Socios agrupados en el colectivo Athletic Indartuz critican la gestión de Uriarte

Athletic Indartuz está integrado por un significado grupo de socios que lleva varios años manifestado su opinión sobre la actualidad rojiblanca. Entre ellos están, por ejemplo, Eba Ferreira y Jone Goirizelaia, que apoyaron la candidatura de Ricardo Barkala en la elecciones de hace un año. De hecho, la primera de ellas iba en la plancha electoral del director del Puerto de Bilbao.

Este grupo de socios censura que el Athletic viva «en una especie de nube permanente en los últimos años. En una campaña de marketing perpetua, el Athletic donde el arraigo social, el sentido de pertenencia y los elementos de cohesión no terminan de conectar, más allá del espectáculo, con el día a día del club y con los valores a través de su cantera. Parece que la plasmación práctica de los proyectos electorales se complica cuando desde el bunker de Ibaigane se proyectan ideas diferentes a las juntas que toman el poder con la máxima ilusión y profesionalidad», apunta.

El texto critica también la ausencia de comunicación entre la masa social y la directiva. «No deja de sorprender, que un presidente que dice ser el de todos, a diferencia del resto de sus predecesores, no ha hablado con los grupos sociales que tratan de aportar cuestiones diferentes», indica. También muestran su preocupación por el hecho de que «se puedan estar tomando decisiones contra los socios y socias amparados en unos nuevos estatutos que pretendían precisamente todo lo contrario: protegerlos».

Respecto al primer equipo, aseguran que su situación deportiva «es cada vez más preocupante y cuando llegan las últimas jornadas, desaparece la competitividad». Además, consideran que la política de renovaciones «y sobre todo de su comunicación y plasmación en símbolos, está siendo puesta en solfa». También se preguntan si «se quiere desposeer de liderazgo a la primera plantilla masculina para simplificar eso que se ha llamado 'Las renovaciones por objetivos'. Con los resultados obtenidos por el primer equipo, en el próximo presupuesto se reducirá considerablemente la cantidad a cobrar por la primera plantilla. ¿O será solo producto de las no renovaciones?», se cuestiona. «El rock and roll del primer y con el primer equipo no es ni siquiera un vals acompasado», sentencia el comunicado.

En cuanto al equipo femenino, creen que «necesita un análisis de la situación actual y un plan estratégico de futuro a corto y medio plazo». También censuran el intento de «masculinizar las estructuras, creyendo que es una competición entre entrenadores con mayor o menor calidad es un error. El fútbol femenino no solo necesita formación, sino más bien una construcción profesional y diferenciada dirigida desde una perspectiva feminista», apuntan.

La valoración sobre la cantera es especialmente crítica. «Se desploma sin que conozcamos cual es el proyecto actual», indican. «Estamos ante una reforma colosal de las instalaciones deportivas, acometida por la anterior junta, de la cual no sabemos cuál ha sido su plasmación en la evaluación sobre el rendimiento deportivo y didáctico. Un nuevo edificio, una nueva residencia… Muchas aportaciones, sin que nos comuniquen cuales son las mejoras aplicadas ya en el día a día», exponen. El texto incluso apunta a una división interna en la directiva en el capítulo de nombramiento cuando recuerda que «todavía hoy, seguimos sin director deportivo y sin saber de quién es la responsabilidad porque los nombramientos parece que no tienen ni siquiera el aval de toda la junta directiva actual».

Tras calificar de «errática» la política deportiva del club, considera que el Athletic «busca su espacio en el ámbito institucional sin mucho acierto. Por un lado, tratando de recuperar su relación con la liga a base de la técnica del palo y la zanahoria. Por otro lado y consecuencia de lo anterior, se ha producido una pérdida de la confianza con la RFEF y unas malas asignaciones arbitrales en torno al VAR y al césped en las últimas jornadas». Y achaca esta circunstancia a «la vuelta a una política comunicativa sin relaciones directas con grupos y personas y la falta de presencia en los órganos federativos», que «no se puede tapar con la hiper exposición permanente de determinados símbolos deportivos». Así, pone como ejemplo la realización de «homenajes que no son participativos, tan solo meras acciones de marketing pasivo para espectadores». «La masa social solo mira», asegura.

Afirma también el comunicado que «cada vez que hay un cambio de junta directiva, se pasan entretenidos una buena parte de su trayectoria analizando, Lezama, la Fundación y la política comunicativa. Todo para no tocar lo intocable. Todo para no mover los verdaderos nichos de poder». En el caso concreto de la Fundación «conocemos de las salidas de personas de prestigio de la misma, pero no conocemos nada sobre las llegadas». «Los cambios y los proyectos no se pueden realizar por la parte de atrás», considera. «Un proyecto social tiene que tener una base relacional con lo deportivo, sino se vuelve a fundamentar en el marketing promocional vía eventos», sentencia.

Analizados los distintos estamentos, los firmantes del comunicado creen que «toca bajar de la nube. Vivir tan arriba nos hace a veces no ser capaces de distinguir entre los estratos que traen lluvia y aquellos que pueden estar de paso. La unidad dentro y fuera del club se debe buscar tocando tierra y estando próximos a potenciar nuestros puntos fuertes. Estamos deseosos de conocer el actual proyecto una vez finalizado el tiempo de cosecha», concluye el texto, que firman Jone Goirizelaia, Txemi Gorostiza, Eba Ferreira, Salva Anakabe, Juan Carlos Iza, Sabin Arana, Iker Gandiaga, Luisfer Urkiola, Iñaki Irizar, Ibon Cabo y otros socios-as «en representación del colectivo Athletic Indartuz».