El once del Athletic frente al Barcelona, en la segunda jornada de la presente Liga.

¿Menos partidos, más cansancio?

Valverde muestra su preocupación por la acumulación de esfuerzos de su plantilla, que ha jugado seis partidos menos que la pasada campaña a estas alturas

Igor Barcia

Martes, 8 de noviembre 2016, 00:31

Ernesto Valverde fue claro y sincero en la sala de prensa de Cornellá. «Nos va a venir bien este parón», admitió ante el fin ... de semana sin Liga por los compromisos de La Roja. El entrenador rojiblanco justificó su revolución frente al Espanyol en la carga de partidos que acumula el Athletic en este tramo de temporada, a caballo entre la competición doméstica y Europa. «Después de cada parón por las selecciones siempre vamos cuatro o cinco semanas que vamos como locos, con partidos jueves y domingo. Vamos muy apretados, porque hemos ido perdiendo jugadores», admitió Valverde, quien fue más allá al asegurar que para mantener el nivel competitivo del Athletic en Cornellá «ante un rival que no ha jugado entre semana, tengo que cambiar jugadores».

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Una argumentación donde la fatiga por la carga de partidos se convirtió en protagonista de un entrenador que, en base a la dosificación de esos esfuerzos, realizó hasta siete cambios en la alineación respecto al duelo del jueves frente al Genk. El once inédito de Cornellá, que podría rebautizarse como la cuarta gran revolución de Ernesto Valverde, dejó una vez más al equipo con los argumentos justos para pelear y rascar un empate donde el juego brilló por su ausencia. Después de largo tiempo sin agitar la coctelera, el técnico del Athletic optó por medidas drásticas a la hora de dosificar esfuerzos, lo que vino a reavivar la pobre imagen de hace dos temporadas frente al Granada (0-1) o los duelos del curso pasado ante el Villarreal (3-1) y el AZ Alkmaar (2-1). Siempre en épocas similares, cuando el calendario se acelera para simultanear Liga, Europa y compromisos de las selecciones.

La diferencia es que, aunque aquellas decisiones también se escudaron en la necesidad de refrescar el equipo, no fueron defendidas con tanta vehemencia por Ernesto Valverde. Su discurso tras el partido de Cornellá, por tanto, encendieron las alarmas sobre el estado físico de su plantilla. ¿Están los jugadores fundidos?

A priori, los datos en cuanto a partidos y minutos acumulados por el Athletic entre agosto y noviembre chocan con la preocupación mostrada por el técnico. De hecho, la campaña actual arroja el menor número de partidos disputados por el equipo bilbaíno hasta la jornada once de Liga si estudiamos las tres últimas. Sumando competición europea, el Athletic acumula quince encuentros, mientras que el pasado curso, con rondas previas y Supercopa, se transitaba en estas mismas fechas por el partido número 21. E incluso hace dos años se llevaba más carga acumulada, 17 choques.

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Además, hay que recordar que este verano ha sido el más plácido para los rojiblancos desde hace tiempo. La quinta plaza abrió de par en par la puerta que daba acceso a la fase de grupos, por lo que la preparación pudo ser planificada sin las prisas y agobios de los dos cursos anteriores por culpa de las eliminatorias europeas. Así que a menos partidos, menos minutos acumulados en las piernas de los jugadores.

Los datos son evidentes, saltan a la vista. Tras el partido frente al Espanyol, Laporte lidera el ránking de minutos acumulados en la plantilla, con 1.260, por delante de Raúl García y Williams. El año pasado, tras la primera semana de noviembre, había siete jugadores que superaban ampliamente esa cifra del central galo. De hecho, el más utilizado había sido Beñat Etxebarria, que sumaba 1.691 minutos de juego, es decir, 431 más que los de Laporte. Y si echamos la mirada dos años atrás, nos encontramos con otros siete jugadores que también superaban la cifra de Laporte, con Iraizoz mandando en aquella clasificación con 1.530 minutos disputados.

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Si se aplica el foco en otros parámetros, las diferencias siguen siendo palpables. En la 2016-17, solo cinco futbolistas han pasado de mil minutos, cuando el curso pasado eran nueve y hace dos años, diez. Si se personaliza el análisis, hay casos muy evidentes, bien sea por dosificación de esfuerzos, pérdida de protagonismo o lesiones. Los más llamativos son los de Beñat, que pasa de 1.691 minutos a los 864 de ahora; Aduriz, que recorta su minutaje de 1.665 a 1.081, De Marcos (de 1.615 a 982), Susaeta (de 1.343 a 566) y Etxeita (de 1.418 a 336). El único que hace un camino inverso de forma notable es Williams, que pasa de los 565 del año pasado a los 1.156 de ahora, aunque hay que remarcar que se perdió por lesión los doce primeros partidos de la temporada.

Justo antes del parón

Tras este repaso a los números, choca aún más la decisión de Ernesto Valverde de reinventar un once para el partido de Barcelona. Y otro dato. Su cuarta revolución llegó en víspera de un parón liguero, dos semanas que servirán para recuperar el ánimo y el físico de sus jugadores. En las tres anteriores, por contra, el momento fue distinto. Ante el Granada hace dos años, el Athletic venía de debutar en Champions ante el Shakhtar y después le esperaban Rayo y Eibar. Contra el Villarreal el curso pasado, le esperaba entre semana el Real Madrid y en el caso del AZ, había jugado el derbi ante la Real y después recibía al Valencia.

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El de este domingo, por tanto, es el único caso de grandes rotaciones sin un compromiso inmediato. Por eso llaman más la atención las palabras de Valverde. «Claro que nos va a venir bien el parón. Vamos muy apretados», sentenció.

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