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Valverde ordena el equipo en un saque de banda. Carlos Gil-Roig

Cuidado con el parón

Opinión ·

Es el momento de coger el impulso definitivo y tras el parón imponerse al Getafe y Espanyol

Jon Rivas

Bilbao

Domingo, 19 de marzo 2023, 00:04

En el imaginario colectivo de los seguidores del Athletic está instalado que el desplazamiento a Valladolid es un viaje cómodo, lo cual no deja de ... ser una verdad relativa, porque nadie le quita, al conductor medio, tres horas de ida y otras tantas de vuelta para llegar a la ciudad castellana, que no es ninguna broma. Claro que si se van añadiendo condicionantes favorables, todo el asunto mejora, porque los aficionados rojiblancos que se desplazan suelen encontrarse una ciudad amable con ellos, que les trata bien en general, y que suele estar encantada de la visita de la afición rojiblanca. De hecho, cuando todavía no estábamos acostumbrados a esos partidos de horario intempestivo, sobre todo en lunes, los hosteleros pucelanos protestaban amargamente cuando se programaba un Valladolid-Athletic en fechas y horas que evitaban el viaje masivo de seguidores bilbainos. Ahora ya nadie protesta, porque está asumido por el común de los mortales que gritar contra los horarios sólo le puede provocar una ronquera al que lo hace, y nada más.

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A todas esas flechas hacia arriba, que en el lenguaje de internet son algo así como puntos positivos, se une que el José Zorrilla es un escenario en el que, con un poquito de interés y esfuerzo, el Athletic suele pescar buenos resultados, como sucedió el viernes. Qué mejor para un grupo de amigos, o una familia, que apuntarse a un plan de fin de semana con el partido, cantar tres goles, sufrir dos minutos, llevarse los tres puntos en el zurrón, y luego irse de visita por una ciudad con encanto y sus alrededores, de los que recomiendo para la próxima, Medina de Rioseco y su Canal de Castilla, la ciudad en la que recalaba mi añorado amigo y colega Eduardo Rodrigálvarez. Tal vez, también, alguna incursión gastronómica de calado –léase lechazo o similar–, antes de regresar a casa satisfechos por la gira y con el bolsillo más ligero.

Por supuesto, para quienes alargaron la excursión con el fin de semana, esa inyección de moral les habrá hecho percibir de otra manera las visitas culturales, paisajísticas o les habrá abierto el apetito. Ganar partidos es bueno para la salud, también para la mental, y por tanto, seguro que Ernesto Valverde y su tropa están tan contentos o más que los seguidores por poder irse al parón de selecciones con un resultado tan favorable, y además, después de hacer un buen partido. Otra cosa, una derrota o un rácano empate, hubieran alimentado las dudas sobre el equipo, además de alejar un poquito más la posibilidad de meterse en Europa. Que sí, está ahí, a dos victorias en la Copa, pero una frente a Osasuna y la otra ante uno de los gigantes del fútbol, por lo que no está de más pelear por conseguir una de las plazas en juego por la vía normal, la de la Liga, que es la competición que, dicen los entrenadores, es la que da de comer.

De otro color

Quince días sin fútbol y sin perspectivas son muchos días, por mucho que podamos ver a los Williams, a Iñigo Martínez, y a quienes se van con la sub'21, a través de la televisión, pero después de ganar en Pucela, las cosas se ven de otro color, menos oscuro. Parecía que nos quedábamos anclados en la puntuación, pero sumar de tres en tres hace que el motor vuelva a arrancar. Es el momento para coger un impulso definitivo. Después de las selecciones, y además de que no se puede olvidar la semifinal de Copa, llega el Getafe y el Athletic juega a domicilio contra el Espanyol, en un escenario que hay que asaltar por primera vez en la Liga, sí o sí, antes de afrontar el derbi contra la Real en San Mamés.

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¿No lo ven? Si el Athletic no llega a ganar en Valladolid, aparte de que el lechazo se habría quemado en el horno, el párrafo anterior sería una sucesión de lamentos y un compendio de pensamientos negativos. El Getafe nos parecería una montaña imposible de escalar, el RCDE Stadium un campo inhóspito e inexpugnable, el derbi, nuestro Waterloo particular, y la vuelta de la semifinal de Copa, un desengaño más. Pero no fue así; el Athletic ganó con solvencia y el parón se observa con las gafas del optimismo. Pero, menos mal que el lapso es corto, que ya nos fuimos al Mundial en puestos de Champions y al regresar, el Athletic era un bulto sospechoso. Ojo, cuidado con el parón.

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