Valentía pese a las urgencias

Su llegada ha sentado de maravilla al Celta. Es cierto que el equipo arrastra todavía ciertas lagunas, especialmente en la parte defensiva, pero la valiente propuesta de Giráldez ha permitido ver un equipo más alegre, que ataca mejor y en el que sus futbolistas ofensivos brillan con luz propia. Las tres victorias en siete partidos con el nuevo entrenador suponen más de la mitad de las conseguidas por Benítez (cinco) en las primeras 28 jornadas. En cualquier caso, el triunfo del Cádiz en la última jornada, unida a la derrota de los gallegos ante el Atlético, obliga al Celta a seguir remando.

Giráldez ha apostado desde su llegada por un sistema de 3-4-3, que se transforma en 5-4-1 a la hora de defender. Una línea defensiva en la que suele introducir un lateral o un medio centro que ayude a la salida de balón, dos carrileros muy largos, y dos jugadores en la media punta, con libertad para moverse por todo el frente de ataque. En todo caso, la formación no ha sido el cambio más relevante en el Celta. Benítez también utilizó un sistema similar en muchos partidos, aunque la proyección ofensiva de los carrileros era mucho menor.

El cambio de Giráldez ha afectado principalmente a la propuesta del equipo. El joven técnico ha entendido que su plantilla está más diseñada para atacar que para defender y acepta el intercambio de golpes porque sabe que, a la larga, puede salir beneficiado. Los gallegos han mejorado mucho con el balón y están dejando combinaciones de mucho nivel, como las que se pudieron ver ante el Villarreal. Sus dos medio centros tienen mucha movilidad y Giráldez les permite perder la posición y trazar desmarques hacia los costados. Allí se juntan con el carrilero y el media punta, en busca de crear superioridades que permitan lograr centros desde los costados.

En defensa, el equipo busca presionar la salida de su oponente y defender en campo rival. El gran debe del Celta está en las transiciones defensivas. Las subidas de los carrileros crean espacios a su espalda y cuando pierden el balón mal posicionados los celestes se desangran por esas zonas.

Guaita (25) es el guardián de la portería gallega y sus actuaciones han salvado puntos a su equipo esta campaña. En la línea de tres Giráldez ha rotado con asiduidad. El sueco Starfelt (2), el canterano Domínguez (28) y Unai Núñez (4) han ocupado dos de las tres posiciones, mientras que en la otra ha optado por un perfil diferente. O bien un medio centro como Jailson (16) o un lateral como Manquillo (22) o Mingueza (3). Este último también ha actuado como carrilero derecho. En la izquierda se ha asentado el canterano Hugo Álvarez (33), desplazando a Manu Sánchez (23).

Durante los primeros partidos de Giráldez fue Hugo Sotelo (30) quién acompaño a Fran Beltrán (8) en el doble pivote, aunque en los últimos dos partidos ha optado por otro canterano, Damián (34), que ha firmado buenas actuaciones. Luca de la Torre (14) es un revulsivo habitual, aunque normalmente ha actuado en la media punta.

El gran beneficiado del cambio de entrenador ha sido Iago Aspas (10). En esa posición de media punta y con una propuesta que le favorece, el gallego se está acercando al nivel de temporadas anteriores, a pesar de que la edad hace mella. Junto a él han actuado el sueco Swedberg (19) o el costamarfileño Bamba (17), que ha perdido protagonismo tras la salida de Benítez. Franco Cervi (11) o Carles Pérez (7) son las otras opciones. A pesar de que el rendimiento de Douvikas (12) como revulsivo está siendo muy bueno, el delantero titular sigue siendo Strand-Larsen (18). El noruego ya dejó buenas sensaciones la temporada pasada y en el presente curso las está acompañando de goles. Con doce, es el máximo anotador del cuadro celeste.