El Athletic pisa fuerte en Vallecas
El equipo de Marcelino, en racha, se sobrepone al esfuerzo del jueves ante el Barça y gana al Rayo con un gol de Nico Serrano
Marcelino aseguró el sábado que en Vallecas sus jugadores iban a estar «como un trapo» tras el descomunal esfuerzo realizado frente al Barça. Pues bien, si lo estaban, la verdad, lo disimularon a las mil maravillas. Los rojiblancos compitieron este domingo a gran altura y acabaron por conseguir la primera victoria de un equipo visitante en Vallecas en lo que va de temporada; un logro de mucho mérito en cualquier circunstancia y todavía más en la que disputó el partido el Athletic. Fue un triunfo justo, obtenido con una exhibición de solidez defensiva y una ambición en ataque que no cedió ni siquiera cuando más empujó la tropa de Iraola. Que el único gol lo firmase Nico Serrano en su estreno como titular en la Liga supuso un plus de alegría.
Rayo
Luca Zidane, Fran García, Saveljich, Catena, Balliu, Pathé Ciss (Nteka, m.75), Álvaro, Trejo (Unai López, m.75), Santi Comesaña, Isi (Bebé, m.85) y Falcao (Sergi Guardiola, m.68).
0
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1
Athletic
Simón, Vivian, Lekue, Íñigo, Balenziaga, Berenguer, Zarraga (Nico Williams, m.74), Dani García, Nico Serrano (Vesga, m.61), Raúl García (Yuri, m.83) e Iñaki Williams.
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Incidencias 9.034 espectadores en Vallecas.
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Árbitro Cordero Vega.
El valor de los tres puntos es enorme. Directamente, metió al equipo de Marcelino en la lucha por la Europa League, de la misma manera que una derrota le hubiera alejado demasiado de ese objetivo. Y confirmó que en este 2022 el Athletic está en eso que se llama una buena dinámica. En racha. Sus futbolistas están afilados. Se observa una competencia de lo más beneficiosa dentro de la plantilla, donde parece haberse desterrado cualquier tipo de conformismo. De no ser así, el Athletic no hubiera podido ofrecer el nivel que desplegó para imponerse a un rival tan tenaz y vertical como este gran Rayo, que colgó un millón de centros, la mayoría bastante malos. Iñigo Martínez y Vivian, que dieron una clase magistral de despejes, se ocuparon también de los buenos.
El Athletic salió con la intensidad que requería el duelo y muy concentrado en una labor vital como era tapar las bandas locales, sobre todo la izquierda, donde Fran García y Álvaro acostumbran a hacer mucho daño. El pulso se igualó muy pronto. Y luego se fue emborronando y resultando más aburrido de lo que se suponía. Pasado el minuto 25, el Rayo empezó a mejorar moviendo el balón con algo más de mordiente. Dio la impresión de que el Athletic se empezaba a destensar y que los de Iraola comenzarían poco a poco a llegar con peligro a la portería de Unai Simón, que hasta ese momento sólo había tenido un pequeño susto a los siete segundos cuando Falcao intentó sorprenderle por alto desde fuera del área.
Pues bien, sucedió todo lo contrario. A la media hora, Berenguer se lanzó rápido al contragolpe con Comesaña corriendo tras él como un sabueso pensativo. El centrocampista gallego dudó entre agarrarle o dejarle seguir y optó por lo segundo. La jugada no le debió de parecer tan peligrosa. El caso es que el exjugador del Torino abrió a Raúl García, cuyo centró no acertó a despejar la defensa rayista. El balón le cayó a Nico Serrano, que dejó botar y se sacó un zurdazo cruzado soberbio. Era su primer gol con el Athletic, sin duda el primero de una lista que el navarro irá agrandando porque, a sus 18 años, le sobran condiciones para ello.
Lo cierto es que el gol no cambió demasiado el partido. Más allá del marcador, se entiende. El juego fue más o menos el mismo con pequeños matices. Lo fundamental era que ninguno de los dos equipos era capaz de encontrar caminos a partir de los tres cuartos de campo. Llegado al descanso fue inevitable preguntarse con qué actitud saldría el equipo de Marcelino y cómo le afectaría el cansancio acumulado. ¿Se dedicaría a nadar y guardar la ropa? ¿Optaría por un plan conservador? La respuesta llegó de inmediato y fue la mejor posible. En el minuto 46, Nico Serrano estuvo a punto de hacer el 0-2 pero su remate, que culminaba una buena jugada del equipo rojiblanco por la izquierda, se le fue alto.
Los rojiblancos se fueron a por el 0-2; una noticia feliz y reveladora del gran momento moral que viven los rojiblancos. Williams, Balenziaga, Raúl García y Dani García en un cabezazo tuvieron opciones para ampliar la ventaja. No lo consiguieron y eso provocó un lógico periodo de incertidumbre porque el Rayo no ceja nunca en su intento y tiene más recursos de los que se puede pensar. Extrañó, por ejemplo, que Iraola tardara tanto en meter a Guardiola en lugar de un desacertado Falcao. Y hablando de desacierto y de otro ilustre es obligado referirse a Raúl García, que no está fino ni siquiera en el área y desperdició otra gran ocasión en el minuto 75.
El caso es que el Athletic acabó llegando a la orilla con el 0-1, para lo cual tuvo que terminar haciendo un ejercicio de resistencia, insistencia, resiliencia... Porque el Rayo no se resignaba a encajar la primera derrota en su campo y buscaba el gol por tierra, mar y aire. Su desacierto en los centros o en los remates desde fuera del área, sin embargo, fue continuo. Y la defensa rojiblanca, atenta a todos los quites, firme y bien ordenada, tuvo mucho que ver en ello. La sensación fue que los jugadores de Iraola se fueron desesperando y perdiendo finura a medida que comprobaban cómo todos sus ataques se estrellaban ante una retaguardia de primera categoría, la de un Athletic que llega al parón de Liga mostrando músculo y rebosante de ilusión.
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