Gaizka Garitano, don erre que erre

El entrenador se agarra a una fórmula fallida, la pareja Dani García-Vesga, y tiene que rectificar al descanso para dar entrada a Vencedor

Sábado, 19 de diciembre 2020, 00:02

Si no quieres caldo, dos tazas. Con su puesto de nuevo en entredicho, Gaizka Garitano mostró con el once titular su apuesta inquebrantable por la ... vieja guardia. Si tengo que caer, que sea al lado de mis pretorianos, era el mensaje. No estaban en la alineacion ninguno de los jóvenes llegados este año al primer equipo y esos que los directivos del ala dura le reprochan que no ponga en valor. Colocó sobre el césped a Vesga y Dani García, la combinación de medios centros menos creativa de todas las posibles y, para acabar, el mejor ante el Real Madrid -De Marcos- quedó fuera del equipo. Garitano bordó la imitación de Paco Martínez Soria en el papel de don erre que erre.

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La apuesta por Dani García y Vesga como pareja en el centro del campo está condenada al fracaso. Lo dice la estadística. Era la undécima ocasión en la que ambos coincidían en el once. El balance era deprimente: sólo una victoria (al Villarreal la pasada campaña), cinco empates y cinco derrotas.

Su presencia en el once provoca un problema. Los dos son centrocampistas de corte defensivo. Abusan, sobre todo Dani García, de los balones hacia atrás. Nadie conecta con los de arriba, que tampoco hicieron mucho por facilitarles las cosas con algo de movilidad. La alineación de esos dos jugadores dice mucho de cómo Garitano ve el fútbol. Ante un Huesca que mueve muy bien el balón -pero que está en el fondo de la tabla-, su idea fue oponer dos mediocentros de contención y presionar arriba. De este último plan no hubo noticias en toda la noche.

El arranque fue de lo más deprimente de la temporada. El Athletic se jugaba no entrar en descenso, pero su propuesta era la nada más absoluta. A la incapacidad para crear hubo que unir una actitud muy fría de los futbolistas. Es imposible jugar con menos ritmo y menos capacidad de sorpresa. Desde el minuto 15, el partido pedía la entrada de un jugador que desequilibrara como Morcillo y otro que organizara como Vencedor.

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Garitano se hizo a sí mismo una enmienda en el descanso. Quitó a un Dani García tan desafortunado que hasta remató al aire su única oportunidad. Con Vencedor el Athletic fue otro. La pelota corre mucho más rápido con el de Rekalde en el campo. Lo único digerible de los rojiblancos llegó en el arranque de la segunda parte. Sucedió además una circunstancia llamativa que se repite. Con Vencedor en el campo, Vesga ofreció su mejor versión.

La marea de las críticas subía. La noche avanzaba con 0-0 y el puesto de Garitano estaba de nuevo en entredicho. Un empate ante el recién ascendido Huesca con ese juego tan plano y tras sumar sólo dos de los doce puntos de los partidos anteriores le colocaba en el disparadero.

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En ese momento de máxima tensión para él retiró del campo a Muniain y Williams, que una vez más pasaron de puntillas por el partido y sin dejar ninguna ocasión para el recuerdo. Su momento de forma es muy pobre. Anoche ofrecieron su peor versión y fueron insustanciales en ataque. Por aquí el Athletic tiene un grave problema. Saltaron en su lugar dos de los jóvenes, Sancet y Morcillo, que colocó un magnífico saque de córner en la jugada del gol del Nuñez.

Garitano suspiró aliviado con el afortunado triunfo. Sigue muy cuestionado, pero se sujeta al banquillo. Hay que ver si cambia su proyecto o sigue con su contumaz apuesta por una fórmula que no arranca y que genera enorme contestación.

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