Víctor Moreno, la penúltima pieza en la renovada cúpula de poder de Lezama

La nueva directiva ha hecho la transición no sin ciertas demoras y ha acabado por completar la remodelación de Lezama. Queda rematarla con la dirección de rendimiento, cuyo responsable está pendiente de ser confirmado por el club. La estructura montada por la actual directiva descansa en cinco pilares, casi todos ellos sin pasado ni experiencia en el Athletic: Mikel González, director de fútbol; Sergio Navarro, director de cantera y responsable de metodología; Xabi Arrieta, director de fútbol femenino; Víctor Moreno, director de desarrollo deportivo y cesiones -esta función la había desempeñado González-; y el profesional que falta en el apartado relativo al rendimiento. Todos ellos -y alguno más, como Eneko Bóveda, quien trabajará con Moreno, o Julio Salinas, parte del grupo de intervención de metodología- han entrado por Rafa Alkorta, Andoni Ayarza, Andoni Bombín y Joseba Agirre, entre otros.

El presidente rojiblanco anunció hace cinco meses, durante un desayuno de trabajo en el que se presentó el diagnóstico de la entidad relativo al período 2023-2026, que haría una «fuerte inversión en talento, profesionalización, innovación, tecnología e instalaciones para atraer y retener a todos los jugadores dentro de la filosofía actual». Es un plan de actuación integral que ha conllevado el rediseño de todos los cargos de decisión en Lezama, donde González y Navarro rematan la cúpula. Evidentemente, en la junta directiva existe una sección deportiva que se coordina con los responsables de la factoría rojiblanca. Entre todos han esculpido un organigrama totalmente nuevo estructurado en torno a una serie de profesionales elegidos por el club para que optimicen el rendimiento de la cantera y del primer equipo. Hasta ahora, en líneas generales, los resultados han sido escasos: el Athletic terminó fuera de Europa -puede meterse en los despachos-, el filial bajó a la cuarta categoría del fútbol nacional por primera vez en su historia y el femenino completó una campaña mediocre. Por contra, el Basconia y el Juvenil División de Honor tuvieron un curso bastante bueno.

Uriarte y sus colaboradores enseñaron la puerta de salida a los responsables anteriores, y prescindieron además de gente como Javi González -vuelve al Alavés-, Dani Aranzubia y Diego Gil de Gómez, entre otros. Jubilaron a Blas Ziarreta y a Peio Agirreoa y, en cuanto a los cuatro equipos principales, apostaron por técnicos nuevos. Cambiaron a Marcelino por Valverde; en el Bilbao Athletic sustituyeron a Patxi Salinas por Bingen Arostegi y luego cesaron al bermeano para poner a Álex Pallarés, con quien descendieron y al que sucede Carlos Gurpegui junto con Ander Murillo; el Basconia, que dirigía el navarro, pasa a las manos de Bittor Llopis; y el primer conjunto femenino lo llevará David Aznar, con Iraia en el staff del segundo filial.

La intervención de la junta en la cantera no acaba ahí. Se ha pasado de 44 técnicos en Lezama a 57, de 11 ojeadores a 22 y de un psicólogo a seis. González dijo en mayo que el Athletic había incorporado a «26 jugadores al fútbol base», sin contar la primera captación. A ellos hay que añadir ahora a Elijah Gift, Aymane Jelbat, Jon de Luis, Yann Cissé, Ugaitz Quevedo... Habrá que ver si los nuevos cargos, la estructura montada y la forma de trabajar implantada por el equipo de Uriarte dan mejores resultados en su segundo año de legislatura.