Una Liga para enmarcar del Athletic con la Champions como premio
El club rojiblanco ha igualado con 70 puntos su mejor registro y es el equipo con menos goles encajados delos cinco grandes torneos europeos
Para quitarse el sombrero, salvo por la espinita de la prematura eliminación en la Copa después de haber conquistado el título la campaña anterior. Así ... ha sido la temporada del Athletic. Puestos a poner calificativos se me ocurren unos cuantos, pero quizá baste con decir que los rojiblancos han sido el mejor equipo entre los 17 clubes considerados terrenales de la Liga. Porque, Barcelona, Real Madrid y Atlético, por lo general, juegan su Liga. Y eso que este curso, los de Ernesto Valverde se han atrevido a mirarles a la cara sin complejos e incluso han puesto en entredicho esa teórica hegemonía de culés, merengues y colchoneros durante algunas fases del calendario. El cuadro bilbaíno llegó a situarse a solo seis puntos del liderato en la jornada 23 y sucesivas, pero esa barrera de la cuarta plaza resultó infranqueable.
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Todo ello, además, tiene el mérito añadido de tener que compaginar cuatro competiciones -Liga, Copa, Supercopa y Europa League-. Un claro ejercicio de fe por parte de un bloque que ha demostrado tener mimbres, tanto en ataque como en defensa, con los que poder plantar batalla en cualquier guerra por mucho que las tropas rivales le superen en lo que a equipación se refiere. Los números lo certifican. El Athletic ha igualado con 70 puntos su mejor marca histórica consiguiendo el billete para la Champions once años después.
Sólo ha sufrido seis derrotas en 38 jornadas con 29 goles encajados, lo que representa el segundo mejor registro de las cinco grandes ligas, por detrás del Nápoli. El Athletic ha sido un muro de hormigón armado que, cuando ha sufrido alguna pequeña fisura debido a lesiones o sanciones, ha visto como Unai Simón sellaba la brecha con sus brillantes actuaciones bajo palos. El Zamora de la pasada campaña ha sido un seguro de vida desde su regreso al torneo de la regularidad allá por el mes de diciembre, una vez recuperado de su operación de muñeca.
La fiabilidad es la palabra que mejor define a este Athletic de autor ideado por Valverde. El de Viandar de la Vera era el último técnico que logró meter a los rojiblancos en Champios en 2014 y lo ha vuelto a hacer once años después. Ahora, una de las dudas por resolver, con independencia de posibles fichajes para afrontar el más difícil todavía en Europa, es definir precisamente el futuro de Txingurri. Todo hace pensar que es cuestión de horas que se haga pública su continuidad porque ambas partes han dado señales de que desean seguir de la mano. La prueba más evidente de ello es que la propia plantilla del Athletic lo da por hecho.
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El arranque de temporada de los rojiblancos -cuatro puntos de doce posibles con tres de esas jornadas disputadas como local- no representaban una gran carta de presentación, pero el equipo supo reaccionar a base de carácter en septiembre y tres triunfos consecutivos ante el Las Palmas, Leganés y Celta, además del empata ante el Sevilla, le encaramaron hasta una ilusionantes quinta plaza. Acción-reacción.
La derrota en Girona
Justo entonces llegó una derrota que, por la forma en la que se produjo, supuso un antes y un después para los de Valverde en la competición doméstica. El cuadro bilbaíno cayó 2-1 en Montilivi ante el Girona en la recta final del encuentro, tras fallar tres penaltis. Esa tarde algo hizo click en la plantilla. Tanto es así que después encadenó la segunda mejor racha de la historia en Liga. Nada menos que 16 partidos invicto -nueve victorias y siete empates- que le permitieron consolidarse en zona Champions e incluso soñar con pelear por el título hasta caer con el Atlético (1-0) en el Metropolitano casi cinco meses -jornada 26-.
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Por medio, triunfos importantes como el derbi ante la Real Sociedad en San Mamés (1-0) o los cosechados ante el Real Madrid (2-1) y Villarreal (2-0) también en La Catedral antes de disputar la Supercopa de Arabia Saudí en la que los de Valverde se toparon con un intratable Barcelona, a la postre campeón del torneo, en semifinales. Un mal menor porque las esperanzas estaban puestas en la Copa, donde defendía el título cosechado el curso anterior rompiendo una sequía de 40 años, y en la Europa League cuya final se ha celebrado en San Mamés.
Pero la cuesta de enero resultó dura para los athleticzales. Al traspié en territorio saudí se unió la eliminación copera en un arranque de 2025 descorazonador. Los rojiblancos entraron en juego en dieciseisavos del torneo del k.o. -4 de enero- ante la UD Logroñés en Las Gaunas donde se clasificó en los penaltis después de empatar a cero. Doce días más tarde, de nuevo Osasuna asaltaba San Mamés (2-3) en octavos y los de Valverde se despedían de la Copa.
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Ni siquiera ese mazazo copero primero, ni las lesiones de jugadores importantes y el cansancio en la recta final del campeonato descompusieron al conjunto bilbaíno. Con el Villarreal y el Betis apretando de lo lindo en las últimas jornadas en la lucha por la cuarta plaza, el Athletic echó mano de la solidez defensiva y del unocerismo ante la ausencia de sus referencias en ataque -Iñaki, Nico y Sancet-. Resultado: Cinco porterías a cero consecutivas y billete para Champions. Cuestión de fiabilidad.
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