A la espera del desenlace final de la ACB en el que el Barcelona es claro favorito, bastante han hecho los capitalinos con llegar a ... ella, la temporada deja un historial que obliga a los clubes a tomar decisiones sobre el tipo de jugadores que hay que buscar en un mercado tan escaso.
El baloncesto continental queda definido de la misma manera que lo hace el boxeo, por pesos. La Euroliga es el peso pesado de las competiciones, los equipos son mejores en relación al numero de jugadores fuertes que tiene. Los cuatro finalistas de Colonia presentaron mucho más físico que talento. Aunque sean tan buenos como Beaubois o Datome, incluso el talentoso Mirotic, el jugador que no quiere chocar no tiene minutos. A De Colo, Spanoulis, Sloukas y algunos tiradores les cuesta demasiado jugar minutos. El Baskonia ha tenido a lo largo de la temporada, siempre condicionado por lesiones, a Polonara, Vildoza, Peters, Sedekerskis y Giedraitis, que pasan con aprobado la prueba física, más por voluntad y deseo que por constitución. Solo Henry es cien por cien peso pesado.
El mismo mal tiene el Madrid. Sus tigres se van agotando, a los jóvenes Abalde y Alocén les falta dar un salto de energía. Garuba es sin duda la revelación de la temporada si debemos hablar de modelos modernos de jugador. Los entrenadores que han marcado estilo son Messina y Jasikevicius por su decidida apuesta defensiva. No solo ellos, el Bayern ha tenido momentos defensivamente excelsos y, desde luego, el doctoral Pascual y su 'semimodesto' Zenit ruso. No puede pasar desapercibida la importancia del estilo arbitral impuesto por la patronal europea. Hagan un repaso a su memoria para constatar las horas de gimnasio que tenían los tres colegiados de la última final continental. Hierrezuelo, el mejor arbitro español de la década, hubiera desentonado en ese partido. Definitivamente, todo cuenta.
La ACB representa el peso medio del baloncesto europeo. Vamos con el ejemplo del mejor equipo continental de esta categoría. El Tenerife ha jugado primorosamente, sus cruces frente a San Pablo Burgos los solventó con victorias, pero en semifinales solo ha ganado un partido al Barça. Me costará olvidar ese partido. La pregunta es, ¿cuántos enfrentamientos puede jugar así un equipo ACB a lo largo de una temporada? Vidorreta, que no pierde ocasión para tirar sus dardos, decía: «Ellos en chárter y nosotros en regular». Ese no es el problema, sino más bien el peso específico del grupo.
Detrás del peso medio, donde estaría el Valencia Basket de la pasada campaña, está el pluma, representado por todo el baloncesto federativo. Lo conozco bien; inmovilismo, jugadores veteranos, entrenadores temerosos de innovar, clubes con economías de guerra. Ahí estarían los presidentes y directivos abnegados, muy parecidos a los que crearon nuestro Baskonia de hace treinta años. Dirigentes dedicados que ocultan en casa las cosillas que pagan de su propio bolsillo por amor al club.
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