Buen ambiente. Todo eran sonrisas en el entrenamiento de ayer en Lezama, donde el Athletic se ejercitó tras la victoria ante el Leganés. fernando gómez

El partido del año se juega en San Mamés

Un triunfo en el derbi de mañana podría asegurar al Athletic Europa y acercar la pelea por un puesto libre de previas

Viernes, 26 de abril 2019, 00:37

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El 3 de diciembre, hace menos de cinco meses, el Athletic estaba en el descenso con 11 puntos, a tres de la salvación y a ... 13 del Alavés, entonces en los puestos Champions, y con un miedo en el cuerpo que le impedía funcionar con normalidad. El vestuario estaba aturdido, entre desconcertado y asustado, y la palabra permanencia martilleaba las sienes de los jugadores. Hoy, 144 días después, los rojiblancos están a punto de disputar el partido del año. No por mantenerse en la élite, que sería lo lógico tras un inicio de Liga ruinoso, sino por acabar en Europa y a ser posible sin las temibles previas veraniegas. En hora y media de derbi que albergará mañana San Mamés, los hombres de Gaizka Garitano, el artífice de la resurrección, buscarán una victoria ante el Alavés que les permita sellar virtualmente su presencia en las competiciones continentales y mantenerse en la carrera por acabar entre los seis mejores. Un dos en uno impensable hace nada y que coronaría una temporada memorable, de la que siempre echar mano en momentos difíciles.

El increíble triunfo del Athletic en Leganés, donde remató dos veces entre los tres palos y ganó con un golazo en propia puerta de En-Nesyri, coloca a los rojiblancos ante una inmejorable oportunidad de distanciar a sus más inmediatos perseguidores y asegurarse al menos el séptimo puesto. ¿Cómo? Una victoria mañana contra el Alavés alejaría a los vizcaínos de los vitorianos –seis puntos más el 'average' favorable– y también del Betis y el Espanyol, que además se enfrentan el lunes y podrían descolgarse de la batalla de forma definitiva. Al mismo tiempo, los de Garitano seguirían enganchados arriba sin perder de vista a los clubes que ocupan la zona noble de la clasificación. De cumplirse esta premisa, los bilbaínos tendrían el sello continental de manera virtual, aunque habría que echar el resto para tratar de subir un escalón más y ahorrarse así un verano repleto de compromisos internacionales.

Salvo sorpresa mayúscula, la séptima plaza conlleva premio y trampa a partes iguales. En realidad, la trampa es relativa porque el Athletic conoce las reglas de juego y las acepta. Terminar en esta posición implicaría disputar tres rondas previas hasta alcanzar la fase de grupos, siempre y cuando se hagan los deberes por el camino. ¿Esto en qué se traduciría? En empezar a competir en la última semana de julio y, por tanto, adelantar la preparación y ajustarla a las necesidades de un calendario exigente y que conformaría una temporada de diez meses. Como ejemplo, el Sevilla. Los hispalenses inauguraron el curso el pasado 26 de julio ante el Ujpest húngaro y lo terminarán el próximo 19 de mayo con Joaquín Caparrós en el banquillo, quien relevó a Machín por malos resultados y ahora trata de salvar la campaña con un sitio en la Champions.

El Athletic va al alza y el Alavés ha entrado en barrena: solo dos puntos en las últimas seis jornadas

11 victorias ante el Alavés

Garitano se estrenó en el banquillo del Athletic en la Liga en aquel agónico partido frente al Girona, que se ganó en el descuento y de penalti, y mañana afronta otro duelo clave de la temporada pero con unas sensaciones bien diferentes. Ahora se respira ilusión, ambición por conseguir algo impensable hace pocas semanas y la determinación de coronar con una hazaña una campaña que parecía condenada al sufrimiento extremo. Sacar los tres puntos ante el Alavés daría un mundo a los rojiblancos, más bien un continente, y en principio no parece el peor escenario jugarse Europa contra el conjunto vitoriano. ¿Por qué? Porque más allá del componente derbi, que siempre influye, los hombres de Abelardo están metidos en una mala dinámica y, además, a los blanquiazules nunca se les ha dado bien competir y sumar en San Mamés.

Athletic y Alavés se han visto las caras 13 veces en La Catedral en el torneo de la regularidad y el balance favorece de una forma abrumadora a los bilbaínos, que han ganado 11 veces a los vecinos y solo han empatado y perdido una vez. A esto se suma que los de Abelardo vienen de sacar apenas dos puntos en las últimas seis jornadas, lo que les ha sacado de la zona europea. Hace poco más de un mes iban quintos, a dos puntos de la Champions, y ahora afrontan también un duelo clave por Europa. Un derbi con mucho en juego, en el que ganar o perder puede definir la temporada.