Un verdadero líder
El comportamiento de De Marcos ha sido ejemplar tanto dentro como fuera del terreno de juego
Recuerdo bien las primeras apariciones de Óscar de Marcos en el Athletic, allá por agosto de 2009. Y sospecho que a la inmensa mayoría de ... los aficionados rojiblancos les ocurre lo mismo. Y es que hablamos de un futbolista especial, imposible de olvidar, de los que llaman la atención porque están fuera de los moldes habituales. Ya verle correr era un espectáculo: la posición de los brazos, la espalda tan recta, la zancada con las rodillas altas... Recordaba a una pequeña avestruz incansable. Lo cual causó al principio algunos recelos entre ese sector del público de San Mamés, el más inclinado al clasicismo, para el que la forma de correr desvela en cierto modo el alma de un futbolista. Y los sprints de De Marcos, la verdad, desvelaban un alma heterodoxa y aventurera.
La singularidad del capitán rojiblanco, sin embargo, iba mucho más allá de cuestiones estéticas o biomecánicas. Para empezar, se trataba de un forofo del Athletic de Laguardia. Y esto es poco común, por mucho que algunos puedan considerarlo natural, poco menos que una confirmación de que la inteligencia de la especie humana no tiene fronteras y, por tanto, es lógico que salgan athleticzales de corazón en cualquier parte. Pues no. No abundan demasiado los hinchas medulares del Athletic en la Rioja Alavesa. De Marcos era, por tanto, una excepción. Y el hecho de que lo fuera, qué duda cabe, ha sido una de las razones fundamentales para que haya permanecido 16 temporadas en el club de sus amores hasta convertirse en el futbolista de campo que más veces ha vestido su camiseta.
Otra peculiaridad de 'Demar', como le llaman sus amigos, ha sido su polivalencia como futbolista. Las cosas como son: se va a retirar tras casi seiscientos partidos y seguiremos discutiendo sobre si su posición ideal era la de segundo delantero, la de volante ofensivo o la de lateral, que es la que viene ocupando desde que en 2015 Iraola dejó el Athletic. Que persista este debate me parece el mejor elogio que se le puede hacer a este jugador que debutó con Caparrós, se destapó y brilló con Bielsa, y acabó siendo indiscutible para Valverde, Ziganda, Garitano y Marcelino. Significa, sencillamente, que en todos esos puestos ha rendido a un alto nivel.
Óscar de Marcos ha sido peculiar también por su ejemplaridad dentro y fuera del campo. Sobre el césped, el de Laguardia es uno de esos futbolistas que retrata a sus compañeros retándoles con su actitud irreprochable. Dicho de otra manera: es un verdadero líder. A su lado, si no corres, si no te dejas la piel, te conviertes en un vago, en un pusilánime, poco menos que en un saboteador. La anécdota famosa de su decisión de salir al campo en la segunda parte en un partido contra el Zaragoza tras haber sufrido un desgarro en el escroto tan bestial que Marcelo Bielsa al verlo estuvo a punto de desmayarse, eleva su jerarquía hasta un rango de guerrero heroico. Digámoslo, por tanto, de forma ruda, con palabras de campo de batalla: tipos como De Marcos te obligan a dejarte los huevos por la causa.
Con el anuncio de su marcha a final de temporada creo que ha llevado esa ejemplaridad hasta las últimas consecuencias. Porque lo cierto es que está en niveles de rendimiento muy similares a los de la pasada temporada y, sin duda, superiores a los de hace cinco años, o hace tres, de manera que tampoco habría sido un disparate que decidiera continuar una campaña más. Si no lo ha hecho es porque siempre ha querido irse jugando, sintiéndose importante, no relegado al banquillo y ocupando un lugar que deberían ocupar sus sucesores. (Por cierto, desde ayer ya se habla de Hugo Rincón, Álvaro Núñez y, sobre todo, de Jesús Areso, cuyo fichaje se ha puesto muy en candelero)
En su rueda de prensa de ayer, De Marcos pidió a sus compañeros concentración absoluta de ahora en adelante. Lo último que quiere ahora, vino a decirles, son tres meses de homenajes, una de esas despedidas que se hacen demasiado largas y acaban cansando como una canción que se prolonga más de lo debido. Y es que el expreso de Laguardia ha puesto el foco en el título de la Europa League. No sería de extrañar que en su casa tenga un cartel con la leyenda 'Road to San Mamés' y la fecha de la final: 21 de mayo de 2025. Digamos que el gran capitán se ha puesto a correr en busca de ese gran objetivo que sería un colofón maravilloso a su brillante carrera. Y, por supuesto, hay que seguirle.
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