Un final feliz contra todo pronóstico

Éramos muchos los que ya nos habíamos resignado a no ver a Laporte hasta Navidad

Viernes, 12 de septiembre 2025, 00:04

No se sabe si han sido los buenos oficios diplomáticos del Athletic, que habrán tenido que estar a la altura de los vaticanos, el trabajo ... extraordinario de su servicio jurídico, o que al encargado de administrar justicia, el abogado neerlandés Frans De Weger, le ha caído encima todo el peso del sentido común. Pero lo que importa ahora mismo es que, contra todo pronóstico, el 'caso Laporte' se cierra de la mejor manera posible para el Athletic y para el jugador. Teniendo en cuenta la poca afición que tiene la FIFA a dar su brazo a torcer, podríamos dejarnos llevar por el entusiasmo y proclamar que el club rojiblanco acaba de cincelar en mármol ese eslogan apócrifo con el que tanto se le identifica: «Caso único en la historia del fútbol mundial».

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El dictamen del jurista neerlandés que preside la Cámara de Disputas de la FIFA resuelve la chapuza del equipo saudí obligando a rectificar a la máxima autoridad futbolística, algo que no ocurre todos los días. Baste recordar que De Gea no firmó por el Real Madrid porque el fax llegó dos minutos tarde, o esa fue al menos la versión oficial que se dio en su día. Pero su resolución no explica qué sucedió el pasado 1 de septiembre. Ibaigane cumplió en tiempo y forma con todos los protocolos, pero la idea de que el retraso del Al-Nassr fuera solo producto de una torpeza sigue sonando demasiado simple, sobre todo teniendo en cuenta que, por su propia condición, es un club lo suficientemente avezado en este tipo de negocios.

Éramos muchos los que ya nos habíamos resignado a no ver a Laporte por aquí por lo menos hasta Navidad, que es cuando se vuelve a abrir el mercado para que los que la han pifiado en verano tengan una segunda oportunidad. Afortunadamente, no habrá que esperar y Valverde podrá contar con el central en cuanto recupere ritmo después de estar parado desde el pasado 30 de abril. Es una excelente noticia por lo que tiene de justa y porque el Athletic ha demostrado que también sabe nadar en una piscina de tiburones.

Con Laporte a las órdenes de Valverde, el relato pasa a un segundo plano. La amarga comparecencia que había prometido el Athletic para explicar lo ocurrido se convierte ahora en el feliz acontecimiento de la presentación de un futbolista que había pasado de ser una incorporación de lujo para dar brillo a la plantilla, a una urgencia obligada para apuntalar una defensa desmoronada por el centro.

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Laporte vuelve a casa en medio del aplauso general. No es el primer retorno. En su día ya regresaron futbolistas como De la Fuente, Alkorta o Ferreira, por no hablar de Herrera, que habían tenido salidas dispares. Su caso es distinto porque pertenece a una generación que acumula despedidas bastante traumáticas y, sin embargo, él supo salir del Athletic con elegancia, demostrando una identificación con el club que a otros les faltó. La puerta que dejó entonces entornada se ha abierto ahora de par en par.

La del regreso de Laporte es una gran noticia con una perspectiva a medio y largo plazo. Pero la inmediatez es consustancial al fútbol y mañana mismo el Athletic tiene un partido complicado ante un Alavés, aparentemente más competitivo que el de temporadas anteriores, que quiere acabar con una racha de veinte temporadas sin ganar en San Mamés. En Bilbao se estaba hablando mucho de la lesión de Nico con la selección, tema de conversación que ahora pasa a segundo plano, aunque el menor de los Williams sigue fuera de combate junto al también lesionado Prados, dos ausencias que le complican la vida a un Valverde que tampoco estará en el banquillo.

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