El drama de Unai Egiluz
El central de Durango pasa por quirófano tras la rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha y dice adiós a la temporada en el año de su gran oportunidad
Unai Egiluz (Durango, 2002) tenía ante sí la oportunidad no solo de formar parte por primera vez del primer equipo del Athletic, sino de tener ... incluso protagonismo en la rotación de Ernesto Valverde. El final de la cesión de Unai Nuñez y la supensión de Yeray despejaban la pista para el jugador que estuvo a préstamo en el Mirandés el curso pasado. A la espera de Aymeric Laporte, los problemas físicos de Aitor Paredes convertían a Dani Vivián y al de Durango en los únicos centrales disponibles. Su sueño se truncó en un mal gesto en La Maruca, en el amistoso ante el Racing disputado el miércoles de la semana pasada.
A los 25 minutos, en un lance con Izan Yurrieta, el vizcaíno se fue al suelo dolorido en su rodilla derecha. La acción no pareció demasiado exigente, pero se retorció de dolor en el césped y los servicios médicos del Athletic tuvieron que intervenir. Egiluz se retiró unos minutos y se reincorporó al duelo, pero poco después se sentó y pidió el cambio. Ya en el banquillo se le aplicó un vendaje, aunque la cojera con la que abandonó el campo de Camargo preocupaba.
«Ha tenido un pequeño problema en la rodilla. Vamos a esperar a mañana a ver si no es nada. Parece que al final del partido estaba mejor», aventuró Txingurri tras el duelo. Al día siguiente el parte médico habló de una «entorsis», un esguince que le apartaría de los terrenos de juego alrededor de un mes. Sin embargo, en los siguientes días se sometió a pruebas complementarias que dictaron el peor de los diagnósticos: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Es una de las peores lesiones a la que se puede enfrentar un futbolista por el tiempo de recuperación que conlleva.
En el mejor de los casos, Egiluz estará de baja siete meses, aunque los plazos se pueden alargar hasta los nueve. Es decir, que como mucho podría reaparecer en la recta final del curso. Sin embargo, su rol de actor secundario no hace pensar que el Athletic se vaya a apresurar con su regreso al césped. Con contrato hasta 2028, el objetivo es que el jugador formado en la Cultural Durango llegue en las mejores condiciones a la temporada 2026-27 y, según la necesidad del club, apostar por él o buscar una salida como hace un año.
En Anduva, donde le costó hacerse con la titularidad -disputó 33 partidos-, rozó el ascenso a Primera al lado de otros dos rojiblancos como Hugo Rincón y Urko Izeta, el primero a préstamo en el Girona y el segundo en busca de un pasaporte para el primer equipo. Desde su etapa de juvenil Egiluz no había jugado tantos partidos en una campaña como lo hizo en el Mirandés, club que mima a sus mirlos.
Llegó a Lezama en 2018 procedente de la Cultural de su localidad natal. En el curso 2021-22 jugó en el Basconia en Tercera Federación y luego dio el salto al Bilbao Athletic en Primera RFEF, categoría que perdió y luego volvió a recuperar en la 2023-24, en la que además disputó su único partido oficial con el primer equipo. Fue ante el Rubí en el estreno copero que acabó con la gabarra en la ría cuarenta años después.
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