Repunte del optimismo
Goles al arcoiris ·
Ya se baraja que, de seguir así la evolución de la pandemia, en septiembre haya partidos con públicoApoyada en los esperanzadores datos de los últimos días sobre contagios e ingresos hospitalarios, la desescalada está alcanzando una velocidad de crucero que hace apenas ... dos semanas no imaginaban ni los los más optimistas. Esto ha afectado también al fútbol. De la misma manera que millones de personas se han lanzado a playas y terrazas, los clubes comienzan a moverse ansiosos en el nuevo escenario prometedor. El caso más llamativo es el de la UD Las Palmas, que ya ha manifestado su deseo de jugar sus partidos con público.
En principio, la petición de los canarios pareció un brindis al sol, pero lo cierto es que las cuentas que han hecho tampoco son disparatadas. Otra cosa es que el Ministerio de Sanidad esté dispuesto a aceptar una propuesta de semejante calibre en términos de riesgo y que la Liga sea capaz de asumir el agravio comparativo que supondría que unos equipos puedan jugar con público y otros no en función de la situación sanitaria de sus comunidades. Pero los datos a los que se agarra Miguel Ángel Ramírez, el presidente del club, tienen su lógica. Si Canarias entra el 8 de junio en la fase 3 y en esa fase de la desescalada se permite cubrir un 30% del aforo de los locales, los 10.000 abonados de su club podrían asistir al partido contra el Girona del 13 de junio, ya que en el estadio caben 33.000 espectadores.
Me temo que en los próximos días nos esperan muchas cuentas por el estilo, siempre trufadas de un optimismo más militante que el de la lechera del cuento. La Liga, por ejemplo, ya se atreve a acortar los plazos para el regreso de los aficionados a los campos. En principio, esta posibilidad estaba descartada hasta enero de 2021, pero todo puede cambiar. Incluso la Secretaria de Estado para el Deporte, Irene Lozano, ha dejado caer que no descarta que en septiembre haya un porcentaje de espectadores en las gradas. Tebas confía en que sea del 30%, que pasaría al 50% en noviembre y a la totalidad del aforo ya en enero. Por supuesto, todos los firmaríamos. Solo falta que lo firme el Covid-19.
Athletic
Fidelidad
El Athletic anunció ayer la identidad de los futbolistas galardonados con los 'One Club Man&One Club Woman' 2020. En el apartado masculino, el elegido fue Ryan Giggs, cuyo nombre venía sonando desde que hace seis años Josu Urrutia tuvo la feliz iniciativa de crear este premio. Y es natural que sonara porque el jugador galés no es que reúna todas las condiciones para recibir esta distinción sino que podría decirse que el 'One Club Man' está hecho directamente para él, entre otros escogidos. Uno, que siempre tuvo debilidad por Giggs como futbolista, sólo puede celebrar esta elección y confiar en que San Mamés pueda estar lleno el día que le hagan entrega del premio. Yo propondría que, aparte de Iribar, el trofeo se lo entreguen entre Txetxu Rojo, Argote y Sarabia para que la cosa quede entre zurdos magistrales de la misma estirpe. En el caso de la 'One Club Woman' la elegida ha sido Pia Wunderlitz, legendaria jugadora del FCC Frankfurt y de la selección alemana. El club, que lo va a pasar mal para encontrar candidatas de peso para este premio, ha pasado por alto que Wunderlitz jugó entre los 16 y los 18 años en el TSV Battenberg antes de fichar por el club de su vida. Algunos lo denunciaron ayer como una vulneración de las bases del premio. Bien. Si hacemos una lectura estricta de ellas, es cierto. Pero si pensamos en su espíritu, la verdad es que no hay discusión.
Real Murcia
El que faltaba
Desde la muerte de Jesús Samper en 2015, la situación del Real Murcia se ha ido deteriorando hasta llegar a unos niveles casi trágicos. Si uno se toma la molestia de leer informaciones sobre lo que sucede en las oficinas de la Nueva Condomina le entran ganas de echar cuerpo a tierra. Por si acaso. Puñaladas, broncas, traiciones... En fin, una situación límite que sólo la llegada de un inversor fiable y potente podría ayudar a encauzar. De lo contrario, la continuidad del club, ahora en Segunda B, no estaría garantizada. En estas situaciones, uno siempre trata de ponerse en la piel del hincha, el gran sufridor, el eterno penitente. Hay que comprender su angustia y su enfado. Y también que muchos acaben tirando la toalla, conscientes de que lo suyo no tiene remedio. Pienso, por ejemplo, en los hinchas murcianos, con su esperanzas ya por el suelo, pisoteadas como una colilla, al enterarse de que el pequeño Nicolás, que por lo visto sigue libre y tan campante, está moviendo sus hilos para que un grupo inversor se haga con el control del club.
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