¿Cuál es el secreto del éxito del Athletic? Pelea hasta el último aliento

Reparte equitativamente los goles: trece en cada tiempo, pero once de esos trece marcados de las segundas partes, han llegado por encima de la hora de juego y tres cuando ya se había cumplido el minuto 90

Viernes, 1 de diciembre 2023, 00:02

Un razonable optimismo se ha instalado en el Athletic por los últimos resultados pero, sobre todo, por la imagen que ha ofrecido el equipo desde ... aquella derrota en Montjuic de finales de octubre. Desde entonces ha cosechado dos victorias y dos empates que le han incrustado en el grupo de cabeza, con un margen de seis puntos sobre el octavo clasificado.

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Pero por encima de los puntos o la clasificación, el aficionado empieza a percibir que por fin está ante un grupo fiable que ha encontrado definitivamente un estilo de juego atrevido y atractivo para el espectador, porque siempre lo es cuando un equipo apuesta más por el ataque que por el control y la especulación.

Estos últimos partidos han desvelado además que la tropa de Valverde se encuentra en un estado de forma excelente, obligado por otra parte para practicar un fútbol de tanto desgaste por la exigencia que supone la presión alta que aplican los rojiblancos durante todo el partido.

Ya habíamos visto algunas exhibiciones de músculo y sudor en choques como ante el Getafe y el Valencia en San Mamés, pero el partido del pasado lunes en Montilivi vino a confirmar que, de momento, el equipo tiene cuerda para rato.

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La superioridad física del Athletic fue más que evidente en la segunda parte y sobre todo a raíz del gol del empate, cuando todo apuntaba a un segundo gol del Athletic ante un Girona con evidentes signos de agotamiento. Curiosamente, el partido giró en los últimos instantes a raíz de los cambios, pero esa es otra historia que nos refiere a la composición de la plantilla y su profundidad.

El partido de Girona fue un compendio de lo que está siendo el Athletic este año, un equipo que pelea hasta el último aliento y cuyo peligro crece a medida que corre el reloj. Reparte equitativamente los goles, puesto que ha marcado trece en cada tiempo, pero once de esos trece marcados de las segundas partes, han llegado por encima de la hora de juego y tres cuando ya se había cumplido el minuto 90, dos de los cuales, los de Berenguer ante el Valencia y el Celta, han valido nada menos que cuatro puntos. A ello hay que sumar que dos goles más han llegado al filo del descanso, los que empataron momentáneamente los partidos contra el Betis y el Celta, goles de los llamados psicológicos que a la postre resultaron determinantes.

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El crecimiento del equipo en las segundas partes es consecuencia de un derroche de energía que a los rivales les cuesta contrarrestar, alimentado por un espíritu indomable. Así que no deben extrañar las remontadas que ha protagonizado el Athletic el presente curso. Contra el Betis convirtió el 0-2 que señalaba el marcador a los diez minutos de juego en un 4-2. El Valencia marcó el 1-2 en el minuto 68, en el partido más flojo de los leones en los últimos tiempos, pero Berenguer empató en el 97. La montaña rusa contra el Celta todavía está fresca en la memoria.

Sin tener el carácter de remontadas, también hay que recordar triunfos cimentados en la segunda parte. Un marcador como el 3-0 ante el Cádiz nos estaría describiendo un partido cómodo, pero lo cierto es que los tres goles llegaron en los minutos 66, 68 y 90, y hasta que Guruzeta hizo la primera diana no estaba nada claro que los tres puntos se quedarían en casa.

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Con un marcador idéntico se cerró la visita del colista Almería, pero a pesar de estar en ventaja desde el minuto 10, San Mamés no respiró tranquilo hasta que Dani García marcó el segundo en el 63 para que Sancet terminara de cerrar el partido en el 81.

Aunque no fue una remontada el Athletic consiguió un empate más que meritorio contra el Getafe jugando en desventaja numérica toda la segunda parte con un derroche de esfuerzo encomiable. Aquel fue un punto ganado por la vía de la épica.

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Solo se encuentran dos excepciones en la trayectoria del equipo. En el Sadar liquidó el partido con un segundo gol a los veinte minutos, aunque posteriormente Simón resultara salvador, y en Villarreal, donde para la media hora ya disfrutaba de una ventaja de tres goles, recortada a última hora en dos minutos de alelamiento general.

La estadística nos dice que el Athletic no dice su última palabra hasta que el árbitro pita el final. Cuando los rojiblancos están en el campo se cumple uno de los tópicos más repetidos del fútbol: los partidos duran noventa minutos. Aunque en este fútbol moderno, hasta el tópico se haya quedado anticuado.

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