

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La victoria del Athletic en Getafe tras resistir indemne un asedio medieval obligó a poner el foco en el Mallorca-Atlético de Madrid. Allí, en Son Moix, residían las últimas esperanzas del equipo de Valverde de reengancharse a la lucha por la Champions tras la ... derrota en el Metropolitano. Y no hubo suerte. El equipo de Simeone venció a un Mallorca que, tras su gran aventura en la Copa, a estas horas está dando gracias al cielo de que esta temporada el descenso esté casi decidido con el Cádiz, decimoctavo, con 26 puntos. Es cierto que esos seis puntos de ventaja, con doce todavía por jugar, no son todavía definitivos para los colchoneros, pero la realidad es que son una diferencia casi insalvable.
El calendario de los dos equipos es muy similar en lo que a dificultad se refiere. Osasuna, Celta, Sevilla y Rayo esperan al Athletic. Celta, Getafe, Osasuna y Real, al Atlético. No es fácil imaginar al equipo de Simeone perdiendo dos partidos, ni tampoco al de Valverde, tal y como está, ganando de repente los cuatro. Sería un auténtico milagro teniendo en cuenta los resultados a los que acostumbran los rojiblancos en las últimas jornadas. De ahí que quizá sea mejor fijarse en el presente del Athletic pero vinculándolo a su futuro, es decir, a lo supondrá su obligación de jugar la Europa League.
La verdad es que no es fácil analizar y sacar conclusiones de un partido tan disparatado como el que jugó el Athletic en el Coliseum. Los rojiblancos ganaron gracias a que Unai Simón y los hermanos Williams marcaron la diferencia, lo cual tampoco es una sorpresa ya que lo vienen haciendo casi toda la temporada, y a que mostraron mucho carácter como equipo, algo que también está siendo una constante. Si a esto se une la mala suerte y la falta de pericia del Getafe en los metros finales tenemos la explicación de que los 3 puntos subieran al casillero del Athletic, que se planta ya en 61; 10 más, por cierto, de los que sumó la pasada Liga y la mejor puntuación de los siete últimos años.
El equipo de Simeone venció en Mallorca y logró mantener la distancia de 6 puntos con los de Valverde
El calendario que les resta al Athletic y al Atlético es muy similar en lo que a dificultad se refiere
Tiene razón Valverde cuando dice que el Athletic ha jugado con fuego teniendo sólo 3 centrales
Hay cuestiones del equipo, sin embargo, que empiezan a caer por su propio peso en los últimos partidos. El desgaste de los jugadores se empieza a notar y es lógico que así sea teniendo en cuenta el fútbol tan intenso que hace el Athletic. La presión adelantada y un altísimo ritmo de juego sostenido al final se acaban pagando. Esto es algo que tienen asumido todos los entrenadores, de ahí que el gran objetivo de su planificación sea retrasar ese pago lo más posible. Seguro que el doctor Íñigo San Millán ha trabajado a fondo en este tema tan prioritario.
Este desgaste físico, unido quizá a una cierta desconexión mental tras haber cumplido ya los dos grandes objetivos de la temporada, se está notando en el rendimiento de varios futbolistas y en las lesiones de otros. Sancet está más flojo y arrastra una lesión muscular. Beñat Prados no es el mismo que el de antes de la final de Copa, al igual que Unai Gómez, un futbolista al que Valverde tiene que ir puliendo con inteligencia y maestría para darle un punto de pausa. Y es que se acelera en exceso. Ruiz de Galarreta, por su parte, también arrastra molestias, lo mismo que Berchiche y que Vivian.
Hablando del central alavés, hay que referirse a sus dos compañeros de puesto, Yeray y Paredes. Ambos fueron expulsados en Getafe durante la segunda parte en dos acciones «disparatadas», como las calificó el propio Valverde. Y no sólo crearon a sus compañeros un problema muy serio para ganar a los de Bordalás -tuvieron que defender panza arriba con nueve- sino que provocaron un siniestro muy serio para el choque del sábado ante Osasuna. Si Vivian se recupera, lo que todavía es una incógnita, Valverde podría arreglarse haciendo un apaño con Vesga, Dani García o incluso Beñat Prados como segundo central. Ahora bien, como el vitoriano no pueda ser de la partida el problema será muy serio. Y desde luego servirá para que Valverde vuelva a incidir en la necesidad de reforzar el equipo con un cuarto central.
Se trata de una obligación imperativa pensando en el próximo curso. Y es que si esta temporada el Athletic ya ha jugado con fuego en el eje de la defensa teniendo sólo tres centrales en su plantilla -que no se haya quemado ha sido una bendita casualidad-, mantener esta situación jugando el equipo competiciones europeas y la Supercopa sería casi suicida. Algo parecido, por cierto, a lo que supondría no contar con un nuevo lateral, de ahí que el fichaje de Gorosabel parece cosa hecha, teniendo en cuenta que Valverde no cuenta con Imanol y que De Marcos y Berchiche ya tienen una edad como para no poder exigirles que sean fijos en una campaña con más de cincuenta partidos. A la espera de que se conozca la composición de la plantilla 2024-25, la que sustentará unas rotaciones que serán constantes a partir de agosto, sólo queda confiar en que los rojiblancos consigan dar una bonita rúbrica a este final de temporada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.