KODRO, El tiempo lo dirá
No es fácil recordar un fichaje del Athletic más sorprendente que el de Kenan Kodro. Y no lo digo porque el club bilbaíno no haya ... hecho, a lo largo de su historia, contrataciones extrañas e imprevistas, en algunos casos auténticas monedas al aire a ver si había suerte y salía cara, sino porque el jugador donostiarra no había aparecido nunca, que yo sepa, en la lista de potenciales fichajes. ¿Se hablaría de él alguna vez cuando jugaba en las categorías inferiores de la Real? ¿Al subir al Sanse quizá? Es posible. Ahora bien, nadie puede discutir que Kodro llevaba años fuera de los radares rojiblancos. De hecho, me temo que le habían perdido la pista hasta en San Sebastián y que sólo una minoría de aficionados realistas bien informados sabía que se encontraba en Copenhague militando en un equipo de la competición danesa.
El fichaje del hijo de Meho Kodro provocó ayer las reacciones previstas. La perplejidad fue general. A partir de ella, hubo quienes optaron por el sarcasmo y criticaron sin tapujos la decisión del club. Otros, una mayoría cautelosa, prefirieron esperar acontecimientos sostenidos en un interrogante que hizo popular hace tiempo el cómico José Mota: ¿Y si sí? Es decir, ¿y si resulta que Kenan Kodro acaba ofreciendo un rendimiento que convierte en rentable la arriesgada apuesta de su fichaje? La realidad es que para ello no necesitaría codearse con los grandes goleadores de la Liga en la lucha por el Pichichi, vaya. Con que Garitano lo considere apto para jugar y marque un par de goles de aquí a junio ya se le podría dar por amortizado.
Personalmente, me encuentro entre quienes no ven ni bien ni mal este fichaje. Sencillamente, el tiempo lo dirá. Tampoco creo que sea un mensaje dañino a Lezama, como ayer mismo se escuchaba por ahí. Las promesas de la cantera necesitan competencia. Si no son capaces de superar a un futbolista que va a cumplir 26 años y no jugaba de titular ni en la Liga danesa es que no tienen nivel para el Athletic. En realidad, a mi sólo hay algo que me disgusta de la llegada de Kodro y es la verdadera causa que la ha propiciado: que a Aduriz, por desgracia, ya no le podemos esperar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión