
Unos males con difícil cura
La salvación ya es casi una quimera para el Granada, que a pesar del cambio de entrenador continúa sufriendo los mismos problemas que le han condenado
Iñigo Agiriano
Viernes, 19 de abril 2024, 00:05
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Iñigo Agiriano
Viernes, 19 de abril 2024, 00:05
Desde el comienzo de la campaña, el Granada ha arrastrado los mismos problemas. Los nazaríes han sido un equipo con cierto criterio a la hora de jugar el balón, pero su defensa ha sido una calamidad y se han mostrado muy endebles a la hora ... de gestionar los imprevisibles vaivenes que se producen en los partidos. Tras el cese de Paco López, el club apostó por el Cacique Medina, un entrenador con una propuesta valiente, que fue reforzada por hasta nueve incorporaciones en el mercado invernal. El equipo, sin embargo, no encontró en ningún momento una regularidad en su juego que le permitiera coger aire y acercarse a la salvación. Tras la derrota ante un rival directo como el Mallorca, que les dejaba en una situación límite, la directiva se encomendó a un viejo conocido como José Ramón Sandoval, que ya obró un pequeño milagro en la campaña 2014-2015 para mantener a los nazaríes en Primera. Sin embargo, las dos derrotas consecutivas ante el Cádiz y el Valencia dejaron a los andaluces prácticamente desahuciados. La victoria frente al Alavés en la última jornada, sumada a la derrota del Celta, les ha permitido cierta licencia para soñar, pero los 11 puntos de distancia respecto a la permanencia se antojan excesivos a falta de siete jornadas. Las remotas opciones del Granada pasan por ganar en San Mamés, una tarea mayúscula en vistas de la fortaleza que el Athletic ha mostrado en su feudo a lo largo de toda la temporada.
Ante la complicada situación en la que se hallaba el equipo tras su llegada, se podía esperar que José Ramón Sandoval optará por una propuesta que buscara minimizar los riesgos, hacerse fuerte en defensa y confiar en los contraataques para hacer daño a sus rivales. No ha sido así. El técnico madrileño ha mantenido una idea similar a la de sus predecesores, tratando que su equipo fuera atrevido con el balón y tuviera paciencia en la elaboración de las jugadas de ataque. La imagen ante el Cádiz en su debut fue negativa, pero ante el Valencia y el Alavés se pudo ver un equipo valiente, que superó en intensidad a su rival y mereció llevarse la victoria, aunque solo lo consiguiera ante los vascos. Colocado en 4-4-2, el Granada posee buenos automatismos de ataque, utilizando mucho a los dos delanteros para encontrar de cara a los futbolistas del medio campo y poder llevar el balón rápidamente hacia los costados. Ha sido la parte defensiva la que ha condenado a los andaluces a lo largo de toda la temporada. Sus laterales han destacado más por su capacidad ofensiva que por su talento para defender, y la pareja de centrales ha dejado innumerables errores. En los dos últimos partidos, no obstante, ha dado pequeños síntomas de mejoría y a eso se agarran los nazaríes si quieren soñar con la salvación.
La llegada de Augusto Batalla (25) ha sido la mejor noticia del mercado invernal del Granada. El portero argentino ha dejado grandes actuaciones y ha mostrado un liderazgo que la defensa andaluza reclamaba a gritos. En la derecha el uruguayo Méndez (2), habitualmente central, se ha impuesto a Ricard (12), mientras que en la izquierda Carlos Neva (15) ha mantenido su puesto a lo largo de todo el curso. Ignasi Miquel (14) ha sido un fijo en el centro de la zaga, y aunque durante algunos encuentros le acompañó el polaco Piatkowski (22), desde la llegada de Sandoval lo ha hecho Miguel Rubio (4).
Gumbau (23) y Sergio Ruiz (20) han formado la pareja de medio centros más habitual con los tres entrenadores. La calidad del catalán y el dinamismo del cántabro se complementan bien y permiten al Granada sujetar a sus cuatro futbolistas de ataque. Gonzalo Villar (24) también ha tenido oportunidades, aunque en ocasiones ha actuado pegado a un costado. El camerunés Hongla (6) llegó en invierno para dar solidez en esa parcela, pero su impacto no ha sido el esperado.
Cedido por el Manchester United, el urugayo Pellistri (19) se ha hecho con la banda derecha, relegando al ostracismo a veteranos como Callejón (9) y Antonio Puertas (10). En la izquierda es donde más ha rotado Sandoval, y hemos podido ver al canadiense Corbeanu (17) y al polaco Jozwiak (18), ambos llegados en enero, y también a Melendo (21). En la delantera Uzuni y Boyé lo han jugado prácticamente todo. Uzuni (11) es el máximo goleador del equipo con diez tantos, un atacante oportunista e inteligente en el área. El argentino Boyé (7) es muy distinto, un futbolista muy habilidoso para combinar y jugar de espaldas, pero al que le cuesta un mundo convertir sus ocasiones.
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