La semana estratosférica del Athletic
Aliviados con la victoria ante el Levante, los rojiblancos se preparan para recibir en siete días de máxima exigencia al Madrid, el Atlético y el PSG
La victoria ante el Levante ha supuesto para el Athletic un «refuerzo anímico», así lo calificó Valverde, de primera magnitud. Además de sumar tres puntos ... que espantaron algunos fantasmas y le mantienen en la pomada europea, en el Ciutat de Valencia los rojiblancos se sacaron varias espinas que tenían clavadas. Su fútbol estuvo bien engrasado y dejó de chirriar como la puerta de un castillo transilvano; ganaron fuera de casa después de tres meses; marcaron dos goles tras cuatro partidos en los que sólo habían sumando uno; vencieron por primera vez por más de un gol en todo lo que va de Liga, y vieron a tres futbolistas tan importantes como Unai Simón, Berenguer y Nico Williams jugando al nivel que se espera de ellos. Si no llega a ser por la lesión de Robert Navarro, que se unió a la larga lista de compañeros caídos en combate esta temporada, se podría decir que el sábado todo fueron buenas noticias.
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El Athletic sonrió frente al equipo de Calero, algo que no hacía desde el triunfo ante el Oviedo, el otro colista, y precipitó el despido del simpático entrenador madrileño. Se puede decir, por tanto, que los leones van a afrontar con la debida tranquilidad de espíritu y hasta un cierto positivismo la que puede considerarse la semana más potente de toda su historia. No estamos exagerando. Es cierto que, a lo largo de su historia, el Athletic ha vivido días de enorme exigencia y tensión. Me viene a la cabeza esa semana pétrea de 2013 en la que el equipo de Bielsa tuvo que resolver la eliminatoria de cuartos de la Europa League ante el Schalke 04 y entre medio visitar el Camp Nou. Y recuerdo también, en la temporada del doblete con Clemente, esos dos choques seguidos de Liga y Copa contra el Real Madrid y la visita al Benito Villamarín, que por entonces era un matadero.
No hay precedente de que el Athletic reciba a tres rivales tan duros en San Mamés en sólo siete días
Lo que no se puede recordar porque no hay precedentes es que en siete días el Athletic reciba en San Mamés al Real Madrid, al Atlético y al campeón de Europa, en este caso el PSG de Luis Enrique. Si uno tuviera alma de publicista y un mínimo espíritu comercial hablaría ya de la semana fantástica. Ahora bien, como escribimos de fútbol y lo que en el deporte determina lo fantástico y lo deplorable son los resultados, y éstos no va a ser fácil que sean buenos ante semejantes rivales, debemos ser más cautos y hablar, por ejemplo, de la semana estratosférica.
En la situación renqueante en la que se encuentra el Athletic esta cordillera en el calendario no puede ser bienvenida. Es evidente que al equipo de Valverde no le pilla en su mejor momento. La victoria ante el Levante no debe llevar a engaño. Y no sólo porque los granotas son un equipo lleno de flaquezas, entre otras cosas el más goleado de Primera, sino porque a pesar de su debilidad le crearon al Athletic hasta cuatro ocasiones muy claras de gol. Que las fallaran o que Unai Simón salvara al menos tres no significa que no fueran una muestra de debilidad del sistema defensivo de los rojiblancos; una debilidad que de reproducirse ante el Real Madrid, el Atlético o el PSG sería devastadora.
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Examen total
El reto para el Athletic es tremendo. En apenas siete días estos tres grandes equipos van a examinar a los rojiblancos con la máxima exigencia en todos los grandes conceptos del juego. Y en todos ellos van a tener que mejorar las notas que vienen sacando esta temporada si quieren tener una oportunidad. Lo de la defensa ya está dicho. El Athletic ha encajado 26 goles en los 19 partidos que ha disputado entre Liga y Champions. La media es de 1,3 cuando la de la pasada campaña fue de 0,7, casi la mitad. El centro del campo ha dado síntomas de debilidad y de inferioridad en un buen número de partidos. Y la falta de gol -no llega al tanto por encuentro (18 en 19)- le ha martirizado en numerosas ocasiones, sobre todos ante los rivales de alto nivel como Arsenal, Villarreal, Borussia de Dortmund, Newcastle o Barça, saldados todos con derrotas.
De estas tres citas se puede hacer, sin embargo, una lectura desde el lado de un optimismo esforzado, un poco agónico; una lectura en la estela de los Monty Phyton en 'La vida de Bryan' cuando los crucificados cantaban aquello de que había que mirar siempre el lado bueno de la vida. Y es que los rojiblancos, analizando las cosas con frialdad, tienen más que ganar que de perder. Es cierto que al Real Madrid se le ganó la pasada temporada en ese partido en el que Mbappé, según propia confesión, tocó fondo y falló un penalti. Pero es que en las nueve visitas anteriores había ganado.
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Para tener una oportunidad esta semana los rojiblancos deben mejorar en todo
Los precedentes con el Atlético son conocidos. El curso pasado se llevaron la victoria sin merecerlo con un gol de Correa en el descuento, pero la igualdad, con un cierto acento a favor de los colchoneros -8 victorias del Athletic, 2 empates y 10 victorias del Atlético en los últimos veinte encuentros- ha sido la tónica dominante en unas batallas muy intensas. La tropa de Cholo llega, además, en un momento dulce. Desde el 4-0 que le endosó este Arsenal intratable, lleva siete victorias consecutivas. Y qué decir del PSG de Luis Enrique, que querrá certificar en San Mamés su clasificación entre los ocho primeros. Con este panorama, ¿cómo no pensar que, de ofrecer un buen rendimiento y lograr al menos una victoria, sobre todo en la Liga, el equipo de Valverde podría iniciar de verdad ese despegue que lleva tres meses esperando? ¿Por qué no ilusionarse con ello?
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