La Catedral canoniza a Óscar de Marcos
San Mamés despide al capitán entre ovaciones y aplausos. «La temporada que viene estaré en la grada como uno más», dijo el lateral
Óscar de Marcos ya es historia del Athletic. Lo es desde este domingo en el sentido más estricto de la palabra, literal, cuando en un ... San Mamés abarrotado y entregado dijo adiós a la que ha sido su casa durante 16 años. «El Athletic sigue. La temporada que viene estaré en la grada como uno más, uno de vosotros», proclamó el capitán micrófono en mano después de su último baile contra el Barcelona. Nadie se acordaba de la derrota, intrascendente, solo importaba el hombre que dejaba de ser futbolista para convertirse en leyenda. «Gracias a todos los que me habéis acompañado en este camino», manifestó el de Laguardia, quien dio una vuelta de honor al campo mientras por fuera brillaba su nombre en las paredes de La Catedral. Allí dentro, arropado por su familia rojiblanca, fue canonizado y elevado a los altares. A partir de ahora, es su hogar.
𝑴𝒖𝒄𝒉𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒖𝒏 𝒋𝒖𝒈𝒂𝒅𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒇𝒖́𝒕𝒃𝒐𝒍...
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 25, 2025
Se pone en pie San Mamés.
Es el adiós de Óscar de Marcos. ❤️🤍@AthleticClub #LALIGAEASPORTS#LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/YWv3VViK1k
El adiós del capitán tomó forma el 19 de febrero, cuando comunicó que dejaría el fútbol al final de la temporada. Lo hizo antes de que el fútbol le dejara a él, escenario que jamás entró en los planes de un hombre honesto consigo mismo y con el escudo que defendió durante 16 temporadas y 573 partidos, en los que marcó 39 goles, dio 63 asistencias, jugó nueve finales y levantó tres títulos –una Copa y dos Supercopas–. Desde que hizo pública su decisión de colgar las botas ha ido despidiéndose poco a poco, sin estridencias y con clase, entre un montón de victorias y poquísimas derrotas, la más dolorosa contra el Manchester United. «Yo no quería llegar a la final, quería llegar y ganarla», dijo en Lezama. Hubiese sido una retirada gloriosa, de ensueño, pero la que tuvo anoche no deja de ser entrañable porque su figura trasciende los resultados y hunde sus raíces en una manera de ser y estar que San Mamés reconoció con aplausos, ovaciones y hasta lágrimas. Bendijo la marcha de un jugador y canonizó a una leyenda, patrimonio rojiblanco y desde ya parte nuclear de la historia de un club de 127 años de existencia.
🙌 Un referente para tod@s.
— Athletic Club (@AthleticClub) May 25, 2025
🫂 Gracias por tanto, Óscar. Cualquier agradecimiento se queda corto.
❤️ Maite zaitugu, DeMar.#MilaEskerDeMarcos #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/itafgQfCrI
Ibaigane repartió 50.000 boletines monográficos sobre la vida y la obra de De Marcos, un hombre sencillo que llegó al club en 2009 procedente del Alavés a cambio de 350.000 euros. Acabó valiendo su peso en oro, por lo que es y por lo que será siempre: un ejemplo de lo que debe ser el Athletic. El club confeccionó un homenaje cargado de simbolismo para despedir a su capitán, quien vio cómo sus compañeros y amigos saltaron al césped en camisetas nuevas con su nombre y el número 18. Hubo pasillo al campeón Barcelona –el estadio silbó hasta reventar el sonómetro– y luego los futbolistas de ambos equipos formaron uno para honrar al capitán rojiblanco, quien lo atravesó en compañía de sus tres hijos. San Mamés fue un aplauso eterno y los ojos del defensa se volvieron de cristal, material del que están hechas las emociones. Mientras caminaba hacia el centro del campo, con el estadio puesto en pie, un tifo comenzó a desplegarse en la Tribuna Este baja. Se reveló gigante ante sus ojos con imágenes de su primer partido como león y levantado la Copa, rematado con palabras 'Mila esker De Marcos. Maite zaitugu. Good at football, good at life'. Tragó saliva mientras saludaba a la grada, consciente de su inmenso amor.
Al capitán le tocó cubrir a una centella como Raphinha, con un Balde que no paraba de subir por su banda, apoyado por Berenguer. Sereno y en su sitio, el de Laguardia hacía su partido con la misma pasión y entrega que los 572 anteriores. Participó en la acción que acabó en el gol de Unai Gómez anulado por fuera de juego, y poco después vio cómo Lewandowski marcaba un doblete en apenas cuatro minutos. San Mamés pitó a los blaugrana y luego aplaudió a rabiar a los suyos, afanados en regalarle una despedida digna. Menos mal que hubo posición antirreglamentaria de Nuñez en la clamorosa ocasión fallada por Maroan a puerta vacía. De Marcos le dio luego dos asistencias, una de ellas un caramelo que mandó al limbo.
Cambio, ovación abrazos
El Athletic y San Mamés cargaban con un 0-2 intrascendente, que no iba a ningún sitio, pero deseosos de arreglar el marcador por aquello de decir adiós a De Marcos con un resultado positivo. No pudo ser. Tampoco importó demasiado porque el capitán estaba a años luz del terrenal marcador. En el minuto 86 y 53 segundos, en la tablilla del cuarto árbitro se iluminó el número 18. Momento del cambio. El tiempo se detuvo por unos segundos. El lateral se marchaba entre abrazos, saludos, felicitaciones, aplausos y ovación de La Catedral. El de Laguardia se quitó el brazalete y se lo puso a Iñaki Williams. Saludó a la grada y dejó su sitio a Lekue. «¡Óscar de Marcos!», cantaban las 50.231 gargantas, la tercera mejor entrada en la Liga después de las del Real Madrid (51.364) y de la Real Sociedad (50.719). Hansi Flick se acercó al defensa y le dio un sentido abrazo.
👏 El brazalete de capitán se queda en muy buenas manos.
— Athletic Club (@AthleticClub) May 25, 2025
©️ De Marcos cede a @Williaaams45 la capitanía del Athletic ✊🏿#MilaEskerDeMarcos #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/WbDJNqq7JR
Cuando González Fuertes decretó el final del partido, justo después del penalti transformado por Del Olmo, la segunda parte del homenaje cobró vida. El club colocó una peana con la camiseta del jugador alavés en el centro del campo, donde se produjo otro momento de profunda carga simbólica. En los marcadores se proyectó un vídeo cronológico con los capitanes del Athletic. Al final se vio cómo Muniain entregaba el brazalete a De Marcos. Pues bien, el de Laguardia volvió a colocar el suyo en el brazo de Williams. Aquello puso la piel de gallina a San Mamés. Entonces le tocó hablar al alavés por última vez como rojiblanco. «Hace 16 años jugué mi primer partido en el viejo San Mamés y hoy (por ayer) he jugado el último en el nuevo. Gracias a todos».
1⃣2⃣7⃣ años de historia... ¡y los que quedan!
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🤝 Transmisión
✨ Ilusión
✊ Ambición
👣 El Athletic continuará. 𝗦𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. #EzDadilaHariaEten #UniqueInTheWorld 🦁 pic.twitter.com/qybRSFZXAf
Rodeado de su gente, con su camiseta acristalada y firmada por todos, habló al público, a los futuros leones, que aún no saben que lo serán. «Dentro de uno o dos años, algunos de los que están ahora en las gradas nos representarán aquí abajo a todos. Esto es el Athletic. Aupa Athletic!». Luego fue reconocido por la grada de animación y desapareció para siempre por el túnel de vestuarios. Un hombre y profesional honesto que supo honrar el escudo del club de su vida.
Este discurso de Óscar De Marcos es @AthleticClub. #DeportePlus #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/ZGbUkfleTQ
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 25, 2025
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