Los paradones de Unai Simón
El portero saca un cabezazo imposible a Juan Villar y segundos después evita el gol de Darko Brasanac
Unai Simón pasó desapercibido hasta la recta final de la primera parte del derbi que han jugado el Athletic y Osasuna en El Sadar. El ... portero ha vivido muy tranquilo hasta el descuento, sin apenas trabajo, cuando se ha destapado con dos auténticos paradones que han evitado el empate de los rojillos. Iñaki Williams había puesto por delante a los bilbaínos (m.21), tras una preciosa asistencia del joven Sancet, pero los hombres de Jagoba Arrasate se han venido arriba y se han marchado a los vestuarios frotándose los ojos con las intervenciones del meta alavés. Primero ha evitado un gol de Juan Villar que ya se cantaba en las gradas. El cancerbero rojiblanco ha desviado a córner con la yema de los dedos un cabezazo del extremo onubense. Increíble la estirada, que merece ser vista una y otra vez en YouTube. Y a la salida del saque de esquina ha rematado con todo Darko Brasanac, metido en el corazón del área, pero una vez más Simón ha estado en el sitio adecuado y ha impedido que el tanto subiera al marcador.
El Athletic ha superado con claridad a Osasuna en los primeros 45 minutos. Ha jugado con criterio, tácticamente perfecto, y ha creado peligro en los dominios de Sergio Herrera, quien no ha podido hacer nada en el gol de Williams. El que sí lo ha hecho ha sido Unai Simón, quien tras sus dos paradones ha aplaudido a sus compañeros y les ha pedido tensión. Cuando el árbitro ha decretado la final de la primera parte, se le ha visto respirar hondo. Era consciente que había sacado dos goles y evitado que los rojillos se fueran con el ánimo reforzado a los vestuarios. Juan Villar ha ladeado la cabeza, todavía incapaz de asumir que su cabezazo picado al suelo no ha entrado.
Simón fue de nuevo determinante, como ocurrió en Villarreal. Tras un inicio de temporada con algunas dudas, y dos partidos en octubre -Valladolid y Atlético-, que provocó cierta incertidumbre, Unai Simón se rehizo, se rearmó de confianza y volvió a construir un muro. Firmó una buena actuación, por ejemplo, contra el Villarreal, en el inicio del carrusel de cinco encuentros a las dos de la tarde. Y este domingo, volvió a sostener a la entidad vizcaína cuando el sistema defensivo se requebrajaba por el empuje de un cuadro navarro que quería mantener la excelente racha de encuentros sin perder cuando ejercen de anfitriones.
De hecho, en la segunda mitad, la tropa de Jagoba Arrasate se lanzó a tumba abierta. Contó con varias oportunidades, sin puntería. Hasta que Roberto Torres remató a un palmo de la línea de gol, pero se topó de nuevo con Unai, que mandó la pelota a córner. Fue la tercera de las seis paradas que realizó el portero del Athletic, cuatro de ellas en el área pequeña. Gracias a su destreza, a su habilidad, los bilbaínos salieron vivos de Pamplona.
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