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Yeray y Zarraga protestan al árbitro en una acción contra el Mallorca el pasado domingo. ignacio pérez

Con V de vuelta

Análisis ·

Comenzada ya, en pleno estío, la temporada oficial, el Athletic nos dejó en el estreno patronal, coincidiendo con el sentir general expresado, sensaciones positivas pero ... viejas cuitas. No ganar en el estreno liguero a un equipo como el rocoso Mallorca del vasco Aguirre no pudo dejarnos satisfechos, y enfilando la vuelta con V vacacional el regusto era amargo. Ser los reyes del uy, los aciagos en la definición, y todos esos males que afloraban en la etapa de Marcelino, podrían predominar sobre la impresión, real también, de grupo mandón y con alternativas, que la verdad demostró una superioridad huérfana de justo premio. V de vaso medio lleno, o de vaso medio vacío. Con novedades relevantes: V de Valverde, de nuevo en el banquillo, V de Vesga a los mandos, V de Villalibre por fin en la punta. ¿Se aprecian ya en el terreno de juego buenas perspectivas en este tercer proyecto del Txingurri?

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Lo cierto es que la puesta en escena del equipo distó sobre el papel de la observada con contumacia (para lo bueno y para lo malo) en el curso anterior. La disposición en el campo, atisbada ya en la pretemporada, presentaba importantes variaciones, incluidas las ya citadas. El Athletic de Valverde comienza con tres hombres en el centro del campo, con un ancla como el vitoriano, y dos interiores escalonados para la creación, que el lunes lo fueron Sancet y Muniain. Dos jugadores pegados a la cal, donde vuelve a ejercer el mayor de los Williams, y un centrodelantero, donde se apuesta de inicio por el Búfalo de Gernika. ¿Resultó el plan? Pues sí y no. Sí en el dominio del juego, con mucha posesión y superioridad en el bloque central, pero no en lo que ha de esperarse de alguno de los protagonistas en sus respectivas y (a priori) diáfanas misiones.

Parecía coherente regresar a Iñaki a la banda en atención a sus características, pero también ahí evidenció sus manifiestas carencias en el juego estático. Si Williams no corre, no crea peligro. Y tampoco convenció la presencia casi paralela de Muniain junto a Sancet, revelándose más eficaz hoy en día la de Zarraga viniendo de atrás. Y decimos hoy, a la espera de la posible llegada de Ander Herrera, que, qué quieren que les diga, yo la vería como agua de agosto, por la calidad y capacidad organizativa del locuaz jugón. Lo veremos.

También se echó de menos la impronta de Iñigo Martínez, no ya defendiendo (Vivian lo suplió con solvencia) sino por su salida de balón, de la que los otros dos centrales adolecen. Esperemos que el de Ondarroa regrese pronto, y que lo haga para quedarse. Por lo demás, se vio un recuperado Yuri y un acertado Unai Simón en una gran intervención.

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Nubes y claros. Iniciativa y ambición, pero persistente apagón en los límites del área, lo que no fue óbice para que el Athletic mereciera ganar por juego y ocasiones. Lo que es evidente es que este equipo, hoy, requiere de crear mucho para acabar metiéndola. Es lo que hay. Lo que volvimos a ver el día de la Virgen.

Y en este domingo de reincidencia casera y Aste Nagusia el cartel nos trae la V de Valencia, un auténtico hueso difícil de roer, un equipo ché ahora con el italiano Gattuso en la dirección, que aporta la misma o mayor solidez y dureza (veremos si parecida marrullería) que su antecesor Bordalás, bestia negra del Athletic, al que privó la temporada pasada de una nueva final de Copa. La empresa no va a ser fácil, pero la mera continuidad de lo visto en el arranque, eso sí, con un poco más de acierto y fortuna en los metros finales, puede llevarnos a ser optimistas, aún conscientes de que el valenciano es, en principio, más equipo que el balear. Se espera de los levantinos similar eficacia defensiva, pero un más generoso despliegue en la medular, con el cotizado Carlos Soler a la manija y el vasco Hugo Guillamón de lugarteniente, además de la entrada de Nico González, el hijo de Fran. Y también más pólvora arriba, donde, pese a la ausencia actual de la calidad de Guedes y Bryan Gil, los de Mestalla cuentan con otro Hugo, Duro, y dos debutantes Samus, Lino y el fino Castillejo. Un equipo llamado a luchar por la V de volver, volver, como la ranchera: volver a contar, volver a ser grandes, volver de nuevo a Europa. Como los rojiblancos, vamos. El Athletic, con todo, quiere dejar las cosas en su sitio después de la dolorosa y recordada eliminación copera. V de vendetta, ¿V de victoria?

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