Cita con la gloria
El Athletic tiene esta noche al alcance de la mano su segunda Supercopa tras el 4-0 de la ida, pero se muestra prudente ante un Barça que trata de autoconvencerse de que el milagro es posible con sus goleadas más recientes aún frescas en la memoria
Iñaki Juez
Lunes, 17 de agosto 2015, 00:12
Ni el aficionado rojiblanco más optimista se hubiera atrevido a afirmar que el todopoderoso Barça de Messi, Luis Suárez, Iniesta y compañía iba a salir contundentemente goleado de San Mamés tras disputar el partido de ida de la Supercopa. Pero en el mundo del fútbol los milagros, aunque no sean cotidianos, existen. Y si no, que se lo digan al Athletic que acude hoy a Barcelona para disputar el partido de vuelta a partir de las 22.00 horas en el Camp Nou con cuatro comodines en forma de goles, una situación tan inesperada como soñada por la hinchada de los leones que vivió en la Catedral una noche mágica e inolvidable.
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Toda la plantilla rojiblanca, más unida que nunca, viajará hoy a la Ciudad Condal sabiendo que todavía tienen que jugar los 90 minutos de la vuelta, que podrás seguir en directo en la web de EL CORREO, en los que puede pasar de todo, prórroga incluida, si finalmente el Barça empata la eliminatoria, algo improbable pero tampoco imposible tratándose de un Camp Nou que ha vivido goleadas de su equipo mucho más abultadas que un cuatro a cero. Valverde, jugador azulgrana entre 1988 y 1990, sabe por experiencia propia como el equipo catalán puede despedazar al contrario durante un partido por lo que ayer también llamaba a la prudencia: "Nadie en el vestuario piensa que está todo hecho", por lo que la única forma de culminar la hazaña de ganar la Supercopa consiste en "darlo todo todo como en la ida". Y vaya si dio resultado esa estrategia.
Por todo ello, nadie puede negar que "nos hemos ganado el derecho a soñar por este título", decía también ayer San José, que puso la primera piedra en el histórico 4-0 al Barça con un golazo desde mediocampo tras un insensato cabezazo de Ter Stegen lejos de su área. Pese al baño que recibieron los azulgranas en la ida por parte de los rojiblancos, el jugador, que es duda para tan transcendental partido a causa de un problema en un gemelo, se mostraba de lo más cauteloso: "Lo del viernes fue solo una victoria parcial. Falta la segunda parte". Eso sí, aseguraba que la plantilla con esa victoria se había ganado "el derecho de soñar con el título" y que acudirán a la Ciudad Condal "sin miedo". Faltaría más.
Un año de goleadas azulgranas
El miedo es el que tiene que tener ahora mismo la plantilla culé después de encajar ocho goles en los últimos dos partidos, algo que no sucedió ni una sola vez la pasada campaña. Eso sí, no hay que olvidar que la hazaña del Sevilla de marcar cuatro tantos en la final de la Supercopa de Europa solo sirvió para que, gracias al 5-4 de Pedro, el trofeo fuese a parar finalmente a las estanterías del Camp Nou. Pese a todo, Luis Enrique espera recuperar la solidez defensiva esgrimida durante la pasada temporada como requisito indispensable a la hora de luchar por un título que se antoja casi imposible de alcanzar. Un título con el que sueñan en Barcelona para igualar la gesta lograda hace seis temporadas por el Barça de Guardiola en forma de sextete. O, lo que es lo mismo, ganar todos los títulos a los que un equipo puede aspirar durante un año. Una proeza que solo unos jugadores que parecen personajes salidos de un videojuego de fútbol pueden ser capaces de conseguir, aunque el Athletic, al que derrotaron con comodidad en la final de Copa, les ha puesto las cosas realmente difíciles.
Pese a todo, en Barcelona no han arrojado todavía la toalla. Todo lo contrario. El entorno culé ha echado mano de la memoria para advertir de que la pasada temporada los azulgranas ganaron 10 partidos con 4 o más goles en el Camp Nou. Casi nada. De todos ellos, ocho hubieran bastado para hacerse con el título o, como mínimo, forzar la prórroga como el 6-0 al Granada en Liga o el 8-1 al Huesca en Copa. Y no nos olvidemos del 5-0 al Córdoba, Elche y Levante; el 6-1 al Rayo, el 4-0 al Almería y el 6-0 al Getafe, todos ellos en Liga.
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Eso sí, también se han producido otras goleadas que no servirían de nada al Barça como castigo por no haber sido capaz de marcar un gol en San Mamés como los 5-1 a Sevilla y Espanyol en Liga. Por si fuera poco, existe el peligroso precedente de que en toda la historia de la Supercopa ningún equipo ha logrado levantar un 4-0 de la ida. Y es que los culés se enfrentan a una misión imposible digna de las películas protagonizadas por Tom Cruise. Por ello, Luis Enrique volverá a recurrir a su once de gala con el regreso de Gerard Piqué, Jérémy Mathieu, Sergio Busquets, Andrés Iniesta e Ivan Rakitic, que no salieron de titulares en San Mamés para que descansaran de la agotadora final de la Supercopa de Europa.
88 goles en Liga
Pero en el Barça prefieren alejar los malos augurios recordando el potencial goleador de su equipo, lo que, en palabras de Luis Enrique, va a hacer que el choque de mañana sea totalmente "apasionante" con un Camp Nou que registrará una buena entrada gracias a los turistas que tradicionalmente ocupan en estas fechas las localidades de los socios culés aún de vacaciones, como sucedió en la ida con los de San Mamés. Eso sí, las goleadas de las que disfrutó la temporada pasada fueron ejecutadas con la precisión de un cirujano por Messi, Luis Suárez y Neymar. Pero hoy el brasileño, pieza fundamental del tridente que la pasada campaña en Liga logró nada más y nada menos que 88 dianas, vuelve a perderse otra final al seguir convaleciente de unas inoportunas paperas.
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Pero cuidado, porque el Barça con Messi y Luis Suárez en punta, a los que podría acompañar Pedro, es capaz de armarla reponiéndose del cansancio de disputar una final y otra a doble partido en menos de una semana. Eso sí, en Barcelona son bien conscientes de que un nuevo gol de Athletic supondría en la práctica el adiós definitivo a una hipotética remontada del Barça debido al valor doble de los goles en campo contrario. De hecho, la idea de Valverde expresada en su rueda de prensa de ayer pasa por "no perder de vista la portería contraria" para tratar de marcar al menos un tanto. Prácticamente, solo habría que dejar el tiempo pasar hasta el pitido final que daría la segunda Supercopa para el Athletic. La primera se obtuvo sin necesidad de jugarla hace 31 años, ya que se otorgaba automáticamente si el mismo equipo era campeón de Liga y Copa como sucedió con aquella mítica plantilla entrenada por Javier Clemente.
Pero eso fue hace mucho tiempo. Demasiado. Por ello, Valverde confesó que el título que se disputa esta noche "es uno más para el Barça pero lo es todo para nosotros. En cierta medida no tenemos mucha presión, la de ganar un título, y es positiva". Ese será precisamente el sentimiento imperante en una hinchada rojiblanca sin nada que perder y volcada, una vez más, con su equipo para lograr el sueño de celebrar por todo lo alto, con mucha alegría y emoción, la consecución de un trofeo oficial tras tantos años de sequía. Y es que nadie puede negar que los seguidores del Athletic, que siempre han apoyado al equipo en sus horas más bajas, se ha ganado con creces este título. Una superafición digna de una Supercopa.
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