Herrerín se queda hasta enero

Iago Herrerín seguirá en el Athletic hasta enero. El portero no ha logrado encontrar una salida en el mercado estival y asume que estará tres meses sin jugar hasta que se abra la ventana invernal, período en el que espera resolver su futuro y concretar su marcha del club. Ha habido varias opciones en la mesa del rojiblanco, con el mapa de Europa abierto de par en par, pero al final ninguna ha cristalizado en un acuerdo y apretón de manos. Así que el guardameta solo entrenará en Lezama y verá los partidos desde la grada, porque no figura en los planes de Gaizka Garitano. Es una situación complicada que le tocará vivir después de que hiciese pública su determinación de rescindir el año de contrato que le quedaba y buscar minutos lejos de Bilbao.

Herrerín desveló en una entrevista con este periódico a finales de julio que había comunicado al club su irrevocable decisión de marcharse. Dijo que ya no soportaba más los insultos de una parte de la afición y que necesitaba marcharse porque no era «feliz». Luego estaba también el tema de la titularidad indiscutible de Unai Simón, quien le había cerrado el paso hacia la portería de San Mamés. En resumen, dos razones de peso que le llevaron incluso a perdonar el año de contrato que le quedaba -«no quiero llevarme un dinero que no me merezco»- con tal de salir y encontrar acomodo en otro equipo. Después de un par de meses de continuas negociaciones, llamadas, ofertas y contraofertas, el portero se ha visto obligado a quedarse.

Tenía claro que no quería seguir en la Liga. Clubes de Grecia, Turquía e Inglaterra, entre otros países, figuraban en su lista. Después de que se rompieran las conversaciones con Galatasaray y Besiktas y no prosperasen las negociaciones con varios conjuntos de la Premier -entre ellos el Crystal Palace-, el PAOK y el Olympiacos llamaron a sus puertas. Casi lo tenía hecho con el campeón griego, pero al final no hubo fumata blanca. La escala salarial en la que se mueve el portero del Athletic ha sido una barrera insalvable para muchas escuadras interesadas. Además, ha habido muy poco movimiento de guardametas y eso también ha dificultado la salida.

La situación en la que se encuentra ahora no es sencilla y además sabe que transmite el mensaje de que no ha sido capaz de encontrar un acomodo fuera del Athletic. Tiene tres meses por delante en los que solo irá a Lezama a entrenar, sin entrar en los planes de su entrenador. De hecho, le cedió el 13 a su compañero Jokin Ezkieta y él se ha quedado con el 25, convencido de que sería por poco tiempo. La espera será más larga de lo que esperaba. Eso sí, no ha cambiado de opinión y su determinación de irse es firme. Intentará hacerlo en enero, y con mejor suerte.

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