El partido entre el Athletic y el Atlético que no se celebrará
San Mamés hubiera acogido este domingo una nueva entrega de un duelo entre los rojiblancos y los colchoneros, el 195 oficial
14.30 horas de este domingo 15 de abril. En estos momentos, los jugadores del Athletic y el Atlético, los protagonistas del duelo que se debería haber jugado en San Mamés a partir de las cuatro de la tarde, estarían entrando en el campo y de camino a sus vestuarios. Gaizka Garitano y Diego Pablo Simeone, si no lo habían hecho ya en la charla previa en su lugar de concentración, desvelarían sus 'onces' y ofrecerían una serie de consignas para sumar los tres puntos en la jornada número 28 de la Liga. Los profesionales escucharían, mientras en el vestuario estaría todo preparado para que se cambiaran. Fuera, los hinchas rojiblancos y madrileños estarían en Pozas tomando unas cervezas, comiendo unos pintxos, compartiendo gritos y consignas. Sin embargo, nada de esto ocurre este domingo en un Bilbao casi vacío. La pandemia de coronavirus ha obligado al Gobierno a decretar el estado de alarma, los bares y restaurantes están cerrado y la Liga decidió el jueves que el balón no volverá a rodar «al menos» hasta el 3 abril. Eso, como pronto.
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Después que los futbolistas accedieran a las entrañas de La Catedral, alguno hubiera salido al césped, a ver un estadio que, poco a poco, se iría llenando de espectadores en un encuentro decretado como medio día de ayuda al club por el Athletic –ahora devolverá el dinero o permitirá a los socios que aprovechen el pago para otro duelo de similares características antes de que termine 2020–, con ganas de animar a un equipo que llegaba a La Catedral con dos victorias consecutivas a sus espaldas, la última una goleada al Valladolid. A eso de las tres, los clubes informarían de forma oficial de sus alineaciones. En cambio, lo que ocurrirá es que los futbolistas estarán en su hogar, con sus familias, apuntados al 'Yo me quedo en casa', un eslogan que la mayoría han hecho suyo. Algunos, como Ibai Gómez, matan el tiempo compartiendo recomendaciones de alimentación y de tareas virtuales para niños. Otros invierten el tiempo con la Play Station, e incluso Iago Herrerín promovió un par de sorteos: una camiseta y unos guantes.
A las cuatro, José Luis González González daría comienzo al encuentro, el número 195 oficial entre ambos conjuntos, con un saldo de 37% de victorias bilbaínas, y un 46% colchoneras. Y el Athletic-Atlético se disputaría en condiciones normales: Raúl García, por ejemplo, se hubiera reencontrado con sus compañeros, los locales hubieran buscado su segunda victoria consecutiva en casa contra un conjunto colchonero que se la había dado mal últimamente en San Mamés... Pero nada de eso sucederá. El fútbol se ha parado, no solo en España, sino en casi todos los rincones del mundo. De momento, la intención de la Liga es comenzar de nuevo el primer fin de semana de abril, unos días después de que se termine el estado de alarma decretado este sábado por Pedro Sánchez –siempre y cuando no se produzca una prórroga–, pero todo dependerá de la evolución de la pandemia de coronavirus. La patronal de clubes quiere terminar el curso a toda costa, aunque sea a puerta cerrada, para evitar, en parte, las pérdidas millonarias –alrededor de 700 millones– que supondrían la cancelación de la temporada a estas alturas, con once jornadas para disputarse. Pero nadie sabe lo que ocurrirá.
A las seis, poco antes, hubiera terminado el partido, y los aficionados se hubieran dirigido a sus casas o hubieran apurado el domingo con otro paso por Pozas ahora desierta: unos hubieran cogido el metro, otros el autobús, otros hubieran ido andando... Pero después de disfrutar de su pasión, del fútbol, del Athletic... Toca esperar. Quedarse en casa para luchar contra el Covid-19.
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