Los jugadores del Athletic lamentan la derrota en el Metropolitano. EFE

Los detalles positivos de una derrota

El Athletic volvió a dar imagen de equipo sólido y solidario en el Metropolitano

Jon Rivas

Domingo, 2 de marzo 2025, 00:05

Para el Athletic jugar en el Metropolitano, al menos en la Liga, es un dolor de muelas, y una vez más quedó demostrado. Ni por ... lo civil ni por lo militar consigue el equipo rojiblanco –el original y no la copia–, ganar en un escenario tan complicado. Ya puede el equipo de Valverde ser superior al de Simeone, o tener más ocasiones durante el partido, que siempre aparece alguien del Atlético de Madrid, esta vez Julián Álvarez, para echar abajo el tinglado. Hasta los postes de la portería se alían con el enemigo, para negarle al Athletic la paz y la sala. Tres veces chocaron los envíos en los palos de Oblak para impedir que la magnífica racha de 16 parttidos se rompiera.

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Una lástima caer en un buen partido, con los futbolistas enchufados y sabiendo interpretar lo que sucedía en el césped. Solo una vez se despistaron y fue letal. Dos recién ingresados en el campo, Llorente y Julián Álvarez, se las ingeniaron para amargar la noche a los aficionados bilbaínos. Ahora que la estrella de Griezmann parece declinar, siempre aparece algún voluntario para coger el testigo. Y lo de la estrella declinante únicamente va por su fijación endémica con el Athletic, que, afortunadamente ha decaído en los últimos partidos. En otras cuestiones, el francés sigue siendo un futbolista valiosísimo para Simeone.

Si el último partido que perdió el Athletic en la Liga, allá por el mes de octubre el Girona, fue el de los tres penaltis desperdiciados, el del Metropolitano es el de los tres palos y un ramillete más de ocasiones perdidas. En la primera parte, las mejores fueron para los hombres de Valverde, que solo recibieron un susto en un remate de cabeza de Le Normand, y en la segunda pasó lo mismo, sobre todo tras recibir el gol.

Lo mejor de la derrota, si es que perder puede traer algo bueno al margen de las enseñanzas, es la imagen de equipo sólido y solidario que dio el Athletic en el Metropolitano. Seguro que en Roma, donde ya lo conocen del primer partido de la Europa League, habrán tomado nota de que este grupo ha mejorado mucho con respecto a los albores de la temporada. En su primera cita del Olímpico ya se vio a un equipo serio, pero ahora lo es todavía más.

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Se puede hablar de accidente por el resultado final y la ruptura de una racha histórica, pero la imagen siguió siendo buena. Se vio a un Unai Simón muy fiable, a los dos centrales –en especial Vivián–, haciendo un trabajo espectacular, a los laterales yendo de menos a más, a un centro del campo que durante mucho tiempo minimizó al del Atlético, y a una línea delantera que se fajó contra una defensa colchonera siempre muy fiable.

¿Qué la ilusión de pelear por la Liga se desinfla un poco? Pues sí, pero quedan otros objetivos a cumplir. El primero, el de amarrar el cuarto puesto que da acceso a la Champions sin pensar en que esta temporada es posible que vayan cinco equipos españoles; el segundo, el de avanzar en Europa.

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Un escalón más, una eliminatoria más, y a esperar la siguiente. Sin mirar, más que de reojo, a la apetecible final de San Mamés. Todavía no es el momento.

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