«Sé que siempre habrá comparaciones con mi padre, pero yo tengo que marcar mis goles»
Kenan Kodro - Delantero del Athletic ·
«A un delantero se le valora por los goles que hace. Lo daré todo en el terreno de juego, trabajaré duro y los aciertos llegarán»Kenan Kodro (San Sebastián, 25 años) habla con pasión del fútbol, que le ha llevado a hacer las maletas cuatro veces en el último ... año y medio hasta aterrizar en el Athletic. Sabe que ha merecido la pena. El estado de ánimo del delantero cabe en una sonrisa, que regala con generosidad. Solo se le apaga cuando toca temas tan sensibles como la guerra de Bosnia, que destrozó vidas y separó a familias. La suya, por fortuna, permanece unida. Él invita a olvidar para «seguir viviendo». Vuelve a iluminarse cuando se le pone el balón encima de la mesa y la camiseta rojiblanca, que promete empapar de sudor y buscar con ella los goles que quiere regalar a San Mamés, donde el domingo se estrenó ante el Barça. Contesta a todo y construye un relato que va más allá del fútbol.
– ¿A qué le supo el debut?
– El sabor fue magnífico. Por cómo avanzaba la semana pensaba que podía entrar, pero tampoco quería creérmelo del todo porque solo llevaba siete días y me decía a mí mismo que tal vez no me iba a meter en la convocatoria. Fueron tres, cuatro minutos buenos, intensos, y estoy muy feliz por la acogida. Estoy agradecido al público y trataré de devolvérselo en el terreno de juego.
– San Mamés le regaló una ovación.
– Sí, estoy muy agradecido. No lo sé... lo único que me queda es dar las gracias y demostrar en el campo que puedo estar aquí.
– ¿Quién es Kenan Kodro?
– Un chico normal, muy familiar. La familia es lo más importante para mí. Me gusta estar con mis amigos, con mi novia. Normalidad.
– Suele comentar que es un «bosnio de San Sebastián».
– Aquí soy bosnio, porque hablo bosnio, y en Bosnia soy español y vasco. Una gran mezcla.
«Sabía que era un club grande. Ahora que estoy dentro veo que no estaba equivocado»
– Habla bosnio perfectamente. ¿Sus padres le han transmitido la cultura y las costumbres de su país?
– Sí, por supuesto. En casa siempre hablábamos en bosnio. Luego fui al colegio inglés y aprendí inglés, y con mis amigos aprendí español. Así que hablo tres idiomas y un poco de euskera.
– El año en el que nació, en 1993, el país en el que vino al mundo su padre ardía en llamas. ¿Qué referencias tiene de la guerra en los Balcanes?
– Gracias a Dios no perdimos a ningún familiar en la guerra. Mis padres sí perdieron amigos. Pasó lo que pasó y si no hubiese habido guerra, habríamos tenido a un gran país como Yugoslavia. Pero es la vida, problemas políticos, que ocurren también en el día de hoy. Ojalá puedan olvidarse. Lo que ocurrió hay que olvidarlo y seguir viviendo.
– Muchos huyeron por la guerra, pero su padre salió antes de que todo estallara y lo hizo para jugar en la Real Sociedad. ¿El fútbol ha salvado a la familia Kodro?
– Puede ser. Mi padre jugaba al fútbol y tuvo la suerte de llegar a la Liga española y de que le aceptaran como le aceptaron. Cuando empezó la guerra trajimos a la familia de mi madre a San Sebastián y también a la de mi padre. Yo no me acuerdo, pero en las fotos veo que llegamos a estar 20 personas en casa.
«La gente debe sentirse orgullosa porque esto no lo tiene nadie en el mundo. Aficionados y jugadores»
– Había leído que incluso más.
– Sí, hasta 30. Había muchísima gente. Entonces cogimos otra casa para la familia de mi madre, que acabó yéndose a Alemania. Mis abuelos iban a Bosnia cuando podían.
– Usted va a Bosnia todos los años.
– Me voy por el tema de la selección y también en mi tiempo libre, con la familia. Cenamos, comemos, estoy con mis primos y con mis amigos... Allí veo de dónde es mi familia, dónde nacieron. Para mí es lo más importante. Tengo una relación magnífica con todos ellos, con los primos, abuelos... Me gusta ir porque me da vida, energía.
– Meho, su padre, es de Mostar, una de las ciudades más castigadas por la guerra. Está divida entre croatas y musulmanes.
– Yo no lo entiendo, pero la situación es la que es. No puede cambiarse. La gente ha hecho que sea así y se ha acostumbrado a vivir de esa manera. Para mí es un poco más difícil de entender porque vengo de fuera, pero lamentablemente la gente se ha acostumbrado a vivir así.
– ¿Las nuevas generaciones lo tienen superado o la desconfianza entre musulmanes, croatas y serbios, por no decir el odio, se perpetúa?
– Tengo buenos amigos de Serbia y Croacia y nosotros, las nuevas generaciones, podemos entenderlo (una vida en común). Pero si pregunta a los que viven allí y que han perdido padres, madres... Es difícil que lo entiendan. Si yo hubiera perdido a alguien, a mi padre, tendría ese odio. Pero las nuevas generaciones debemos tratar de olvidarlo. La vida sigue, se construye de nuevo, habitamos en un mismo territorio, hablamos el mismo idioma. Ojalá algún día todo sea como antes.
Datos personales
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Kenan Kodro nació en San Sebastián. Tiene 25 años.
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Trayectoria: Antiguoko, categorías inferiores de la Real Sociedad, Sanse, Lagun Onak, Osasuna, Mainz, Grasshopper, Copenhague y Athletic.
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En el Athletic. Llegó procedente del Copenhague y ha firmado hasta el 30 de junio de 2022. Su cláusula de rescisión es de 80 millones de euros.
Grandeza del Athletic
– Era muy pequeño, ¿pero llegó a ver jugar a su padre?
– En la Real y el Barcelona, no, pero sí cuando estaba en el Tenerife. Iba al campo con mi madre y después bajaba al césped para pelotear.
– Allí empezó todo.
– Todo. Iba a los entrenamientos y no quería ir a la escuela. Lloraba porque quería acompañar a mi padre. ¡Al final me llevaba él a clase!
– ¿Siempre ha sabido que iba a ser futbolista?
– No sabía que iba a ser futbolista profesional, pero sí que lucharía por ello. Tenía talento y era mejor que los demás. A veces no iba ni a la escuela. Mi madre no lo sabe (ríe). El fútbol me apasiona y cuando mi padre me compraba botas dormía con ellas. Era una locura.
«En la guerra de Bosnia llegamos a estar hasta 20 y 30 personas en mi casa de San Sebastián»
– El apellido Kodro pesa.
– Forma parte de mi vida. Lo acepto con normalidad. Sé cómo es la gente, la Prensa, que siempre hará comparaciones con mi padre. No hay ningún problema. Tengo mi vida, mi carrera y tengo que marcar mis goles. Que me valoren por lo que hago.
– ¿Se sintió liberado cuando salió de la Real Sociedad?
– Tal vez. Hubo mucha presión y era joven, ¡y todavía lo soy! Posiblemente no llegué a comprender cómo funcionaba el fútbol profesional y de lo que representaba allí mi padre. Cuando pasa el tiempo entiendes cosas.
– ¿Alguna vez en su vida se le pasó por la cabeza que podría acabar en el Athletic?
– La posibilidad estaba ahí. Soy vasco, nacido en San Sebastián. Sabía que si hacía buenas temporadas podrían pensar en mí. Gracias a Dios ha pasado. ¿Si lo he tenido alguna vez en la cabeza? Sí.
– Desde fuera, ¿qué imagen tenía de su ahora club?
– Sabía que era un grande. Ahora que estoy dentro veo que no estaba equivocado. La filosofía que tiene el Athletic no la tiene nadie. La gente debe sentirse orgullosa porque esto no lo tiene nadie en el mundo. Tenemos que estar orgullosos ellos y nosotros.
«El fútbol me apasiona y cuando mi padre me compraba botas dormía con ellas. Era una locura»
– ¿Qué quiere hacer en el Athletic?
– En primer lugar, adaptarme bien. Adaptarme al entrenador, compañeros, estilo de juego. He pasado un año y medio difícil. Estaba en Osasuna, me marché fuera –al Mainz, Grasshopper y Copenhague– y ya no estaba tan bien. La adaptación me costó y tampoco me dieron una oportunidad de verdad. Creo que tengo cualidades y potencial para hacer buenas cosas en el Athletic.
– ¿Un delantero solo convence con goles?
– Por supuesto. A un delantero se le valora por los goles que hace. Trataré de darlo todo en el terreno de juego, trabajar duro y los goles llegarán.
– Cuando vaya a Bosnia podrá decir que está en uno de los clubes más especiales del mundo. ¿Hará a sus amigos del Athletic?
– ¡Tengo que hacerlo! Seguro.
– ¿Qué le diría a su nueva afición?
– Ahora tienen a otro bilbaíno más, a un jugador del Athletic. Que confíen en mí y que me den tiempo porque haré lo imposible para marcar goles.
«Puedo aprender de Raúl García y Aduriz»
En su presentación dijo que quería conocer a Aduriz para preguntarle «cómo es tan bueno». ¿Lo ha hecho?
– Ja, ja, ja, no. Aduriz ha marcado una época en el club. Es un ejemplo para todos los jugadores que empiezan, que tienen altibajos, porque el fútbol se puede jugar con 20, 30, 35 años...
– Y con 38.
– Así es, me quito el sombrero. Hay que agradecerle todo lo que ha hecho por el club.
– ¿Tenía ídolos de pequeño?
– Sí, mi padre. Siempre me fijaba en los delanteros. Me encantaba meter goles. De cabeza, con la izquierda, con la derecha. Seguía a los buenos, sus movimientos, cómo marcaban, cómo celebran. Me gustaba Zlatan Ibrahimovic por cómo la pegaba con ambas piernas, por cómo bajaba el balón. Veo ahora aquí, en el Athletic, a buenos jugadores como Raúl García y Aduriz. Puedo aprender de ellos.
– ¿Quién le llamó para venir al Athletic?
– Mela, mi tío y representante. Me dijo que había una posibilidad de venir, pero no podía asegurármelo. Al final pasó y estoy agradecido al club.
– ¿Qué le dijo su padre?
– No había hablado con él porque le dije a Mela que no quería saber nada hasta que no fuera seguro. Luego, cuando hablamos, se sorprendió positivamente. Me comentó: 'Es una buena historia, ojalá se haga'. Y se hizo. Él está muy feliz, y yo, y mi familia.
– ¿Y en la selección, qué le han dicho?
– Muchos me llamaron y me felicitaron. Saben dónde he venido, a un gran club. Ahora tienen a un buen futbolista que juega en el Athletic (risas).
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