Berenguer, un suplente muy titular

Y entre todas las cosas, como cuando en un parque temático hay que elegir entre una atracción u otra, y todas ellas son igual de apetecibles, centrémonos en un futbolista que empieza a ser fundamental para Ernesto Valverde: Alex Berenguer. El jugador navarro ha alcanzado un grado de madurez tal que se ha convertido en imprescindible en la alineación del Athletic. Se supone que si, el pasado verano, tuvo alguna duda a la hora de renovar con el club rojiblanco, se debía a que tal vez pensara que no iba a tener los minutos que él creía que debía jugar, porque la presencia en el equipo de los hermanos Williams y de Sancet podía taponar sus opciones. Sin embargo, Berenguer decidió quedarse, y posiblemente esa fue la mejor opción, entre otras cosas, porque sabe que Ernesto Valverde confía ciegamente en él.

Sirve lo mismo para un roto que para un descosido, juega en cualquier posición del ataque, es complicadísimo quitarle la pelota cuando la tiene controlada y es fiable al cien por cien en la presión defensiva. Cuando levanta su mano vendada para señalar el lanzamiento de un saque de esquina, tiemblan los defensores contrarios porque nueve de cada diez van bien tocados. Con 1.354 minutos jugados desde que comenzó la temporada, Alex es el cuarto futbolista de la plantilla más utilizado por Ernesto Valverde, solo por detrás del incombustible Iñaki Williams, Vivian y Nico Williams. Si tenía algún miedo por perder protagonismo, ya se le tiene que haber pasado. Para ser suplente, como decían, es bastante titular.

Y centrándonos en el partido que hizo contra el Girona, otra vez hay que ponerle una matrícula de honor. Es cierto que los titulares se los llevará Sancet por su triplete, y bien merecidos que los tiene, pero el partido de Berenguer fue para enmarcar. Cada pase que recibe es un seguro de vida, porque es complicadísimo arrebatarle la pelota, y cada pase que da es un seguro de gol. En el segundo del Athletic le robó la pelota a un defensa visitante, regateó y su centro fue medio gol de Sancet, otra vez de cabeza. Como los dos que dio en el Villamarín.

Está claro que los millones que le pagó el Athletic en su momento al Torino fueron un gasto muy bien hecho, y que el rendimiento desde entonces está siendo superlativo. Merece el reconocimiento que le hizo la grada de San Mamés, que coreó su nombre varias veces, para que no pasara desapercibido su trabajo, y que le despidió con una ovación. Berenguer es uno de los activos más valiosos de este Athletic que sigue creciendo cada jornada. Lo mejor es que nadie duda del jugador navarro. Porque, además de todo, nadie olvida el penalti de nuestras vidas en La Cartuja.