El escudo de la defensa se debilita: solo una portería a cero en la Liga
Los rivales hacen mucho daño al Athletic con muy poco; así lo demuestran los nueve goles encajados en apenas 17 remates entre los tres palos concedidos por el equipo
El Athletic ya no es una roca. El muro presenta grietas y el sistema defensivo, pilar fundamental sobre el que descansa la propuesta de ... Gaizka Garitano, sufre desajustes que permiten a los rivales hacer mucho daño con muy poco. No es necesario que acosen a los rojiblancos y los metan en el área, que lleguen por todos lados como los comanches y ataquen a la caravana en círculos hasta quedarse sin flechas, basta con un par de disparos para dar en la diana. El escudo defensivo se debilita y de ahí que los rojiblancos solo hayan dejado una vez su portería a cero en lo que va de Liga. Fue contra el Levante (2-0), un oasis en el desierto que no han vuelto a encontrar los hombres de Gaizka Garitano. Tampoco este domingo en Valladolid, donde resucitaron al colista y evidenciaron una vez más que los contrarios no tienen que hacer nada del otro mundo para meterles en problemas.
«Los errores nos están matando», concluyó el vestuario después de la derrota en El Sadar. Entonces fue Capa quien regaló un penalti absurdo y este domingo le tomó el relevo Unai Simón, un tipo sobrio y salvador que hoy se concentra con la selección absoluta. Un fallo calamitoso -controló mal una cesión y acabó cometiendo penalti sobre Marcos André- dio ventaja al Valladolid y sembró de minas el camino del Athletic. Al final pisó una y saltó por los aires. Los pucelanos no habían hecho absolutamente nada y se encontraron con el gol. Nada nuevo bajo el sol porque se trata de una costumbre peligrosa que no deja de penalizar a los bilbaínos, cada vez menos seguros en su refugio defensivo. No les protege como antaño y lo notan, sobre todo porque su capacidad anotadora es limitada y necesitan remar como galeotes para marcar.
El Valladolid demostró que al Athletic se le puede mandar a la lona con una caricia. Balón que va entre los tres palos, balón que entra, o casi. Basta con echar un vistazo a los números para darse cuenta de que el sistema defensivo rojiblanco se desactiva con una facilidad pasmosa. Después de ocho partidos de Liga, en los que se han sumado nueve puntos gracias a tres victorias, el equipo de Garitano ha encajado nueve goles. La cifra podría darse incluso por buena si no fuera porque, según los datos oficiales de la Liga, los rivales apenas han necesitado 17 remates entre los tres palos para hacer esos tantos. Dicho de otra manera, cada dos tiros a puerta se traducen en un gol en contra. Insostenible.
Tendencia peligrosa
Es una tendencia que se dibujó en la primera jornada y sigue vigente. El Granada contabilizó dos remates a portería y marcó dos goles; el Eibar lo hizo solo una vez -Kike García- y acertó; el Cádiz ganó con un autogol de Unai López -solo había tirado una vez entre los tres palos-; el Alavés anotó uno de tres intentos; Osasuna necesitó apenas dos para convertir uno -de penalti-; y el Sevilla hizo uno de tres. Pues bien, el Valladolid se subió al carro de la máximo efectividad y marcó dos en cuatro intentos.
Marcarle al Athletic siempre ha sido complicado para los rivales, aunque de un tiempo a esta parte lo hacen con más facilidad. En los casi 11 meses de 2020, los rojiblancos solo han conservado su portería a cero en cuatro partidos de Liga: Granada, Levante, Villarreal y Betis. Este dato contrasta con el relativo a 2019, cuando los bilbaínos fueron capaces de no encajar en 16 jornadas ligueras -Barcelona (2), Real Madrid, Real Sociedad, Mallorca, Alavés, Espanyol, Villarreal, Granada, Eibar (2), Sevilla, Betis, Huesca, Atlético y Leganés-. El refugio de la defensa empieza a presentar grietas en la pared.
«El error en la salida del balón nos ha matado», dice Williams
Iñaki Williams puso este domingo los primeros 45 minutos el como ejemplo perfecto de lo que no hay que hacer si uno pretende sumar los tres puntos. «Nos ha penalizado la primera parte. El error en la salida del balón -fallo de Simón- nos ha matado». El delantero admitió que el Athletic estuvo lejos de su mejor nivel, sobre todo en el período que abrió el encuentro. «No hemos estado intensos, no nos hemos sentido cómodos y no hemos generado». Resaltó la reacción en la segunda parte y subrayó que se persiguió el empate hasta el final. «Yo he tenido una clarísima -el uno contra uno desperdiciado-. Son ocasiones de las que te acuerdas al final del partido». Pidió «tranquilidad» y prometió que el equipo trabajará para escalar posiciones en la tabla.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión