Prueba de estrés para el Athletic en Dortmund
En el peor momento de la temporada, el equipo de Valverde mide su solvencia en el famoso fortín de uno de los rivales más fuertes de la Champions
Primero el Arsenal en San Mamés y ahora el Borussia de Dortmund en su campo. El sorteo le dejó muy claro al Athletic que su ... regreso a la máxima competición continental iba a ser por las bravas. Sin anestesia. ¿Que queréis Champions? Pues tomad Champions. Dos ochomiles para empezar, dos pruebas de fuego que al equipo de Valverde no le han llegado precisamente en un buen momento. A los ingleses les recibió tres días después de perder contra el Alavés. Y a los alemanes les visita en un momento claro de bajón después de que a aquella derrota inesperada e indigesta ante los babazorros le siguieran otras tres y un triste empate. Con un problema añadido: los rojiblancos sólo han marcado un gol en estos cinco partidos de septiembre, dato tenebroso al que no merece la pena buscar precedentes.
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La verdad es que no pintan bien las cosas para el Athletic en el Signal Iduna Park, el histórico Westfalenstadion de cuyo muro de la tribuna Sur, abarrotado con más 24.000 hinchas eufóricos y en posición de firmes, habla todo el mundo con admiración. El Borussia ha empezado muy bien la temporada. Es segundo en la Bundesliga con cuatro victorias y un empate, y en la primera jornada de la liguilla de la Champions jugó un partido tremendo en Turín que acabó con empate a cuatro. El poderío de la tropa de Nico Kovac es indiscutible y en su estadio es una verdadera roca. De hecho, sólo ha perdido uno de los últimos 18 que ha jugado en Champions como local. El Barcelona, recordémoslo, se llevó un buen susto allí la pasada temporada. Viajó con un 4-0 de renta de Montjuic, pero al descanso ya perdía 2-0 y tenía encima una buena tiritona. Sólo un gol en propia puerta de los alemanes permitió respirar a los de Flick, que acabaron perdiendo 3-1.
El Borussia de Dortmund sólo ha perdido en su campo uno de sus últimos 18 partidos de Champions
El Athletic está obligado, podríamos decir que condenado si no quiere pasarlo muy mal, a ofrecer esta noche su mejor versión. Lograrlo incluye dos retos mayúsculos: mostrar una extraordinaria solidez defensiva, a la altura de los mejores momentos del curso pasado, y desde luego revertir por completo esta inercia tan negativa que le está consumiendo de cara a la portería rival. Ambas cosas son imprescindibles. La primera, porque en su campo los 'schwarzgelben' (negroamarillos) acostumbran a atacar con oleadas como las de los guerreros germanos en la batalla del bosque de Teutoburgo. Algo así. Y la segunda, porque precisamente por su desaforada vocación ofensiva, y aunque es cierto que en las últimas cuatro jornadas no han recibido ni un solo gol, los de Novak suelen dejar espacios en su retaguardia. Que hay que aprovechar con inteligencia, claro, algo que el equipo de Valverde no está haciendo en las últimas semanas. En Villarreal, por ejemplo, remataron 16 veces y no acertaron ninguna.
Sin Nico Williams
La pregunta que flota en el aire es si el Athletic está, hoy por hoy, en condiciones de ofrecer esa versión impecable que le podría permitir salir vivo del Westfalenstadion. No lo parece, desde luego, pero quién sabe. Cosas más raras se han visto. Eso sí, quienes confiaban en el regreso de Nico Williams como factor expansivo y estimulante para la tropa de Valverde ayer quedaron decepcionados. El técnico rojiblanco ha preferido reservarle para el sábado. Yhay que entenderle. Volver a la actividad en la jaula de fieras de Dortmund es un riesgo muy alto y el Athletic debe poner el foco en Son Moix. Porque de salir escaldado ante un Mallorca en puestos de descenso la palabra crisis empezaría a circular no ya por carreteras secundarias, como ahora, sino por la principal, por la Gran Vía.
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Sin Berenguer ni Nico Williams, el equipo de Valverde llega corto de efectivos en ataque
Esto último plantea una pregunta: la de si, aparte de reservar a Nico para no correr riesgos, Valverde dará descanso a algún titular más. Habrá que verlo, pero no sería de extrañar que hoy decida echar mano de futbolistas muy fuertes como Unai Gómez o Maroan, de forma que la presión a un rival que juega de memoria con un 3-4-2-1 innegociable, suba unos grados su temperatura. Lo que ya no parece probable, aunque tampoco puede descartarse viendo lo que ocurrió contra el Arsenal, es que Txingurri opte por un revolcón de rotaciones. Sería un mensaje peligroso. No ya de entreguismo pero si de rebaja evidente de la ambición en un torneo, la Champions, que tanta ilusión ha despertado entre la hinchada rojiblanca. Al Athletic, en fin, le toca pasar esta noche eso que, aplicado a la salud financiera de los bancos, los economistas llaman una prueba de estrés. Si la supera, todo podría cambiar. Para bien, se entiende.
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