuno para decirse unas cuantas verdades. De paso, aquel encuentro terminó de convencer al presidente baskonista sobre la necesidad de un cambio de entrenador.

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De aquel cónclave emerge la fotografía del nuevo Baskonia 2025-26, parcialmente irreconocible respecto al póster de la anterior campaña. La puerta giratoria del Buesa, siempre bien engrasada cuando se trata de agitar la plantilla azulgrana, ha registrado hasta siete nuevas altas de jugadores, una más en el puesto de entrenador principal, mientras que se ha dicho adiós a hasta ocho baloncestistas, con la consabida, y cara, rescisión de contrato de Laso. Paso a Clément Frisch, Rafa Villar, Matteo Spagnolo, Hamidou Diallo, Rodions Kurucs, Mamadi Diakite y Markquis Nowell. Adiós, con mayor o menor pena, a Chima Moneke, Sander Raieste, Pavel Savkov, Ognjen Jaramaz, Ousmane Ndiaye, Kamar Baldwin, Donta Hall y Nikos Rogkavopoulos. Continúan Trent Forrest, Tadas Sedekerskis, Markus Howard, Timothé Luwawu-Cabarrot, Luka Samanic y Khalifa Diop. Sobre este sexteto de supervivientes, todos con algo por lo que reivindicarse, debería sostenerse el Baskonia en sus primeros pasos.

Giro en los despachos

Borrón y cuenta casi nueva sobre el parqué y en el banquillo, pero también en los despachos. El desastre de la pasada temporada también agitó algunos asientos tradicionalmente intocables en las oficinas azulgranas. En busca de nuevas ideas, el Baskonia contrató a Xevi Pujol, el constructor del milagroso Manresa, para tomar las riendas de la secretaría técnica. Fin a casi cuatro décadas de comandancia de Alfredo Salazar como cazatalentos principal. El ojeador vitoriano, sin embargo, no se va lejos. Queda como asesor dada su larga experiencia para reforzar la labor de Pujol y la del director deportivo, Félix Fernández. Una cohabitación bajo la mirada de Josean Querejeta.

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El nuevo Baskonia vuelve a construirse sobre las ideas que imperan en el baloncesto moderno. Se busca dinamismo, velocidad y el mayor despliegue muscular posible para recuperar crédito y terreno en el ámbito ACB y para mantener la compostura en una Euroliga cada vez más salvaje. En lo doméstico, se trata de volver a la Copa del Rey tras dos años seguidos de ausencias, y mantener una constancia en la fase regular que permita a los azulgranas una posición lo más ventajosa posible para disputar los play off de Liga ACB. No hace tanto, eran objetivos mínimos en la casa azulgrana.

De entrada, el libreto del técnico italiano suena bien. Los resultados dirán si su fórmula es ganadora

A falta de una contraorden o reconsideración de metas, deben seguir siéndolo. Mientras, la máxima competición continental sitúa, sobre el papel, lejos de los puestos de privilegio al Baskonia. No se piden milagros, pero tampoco se trata de pasar de puntillas por un torneo que el equipo vitoriano disputará por vigesimosexta ocasión consecutiva.

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Paolo Galbiati aterriza en un banquillo eléctrico en los últimos tiempos, con hasta doce dueños diferentes desde 2012 y una exigencia absoluta que convierte en poco menos que una hazaña mantener el puesto durante una campaña completa. El joven técnico italiano de 41 años, novato en Euroliga y ACB, llega con libreto de juego rápido, transiciones constantes, versatilidad en la utilización de jugadores y esfuerzo innegociable. De entrada suena bien a la espera de constatar si la suya será una fórmula ganadora.

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