El partido más especial de Caparrós
El duelo entre los dos clubes que más le han marcado pone fin a su tercera etapa en el banquillo andaluz y quizá a 38 años de carrera
bilbao. Joaquín Caparrós (Utrera, Sevilla, 63 años) afronta el que en el entorno de su club consideran que será su último partido en su tercera ... etapa en el banquillo andaluz. Algunos van más allá y añaden que atrás quedarán también 38 años de exitosa carrera, que le llevó desde el San José Obrero de categoría regional a un equipo que hoy apura sus opciones de entrar en la Champions, el Sevilla. Una brillante trayectoria para un técnico perseverante, astuto y apasionado de su profesión. Eso sí, siempre es arriesgado hablar de la retirada de un hombre que no encuentra mayor felicidad que estar a pie de campo.
El cartel del adiós a la etapa actual no podía ser mejor para Caparrós. Se miden sus dos grandes amores, los equipos a los que más partidos ha dirigido y que más le han marcado. Mañana se irá del Sánchez Pizjuán con 241 encuentros con el Sevilla y con 187 con el Athletic.
«Caparrós es una figura fundamental en el Sevilla. Siempre tendrá su sitio en Nervión. A partir de ahora se dedicará a buscar los nuevos Reyes, los nuevos Navas...», explica Jesús Márquez, que retransmite los partidos del club blanco en Canal Sur Radio.
En el Athletic también se siente muy querido. Será recordado como el entrenador que devolvió el orgullo a un equipo que cogió tras el 'bienio negro' y al que llevó 24 años después a una final de Copa. Si, como espera Márquez, Caparrós se reincorpora a lo que él llama 'La Fábrica', la estructura de cantera, trasladará allí todo lo que mamó en el Athletic, su gran referencia en esta labor. Al utrerano le apasiona el sentimiento de orgullo y pertenencia que muestran los chicos del fútbol base rojiblanco. «El Athletic no puede dudar de Lezama, que lleva muchos años dando magníficos jugadores», resaltó en enero en una entrevista con este periódico en la que indicó que ha implantado en Andalucía muchos de los métodos del equipo rojiblanco.
Por primera vez, el utrerano ha esquivado las entrevistas antes de un partido contra su exequipo. Quiere estar tranquilo y no recibir preguntas sobre la leucemia crónica que padece. Se supo en abril. Fue una noticia que conmocionó los corazones del Athletic y del Sevilla. En San Mamés, los jugadores rojiblancos saltaron ante el Rayo con una camiseta de apoyo: «Ánimo Joaquín». Socio rojiblanco, no votó en las elecciones, aunque está encantado del regreso de Manolo Delgado. «Nadie como él transmite los valores del club», ensalza.
En esta etapa en el banquillo sevillano no ha querido referirse a su futuro, un asunto que esquiva en cada comparecencia de Prensa. La pasada semana dijo que tendría que «hablarlo» con el nuevo director deportivo, Ramón Rodríguez 'Monchi', pero por primera vez deslizó una posible despedida del banquillo cuando señaló que «el que venga debe saber qué objetivos hay».
Regreso inesperado
El utrerano regresó contra todo pronóstico al banquillo en abril de 2018. El club estaba en serio riesgo de quedar fuera de Europa. Sustituto de Vincenzo Montella, logró diez puntos de doce y aupó al equipo a la séptima plaza. El éxito le consagró aún más como un mito del Sevilla.
El presidente buscó un nuevo director deportivo. Ramón Planes (entonces en el Getafe, ahora en el Barcelona) y Antonio Cordón (Granada) dijeron que no. Caparrós sacó del embrollo a José Castro y aceptó el cargo pese a que significaba trabajar en un despacho. El utrerano se marcó como objetivo entrar en Champions. El gran logro del Sevilla es que hace años sus crisis era quedar el decimosegundo. Ahora una sexta plaza suena a fracaso.
Su etapa como director deportivo ha tenido luces y sombras. Sus aciertos están en las operaciones de menor envergadura, como el portero Vaclik (6 millones), el central Sergi Gómez (4,5), Munir (1) y Silva (cedido), aunque en la segunda vuelta el equipo se ha caído y ha tenido encontronazos con el entrenador. En el lado de las decepciones aparecen los cuatro fichajes más caros, Promes (20 millones), Amadou (14), Gnagnon (13,5) y Aleix Vidal (9). Tampoco ha sido capaz de renovar a Sarabia, algo que parece que logrará su sucesor, Monchi.
La mala campaña de Pablo Machín provocó que Caparrós apareciera de nuevo como apagafuegos en el banquillo. Le pidieron entrar en la Champions. Ha luchado, pero salvo milagro mañana, no alcanzará el objetivo. Eso sí, si es su último partido en los banquillos, será el que habría deseado.
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